viernes, 28 de octubre de 2011

PEDRO RAÚL VILLASMIL SOULÉS: ¿QUOUSQUE TADENDEM ABUTERE CHAVEZ ?

Chávez: ¿Hasta cuando abusará usted de la paciencia nuestra? ¿Cuánto tiempo su intolerancia e irrespeto nos burlará? ¿Hasta que límite su audacia e inconsciencia llevará al país a este estado de liviandad y de disolución, de desaguisados y tropelías en el que estamos viviendo? ¿Hasta cuando va usted a seguir asolando, con su populismo castrador, la cosecha de apetitos que la potencia vital del pueblo venezolano tiene para alcanzar el deseo de ser emprendedor de si mismo, que es condición indispensable para liberarse de dádivas humillantes y superar, por su propio arresto, crecer y ser? ¿Cuándo los asuntos verdaderamente sustantivos, como son la condición moral y las tareas cívicas y materiales, íntimamente fundidas en todo acto de gobernar, van a ser objeto de su atención para que los venezolanos no nos sigamos hundiendo en este estado de pavorosa decrepitud? ¿Hasta cuándo esta suerte de "oclocracia autocrática,"  para llamarla de alguna manera inverosímil, fundada  sobre bases  espúreas  y  a las ancas de continuas y obscenas violaciones  a  la   Constitución, va a seguir alentando ese maniqueísmo ultrajante que  ha dividido a los venezolanos  entre patriotas y apátridas, entre los que están  con usted (los buenos) y los que lo adversan (los malos)? ¿Cuándo  va a tomar conciencia usted de que este cáncer  maligno que carcome las bases de la República, por el que Ud ha llevado a vivir a los venezolanos, no dentro de un ambiente de vida en común,  como  un todo  y  bajo el espíritu de una verdadera unidad nacional, sino como facciones en pugna, divididos por bajas e insubstanciales querellas?
   Venezuela  necesita, con urgencia,  extrañar esta perniciosa y nociva polaridad que usted propicia. Este encaramiento tirante y hostil entre sus partidarios que profieren, con  un  lengua procaz, ofensas,  injurias y ultrajes  -imitándolo a usted- contra quienes lo adversan, para zaherir, maltratar,   vejar  y  a  veces  hasta matar, sin que puedan contar con el amparo de una justicia imparcial capaz de penar estos desafueros, porque en Venezuela no hay estado de derecho.
   ¿Hasta cuándo se va a seguir  valiendo usted de su peculiar carácter necrófilo expresado en aquel aforismo sombrío "patria, socialísmo o muerte-"  (que usted cambió a raíz de su enfermedad pensando, a lo mejor, que le había traído mal agüero) y con el cual tapizó fachadas de cuarteles, paredes y oficinas públicas,  obligando, además,  a pregonar de viva voz, por boca de oficiales en los partes dados a usted  en los desfiles militares, de las masas y de la tropa en actos y manifestaciones públicas, para atemorizar  a  la  gente?  ¿Hasta cuando va usted a seguir confiscando haciendas y tierras productivas, sembradíos y cultivos, empresas y edificios, lo que es, también, otra manera de expresar su necrofilia, porque al confiscar mata lo que antes tenía vida y daba vida con trabajo al campesino  y al obrero con lo que esos bienes producían; daba vida al que sembraba, al que cultivaba e invertía? ¿Hasta cuándo va usted  a seguirle dando a lo insignificante importancia grotesca y a lo verdaderamente significativo, como es la seguridad, a penas lo toma en cuenta?
Tenga muy en presente, que el hilo conductor de un país es la idea de Nación "como proyecto y como programa para mañana," que diría Ortega.  Y  para que un pueblo pueda forjar un proyecto que le marque un destino, en lugar de dividirlo,  maniqueamente, ardiéndole la  hiel -como lo ha hecho usted-  requiere un inmenso ejercicio de tolerancia para buscar lo que une en lo fundamental  posponiendo aquello que separa; incorporar,  aunar,  integrar a las partes  en un todo superior que es la Nación. Es un axioma social evidente que para que una Nación  pueda forjar un destino digno y permanente necesita construir -no arrasar o pulverizar, como dice usted-  sobre los viejos hitos de la tradición un pensamiento claro -que a usted su monserga ideológica se lo ha impedido- que le permita saber quien es y adonde va. Porque una Nación dividida y sembrada de odio, como lo ha hecho usted, no puede aspirar a una conciencia y a un destino espiritual común. Porque una Nación que no posee ideas para interpretarse a si misma y la tarea de cada ciudadano en ella no es una Nación,  es una aglomeración, un gentío, "un campamento"   como diría Cabrujas,  donde la gente vive, actúa y se desempeña en madrina, como el ganado: una ficha más, un individuo pululando sin destino en el campamento.

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1 comentario:

  1. He seguido las publicaciones del columnista Pedro Raul Villasmil Soulés desde el año 97 cuando en un periodico regional con el Titulo Que desgraciado el Tachira! se referia a la grave crisis por la falta de lideres que salieran en la defensa del Tachira y precisamente mencionaba al mons. Dr. Sanches Espejo y a su programa radial Un momento con el pueblo, señalando el derroche que para ese entonces se hacia con los dineros publicos en propaganda por parte de alcaldes y el gobernador para esa epoca. Precisamente tengo en mis manos dicha publicacion. Su preocupacion iba mas alla y se referia a la grave situacion en que se encontraba el estado y los privilegios de los pseudo dirigentes a los que llamaba girafaltes, inescrupulosos y corrompidos que se robaban el dinero del pueblo. Asi mismo, en el año 98 publicó otro articulo muy bueno, se titulaba: Por primera vez siento verguenza de ser Venezolano, donde hacia mencion a que todos los poderes estaban inmersos en la corrupcion y la impunidad, mencionaba al poder eclesiastico, el poder militar,el poder judicial, el poder electoral, el poder ejecutivo, el poder legislativo etc etc, de ser los culpables de todos los males que padecia venezuela para esa epoca. Hoy leyendo los articulos del Dr. Pedro Villasmil veo que esto despues de 15 años no ha cambiado, al contrario, se ha empeorado, el robo, la corrupcion, la impunidad, el control de los poderes se ha acentuado, no se ha hecho nada, estamos igual o peor, mi pregunta es: ¿Que nos esta pasando a los venezolanos?. ¿Porque no hemos tenido suerte con nuestros gobernantes?. ¿Somos alguna casta inferior que el resto de los paises desarrollados?. ¿A que destino nos enfrentaremos?. Que dios nos agarre confesados. Atte: Luis Alvarez correo: luishernando_ab@hotmail.com

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