miércoles, 25 de enero de 2012

LOS SUPER PAC Y LOS “SUPER PODERES”. FUENTE LA SALIDA.COM.

Bajo el sistema mercantilista, no son las empresas sino los funcionarios los que tienen “Superpoderes”.. y éstos se ponen a la venta. Nuevos actores en la campaña electoral UsAmericana Las empresas tiene la capacidad de financiar ilimitadamente

EEUU, 25 de Enero de 2012.- La carrera a la Presidencia en EEUU empezó con las primarias y estas elecciones son las primeras presidenciales en las que empresas, sindicatos y millonarios pueden pagar anuncios sin limitaciones para gastar dinero, lógicamente con una creciente influencia en las elecciones a través de unos grupos que se llaman “Super PAC” (Political Action Commitee).

Si alguien hubiera querido un escenario excepcional para la comunicación política, el ciclo electoral presidencial 2012 en EEUU será el deleite. Llegaron los SuperPac.  ..y ¡ahora quien podrá defenderme¡

Los SuperPac, no son superhéroes. Pero marcarán las diferencias en la campaña: el 21 de Enero de 2010 la sentencia del Tribunal Supremo conocida como “Citizens United versus Federal Election Commission, 558 U.S. 08-205”, señaló que bajo la I Enmienda, las corporaciones tienen el mismo derecho a la libertad de expresión que los individuos, y los Gobiernos no pueden poner límites.


En simple, la campaña se podrá tener fondos ilimitados, tanto para apoyar a un candidato como para denostar de otro. Su única restricción es que no pueden tener una coordinación directa con los comités de campaña de los candidatos individuales, aunque sí pueden gastar en publicidad política negativa contra sus rivales. Y para variar muchos de sus dirigentes son antiguos miembros de los partidos en acción. Así los millonarios, empresas mercantilistas y organizaciones de interés van a influenciar en las elecciones, pues pasó a ser inconstitucional que el Gobierno regulase el dinero que ellos podrían utilizar en campaña. Y por lo tanto participaran directamente en la campaña política sin control del Gobierno.

Es algo nuevo y ahora puede verse la capacidad de destrucción que tienen: no solo es la influencia hipotética que puedan tener más anuncios, sino que pueden ser más maliciosamente negativos. Los candidatos se lavan las manos y dicen que ellos no tienen nada que ver con esos grupos, lo que es posible, pero dudoso. Ejemplo de su poder vemos en las primarias republicanas: el súper PAC ligado a Mitt Romney ha gastado millones en publicidad para atacar a sus contrincantes. En respuesta, un simpatizante del aspirante Newt Gingrich acaba de donar 5 millones para contrarrestar el esfuerzo del súper PAC de Romney. Y así con todos. Claro, por supuesto, los candidatos y los PAC no tienen nada que ver uno con el otro.

--- Mitt Romney. Esta apoyado por Restore Our Future que gastó 3,3 millones de dólares en una campaña contra Gingrich y ha gastado 2,3 millones en Carolina del Sur y 3,6 millones en Florida..

- Gingrich tiene su SuperPac, Winning Our Future, ha recibido 5 millones de dólares de Sheldon Adelson, un multimillonario propietario de casinos en Las Vegas y amigo personal de Gingrich. La contribución de Adelson al Super PAC es 1.000 veces mayor que los 5.000 dólares que podría dar directamente.

--- Otro Super Pac Free Enterprise acusa al Presidente de impedir la expansión de Boeing en Carolina del Sur, intentando mostrarle como antipatriota y antiestadounidense, en un estado con una importante población militar y más afectada por la crisis económica.

De seguir esta línea estaremos presenciando la campaña más cara de la historia y la más destructiva,  con  presencia de los personajes con enorme influencia, mayor a la que ya tienen. Los Super PAC no están obligados a publicar sus cuentas hasta el 31 de enero. Para entonces, miles de estadounidenses habrán votado, sin saber de dónde provenía el dinero que servía para comprar mensajes en televisión.

Como menciona Alan Moceri, los Republicanos tienen la inconveniencia y la mala suerte de que sus elecciones primarias constituyen la primera prueba de la nueva realidad tras la decisión de “Citizens United”, es suyo. Quizás habría sido igualmente destructiva entre los Demócratas, pero no hay forma de saberlo. Pero es imposible perder la ironía de que al final, la entrada de dinero privado sin limites a través de los Super PAC en las campañas políticas — el sueño de los Republicanos y la pesadilla de los Demócratas — está causando la canibalización de los candidatos Republicano más fuertes, y estamos solamente en Enero. En 2010, para las elecciones de mitad de mandato, se registraron ante la comisión electoral federal 80 Super PACs. Ahora hay 250. Hay al menos uno apoyando a cada candidato y, en muchos casos, están dirigidos por ex asesores que en realidad actúan como supervisores de campañas en la sombra.

La pregunta por estos lares sudamericanos – sobre todo para los liberales - es si nuestras originales autoridades electorales copiarán también este derecho adquirido por la empresas en EEUU. Si es así, ya veremos en el 2016 a mineras haciendo publicidad a favor o en contra de un partido o candidato, a grupos mercantilistas que ya conocemos, peleando por intentar colocar a sus tecnócratas adeptos, o atacando directamente al candidato que no les sea propicio.

Pero hay dos posiciones en este tema. Una es la posición estatista: los Gobiernos deben brindar financiamiento público a los candidatos y/o partidos, y poner límites al dinero privado, prohibiendo a las grandes compañías pagar costosas campañas, que luego se cobran en favores políticos otorgados por los políticos ganadores. El fallo de la CSJ está mal.

La otra es la posición liberal: lo que no debe haber es “mercantilismo”, todos esos amplios poderes de los funcionarios sobre las empresas y los mercados, que les permiten brindar o negar esos favores a sus “donantes”. En los mercados sólo puede comprarse lo que está a la venta, lo que hay: si no hay nada que vender, no hay nada que comprar. Si hay un “sistema mercantilista”, o sea la capacidad estatal de ejercer influencia y poder político los funcionarios sobre los mercados y las empresas que en ellos actúan, sea para beneficiarlas o sea para perjudicarlas (a la competencia), pues entonces esa capacidad se pondrá a la venta, y se comprará y venderá en una democracia, al mejor postor. Eso es lo que no debe haber. Debe haber un Gobierno limitado, carente de esos “Superpoderes”

De acuerdo a la tradición liberal, tampoco debe haber financiamiento público a los candidatos ni a los partidos, porque los impuestos del simpatizante de un partido X o de ninguno, no puede ir a financiar la campaña del partido Z. Lo que debe haber, en una democracia, es amplia libertad para apoyar cada quien como quiera a su candidato favorito.

De acuerdo a esta posición el fallo de la CSJ está muy bien, muy de acuerdo a la Constitución. Lo que está muy mal, y en desacuerdo con la Constitución – como Ron Paul insiste en señalar – son las amplias facultades o “Superpoderes” de los legisladores y burócratas del Poder Ejecutivo, dueños y señores de los mercados y las empresas, cuyas campañas para ser electos se compran y se venden como taxi-girls por las grandes compañías. Pero si no hay nada que vender, ¡no hay nada que comprar!

En cuanto a los contenidos de las campañas, por ej., si son “positivas” o si son “negativas”, es algo muy subjetivo, que debe decidir el elector, con su voto, apoyando o negando su apoyo a los candidatos de su preferencia, que en su opinión hayan hecho buena o mala campaña. Sin imposiciones de organismos estatales, ni mucho menos dineros públicos de por medio.

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