Las contradicciones que vive el país, a consecuencia de las patéticas equivocaciones cometidas por un régimen convencido de las ilusas bondades del socialismo pretendido, son groseramente escandalosas. Es tal su atrevimiento que no sólo ofrece lo que no existe, sino además dispone de lo que no tiene. Así que entre conjuros de desarrollo económico y manifiestos de inclusión social, ocupa el tiempo pautado para las presuntas conclusiones de lo prometido. Sin embargo al final del correspondiente período, sigue blandiendo demagogia. Cada discurso continúa mostrando palabras huecas cuyos efectos lucen como briznas de paja echadas al viento.
Los engañosos dictámenes elaborados bajo el camuflaje de la contrariada Ley Habilitante, resultan vergonzosos al momento de comedir su impacto en el contexto del problema representado por los llamados damnificados. El régimen, aprovechando tan tristes circunstancias, se ha dado a la tarea de acentuar su proselitismo de cara a las elecciones presidenciales a celebrarse en diciembre de 2012. Así ha venido jugando con la miseria del necesitado valiéndose de la condición de “damnificado” de familias que perdieron sus viviendas por causa de las torrenciales lluvias que azotaron una población asentada en medio de críticos cordones de pobreza y ausentes de la atención gubernamental. Estos gobernantes esquilmaron aún más la apesadumbrada condición social de estos grupos familiares ubicándolos en improvisados establecimientos con la mezquina intención de paliar tan grave situación.
No conscientes de las secuelas que sus acciones infringían, las atribuciones habilitantes presidenciales expresadas a través de la Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda, tanto como de la Ley especial de refugios dignos para proteger a la población, devinieron en canales de abuso gubernamental. Mediante tan conspicua combinación de inverosímiles razones para cometer arbitrariedades al margen de preceptos constitucionales que exaltan derechos económicos, políticos y sociales inalienables, el régimen se ha dedicado a animar comportamientos grupales que buscan conmover la paz nacional al amparo de una solapada impunidad.
El problema de apropiarse de espacios y construcciones privadas mediante el uso de la violencia por parte de estos grupos incitados por el discurso presidencial y favorecidos por el desafuero de decretos leyes reñidos con valores democráticos y principios de justicia, constituye un exabrupto de marca mayor. Según ello, dichas circunstancias resultan ajustadas a este socialismo de perversas mañas. En consecuencia, cualquier conjunto de personas que alegue condición de “damnificado”, puede apropiarse descaradamente de todo lo que a su juicio constituye propiedad privada en manos de la “burguesía pitiyanqui”.
Todo galpón que pueda lucir inoperante o de precario uso, es objeto de la agresión permitida de estos grupos anárquicos dominados más por el resentimiento y el egoísmo socialista, que por otras necesidades. Y es que este tipo de decisión, que raya con el vandalismo, no constituye una solución al verdadero drama que esconde la situación en cuestión. Los refugios, tal como están concebidos, no solucionan la tragedia de los damnificados. Por el contrario, la magnifican toda vez que en ellos sucumben esperanzas ante el ultraje, el abandono, la mala alimentación y la incertidumbre que su penumbra acoge. Pero es la crueldad de estos gobernantes que sólo piensan en su usufructo. Que sólo piensan en soluciones estériles pues imaginan que el pueblo se conformará con vivir en un refugio llamado Venezuela.
VENTANA DE PAPEL
“Aunque usted no lo crea”
La ley del karma asegura que aquellos que causan sufrimiento a otras personas, tienen que experimentar un sufrimiento equivalente al ocasionado, ya sea de inmediato o en el futuro. Fue así que Confusio (551-479 aC) escribió: “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”. Mencio (370-289 aC), exhortaba al trato respetuoso. De esta forma planteó: "Esfuérzate en tratar a los demás como querrías ser tratado, y verás que es el camino más corto a la benevolencia". No hay duda pues que la necesidad de comportarse fraternalmente con quienes nos rodean, es una manera común de vivir desde las culturas milenarias. Un segmento informativo que pone al aire el único canal de noticias que todavía tiene el país, Globovisión, destaca el polémico caso que vive la Asamblea Nacional, en tiempos de Cilia Flores como su presidente, y en la actualidad con Fernando Soto Rojas a la cabeza de esta institución. Este momento de televisión, acuñado bajo la denominación de “Aunque usted no lo crea”, pone de relieve el áspero trato de la diputada Flores hacia la diputada Pastora Medina, de la oposición democrática, cuando groseramente la interrumpe en cuanto al tiempo de micrófono respecto del anterior ponente, Carlos Escarrá, del PSUV, a quien le permitió un espacio mayor. Sin embargo, con motivo de la interpelación a algunos ministros, Cilia Flores debe vivir el amargo instante que ella le propinó a Pastora Medina cuando no sólo la interrumpe, sino que la ofende. Es justo cuando Soto Rojas la ciñe al tiempo reglamentario recordándole que la ley es para todos. Decisión precisa que hace reflexionar sobre lo que el Talmud, Sabbat 31, dice: "Lo que a ti mismo te contraria, no lo hagas a tu prójimo." Aunque usted no lo crea.
Comunicación continua: necesidad inminente
Indiscutiblemente, las libertades de prensa, de expresión, de opinión, de información y de pensamiento, son los verdaderos acicates de la democracia. Es harto sabido y demostrado que la democracia se construye sobre las libertades y los derechos fundamentales del Hombre como exactas razones para vivir plenamente política, económica y socialmente. La dinámica de los actuales tiempos, busca instar la necesidad de mantenerse informado pues de ella depende, de alguna forma, la posibilidad de actuar en consonancia con las realidades tal como se suscitan en tiempo real. Por tanto, las decisiones suelen estar más apegadas a las condiciones que determinan los hechos. Esto deja ver que las preferencias del hombre del siglo XXI, se debaten alrededor de los medios que informan expedita y debidamente sobre el discurrir más inmediato a sus necesidades e intereses. Por eso, busca la información en los medios más convenientes. Más que música, va al encuentro de la información fidedigna, veraz y oportuna desde emisoras con apropiados contenidos. La Internet ha podido resolver parte de estos requerimientos. Y Mérida, no ha estado rezagada en esta materia. Nuevas emisoras comienzan a ocupar las redes sociales con estos propósitos. La novel emisora comunicacioncontinua.com, abanderada por la experiencia, pero sobre todo por la disposición y espíritu emprendedor del periodista Leo León, así lo expone. Aunque en período de prueba, promete catapultarse como pionera en información por cuanto habrá de distinguirse por ese valor político y social tan significativo como es el de brindar comunicación continua en aras de afianzar el conocimiento sobre lo que acontece en el complejo mundo actual. Éxitos a comunicacióncontinua.com
Un ejemplo que explica el socialismo
Un profesor de Economía de una reconocida universidad, alegó que él nunca había reprobado a ninguno de sus estudiantes. Pero que en una ocasión, tuvo que raspar al curso entero. Cuenta que ese curso le insistió en probar el socialismo puesto que éste funcionaba como modelo docente. Que bajo dicho sistema no existían ni pobres ni ricos, sino una total igualdad. El profesor les propuso a sus alumnos hacer un experimento en clase sobre el socialismo. Todas las notas iban a ser promediadas y a todos los estudiantes se les asignaría la misma nota de forma que nadie sería reprobado pero que nadie sacaría 20 puntos. Después del primer examen, las notas fueron promediadas y todos los estudiantes sacaron 15. Los estudiantes que se habían preparado muy bien estaban molestos. Mientras que los estudiantes que estudiaron poco, estaban contentos. Pero cuando presentaron el segundo examen, los estudiantes que estudiaron poco estudiaron aún menos, y los estudiantes que habían estudiado duro decidieron no trabajar tan duro ya que no iban a lograr obtener 20. Y por tanto, estudiaron menos. El promedio del segundo examen fue 10 puntos. Por supuesto que nadie estuvo contento. Pero cuando se llevó a cabo el tercer examen, todo el salón sacó 05. O sea, ¡todos salieron aplazados! Las notas nunca mejoraron. Los estudiantes empezaron a pelearse entre sí. Se culparon los unos a los otros por las malas notas hasta llegar a insultos y resentimientos pues nadie estaba dispuesto a estudiar para que se beneficiará otro que no lo hacía. Para el asombro de la clase, todos perdieron el año y el profesor les preguntó si ahora entendían la razón del porqué el gran fracaso del socialismo. Les dijo a sus alumnos que ello tenía una sencilla explicación. Simplemente, dijo “se debe a que el ser humano está dispuesto a sacrificarse trabajando muy duro cuando la recompensa es atractiva y así justifica el esfuerzo; pero cuando se elimina ese incentivo, nadie busca hacer el sacrificio necesario para lograr la excelencia. De ahí que el fracaso es general”. Y usted ¿qué cree?
Antonio José Monagas
amonagas@cantv.net
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