lunes, 19 de diciembre de 2011

SUSANA MORFFE: VENEZUELA EN RETAZOS (ENTRE CIELO Y TIERRA)

Todo en el país se encuentra a la inversa en  lo que se refiere a las leyes, los recursos económicos, el comportamiento ciudadano y los derechos que tiene cada quien por el simple hecho de ser individuos de  esta sociedad.

La libertad de expresión ahora solo le pertenece a los políticos, el derecho a la vida le pertenece al hampa, la privacidad es un derecho que ya no se puede tener porque forma parte del capitalismo salvaje. La justicia es solo para los más cercanos al régimen por lo que un ciudadano común se puede ir despidiendo de su defensa contra un ataque, verbal o físico, porque la impunidad es el nuevo código de la ley del embudo.
Estamos en el país bizarro donde el ordenamiento social ha sido llevado a su máxima intolerancia. Lo que está pasando en el país pareciera que no le preocupa a la gente sensata, ver por ejemplo, ante sus propios ojos, situaciones tan insólitas que producen espasmos. Y no es que lo del pasado fue mejor,  aquello que vivimos también tuvo sus decepciones.
Ahora nos ubicamos en el lugar de las incoherencias, y sabemos reconocerlas, como la corrupción, pero las aplaudimos porque la nada es mejor que lo peor. Insensibilidad, desprotección y una atmósfera de vida poco desarrollada que no permite  vivir de acuerdo con la constitución  para no ser considerados en estado de esclavitud, sino protegidos.

La complicidad se sigue manteniendo como una norma para derrumbar costumbres, creencias, valores y hasta la organización del país para que no existan modos de vida precarios que no han sido superados aún con la legislación vigente. El asunto está planteado así “si te resbalas pierdes” o “lo tomas o lo dejas”. Entretanto, soportar situaciones de relajamiento social resulta una nueva frustración.
Solo vemos que algunos sectores están interesados en la situación del país, pero en el fondo tampoco hacen nada o muy poco para que se produzca un cambio. Todo está en las manos de unas posibles elecciones que igualmente forman parte de lo incierto, con aproximaciones de encuestadoras o adivinadores de oficio. Pasa el tiempo y Venezuela sigue cayéndose a pedazos ¿Quién recogerá el último retazo?
En verdad nos balanceamos entre  la lealtad y el miedo, dos ingredientes que calzan a la perfección para fines personalistas del poder en esta Venezuela a la que le urge hasta un zapatero remendón.


EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA