Sencillamente
“Un líder requiere tener formación ética-moral, responsabilidad y tiene que amar a la gente, que significa la entrega del líder, no el uso y la posesión de la gente.”
Continuamos con las reflexiones de Constanza Espinel quien con gran criterio ha analizado los tiempos de la política en la postmodernidad.
Realidad y Actores en la Política IV
“Para que un líder positivo tenga visión y trascendencia además de brillante inteligencia, requiere asumir a la persona humana como sujeto de su visión, formación ética-moral y responsabilidad; no siempre dirá lo que la gente quiere escuchar -la historia está llena de líderes que han insuflado en sus naciones coraje aun sincerando los sufrimientos y retos que tenían que asumir- será sincero. Al fin y al cabo él asume que lo que le pase a la gente, bueno o malo, es su responsabilidad, por lo que orienta.
Este líder positivo, en un mundo integrado y globalizado como el de hoy, acepta las diferencias, gobierna para una diversidad no para las mayorías solamente, sin embargo, debe tener muy claro que no puede negociar con las minorías en contra de los valores fundamentales de la nación.
Debe tener sintonía con la gente sin populismo, es decir ser la voz de los que no tienen voz. Debe poseer convicción en las aspiraciones de un mundo mejor y poseer la capacidad discursiva para transmitir, convocar, motivar en la búsqueda de un mundo que garantice la convivencia y la certeza de que el esfuerzo personal regido por la ética, gratificará por los resultados en lo personal, familiar y social. En síntesis un líder político tiene que amar a la gente.
La gerencia no está reñida con la eficiencia y ni la eficacia del liderazgo político positivo, pero no lo sustituye, en todo caso lo complementa. Los gerentes son evaluados en eficiencia, efectividad y productividad. La acción política es evaluada en términos de garantía de libertad, justicia, igualdad y paz, desarrollo, crecimiento económico, respeto por hábitat y por la dignidad de la gente, asumiendo mundo y gente como un todo interrelacionado enriquecido por las diferencias.
Algo que la condición humana se ha encargado de demostrar a lo largo de su historia es que el líder en lo público, en lo político, ó, en lo privado existe y es necesario. Steve Jobs en Apple sin duda es y será un líder visionario, trascendente que insufló en otros, grandes realizaciones y ejecutorias, e impulsó a la humanidad a estadios de desarrollo superior; Rómulo Betancourt, visionario y trascendente consolidó la democracia en Venezuela e inspiró el fortalecimiento democrático en América Latina en la segunda mitad del siglo XX. Hoy se requieren en la política líderes y gente política, que no significa gente exclusivamente activista de partidos u ONGs."
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