sábado, 18 de septiembre de 2010

LA PELEA DEL SIGLO, FRANCISCO RIVERO VALERA | EL UNIVERSAL (ELECCIONES DEL 26 DE SEPTIEMBRE)

Estas elecciones del 26 de septiembre es la nueva versión de la película Rocky IV, producida en 1985. Ambas representan el enfrentamiento entre el Comunismo y la Democracia. Ambas se pueden llamar la pelea del siglo. Ambas tienen dos oponentes: Drago y Rocky en la película; el chavismo y la oposición del pueblo venezolano, en las elecciones.

En la película, Drago tiene todo el apoyo político y económico del politburó comunista para obtener el triunfo; y Rocky, trabaja hasta con las uñas para lograr el mejor nivel de competencia. En nuestra campaña electoral, los chavistas comunistas disponen de todo el poder político y económico del gobierno o sea: todos los recursos del Estado, incluyendo la participación ventajista, in vivo, inconstitucional y directa del Presidente de la República; y la oposición trabaja día y noche para obtener los recursos económicos requeridos en toda campaña pública. El final de la película, aunque usted no lo crea, resultó ser doble: virtual y real. El virtual con el triunfo de Rocky, coronando con un discurso coherente de invitación a la unión de todos los pueblos. Y el final real con la caída del Comunismo e instalación de la Democracia en la Unión Soviética en 1991.

Ahora nos falta ver el resultado final de nuestras elecciones del 26 septiembre, que depende de nosotros. Si deseamos el triunfo de la Democracia no se puede dejar pasar ese día para cumplir con el deber que exige la Patria. Y, en este sentido, es de vida o muerte recordar 3 aspectos:

Primero, todo el mundo debe acudir a votar. La indecisión y la abstención son actitudes mortales en este momento histórico que vive el país.

Segundo: acudir a votar sin miedo, con justicia y con dignidad, recordando 2 cosas: que el voto es secreto, y que los 11 años y pico de calamidades que nos ha impuesto este gobierno nos tienen en la ruina moral, económica y social con la inseguridad, la corrupción, los millones de alimentos podridos, la incineración de 200 toneladas de medicamentos vencidos, el racionamiento de la electricidad, la represión de los medios de comunicación, las expropiaciones, la caída de la productividad, la inflación, la amenaza de radicalizar el comunismo después del proceso electoral y una lista interminable de plagas egipcias que han azotado a este país.

Y, en tercer lugar, vigilar la pulcritud de los comicios y la exactitud de los resultados. En ese momento es cuando se deciden las elecciones. Por lo tanto, es tan importante este momento que está viviendo Venezuela que hacer lo contrario equivale a cometer pecado grave contra la Patria, la Democracia y la libertad y condenar a nuestras futuras generaciones a la represión del mismo sistema castrocomunista radicalizado que nos ha agobiado durante los últimos 11 años y que ha resultado ser, después de 52 años de dictadura en Cuba, el modelo que no nos sirve ni a nosotros, según su propio mentor, Fidel Castro.

O sea, el 26 de septiembre será la oportunidad histórica de tomar uno de los dos caminos divergentes: la Democracia o el Comunismo. Y, dependiendo de nuestra elección, el país caminará hacia la libertad o hacia la radicalización de la represión; hacia el progreso o a la profundización de la miseria; hacia la defensa del país o a la traición de la Patria, y hacia la realidad de las palabras de Simón Bolívar: los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. Y Venezuela se merece el mejor.

Recuerde: de nuestro voto depende.

riverovfrancisco@hotmail.com

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LAS QUE LE GUINDAN, JUAN CARLOS APITZ

Se ha dicho hasta el cansancio que Esteban tiene carisma, que su liderazgo arrastra multitudes. Sin embargo, hoy pareciera que estamos ante el desgaste de ese carisma, que siempre cuidó de estar fuera del campo de la rutina diaria y de la esfera profana. La "gracia carismática", como dice Max Weber, comienza a serle esquiva. Luce abandonado de su Dios, de su poder mágico o heroico; y su gobierno ya no aporta ninguna prosperidad real y permanente a sus seguidores. Así que, su autoridad carismática se halla en peligro de extinción.

En efecto, once años después de su primera elección presidencial, en diciembre de 1998, con el 54% de la votación y tres años después de su reelección, en diciembre de 2006, con el 64%. Ya para finales de 2009, Esteban, ha visto reducir su caudal de votación en los tres últimos procesos electorales en, aproximadamente, el 50% de los votos escrutados. En el 2007 para el referéndum de la reforma constitucional redujo el 48%; en el 2008 para las elecciones de alcaldes y gobernadores redujo el 52% y en el 2009 para el referéndum de la enmienda constitucional redujo el 53%.

En cambio, la oposición democrática venezolana elevó su votación en los mencionados procesos electorales en un 50%, poco más o menos, desde un promedio de 38% a 40%, en todas las elecciones y referendos realizados desde 2006. Igualmente, las encuestas y los estudios de opinión efectuados en el 2009 demuestran un rechazo a la figura presidencial superior al 60%, en especial, a todas las políticas públicas, así como a los actos represivos del gobierno.

En febrero de este año, Esteban registra en las encuestas de mayor rigor técnico una intención de voto de alrededor del 40%, por debajo de una cota histórica que superaba el 50%. Asimismo, llama la atención que habitualmente el pueblo exculpaba al Presidente de los graves problemas que aquejan al país: inseguridad personal, inflación, desempleo, desabastecimiento, falta de agua, cortes de luz, corrupción, etc. En cambio, hoy, la opinión pública refleja claramente que la ciudadanía responsabiliza directamente al Presidente y a su gobierno de tales males. Son signos de un desencanto creciente que alcanza tanto a los opositores de siempre como a aquellos que votaron por el comandante, dada su percepción de incapacidad para gobernar, podredumbre administrativa, y abusos y atropellos a los derechos humanos.

Puede explicar también la creciente perdida de carisma presidencial el que los venezolanos están plenamente convencidos de que no quieren un partido político único; una única televisora; una única estación de radio; un único diario impreso; un pensamiento único. Tampoco desean la estatización de los medios de comunicación; un "realismo socialista" para las artes y la cultura; la eliminación de la educación privada; la transformación de la educación pública en herramienta de ideologización; la supresión de la autonomía universitaria y la libertad de cátedra; la instalación de campos de concentración y, finalmente, la eliminación de la propiedad privada.

Ante las pretéritas gracias (¿carismáticas?) del comandante, el venezolano ya le responde: "Las que le guindan…".

¡Todos a votar este 26S!

www.juancarlosapitz.com - justiciapitz@hotmail.com - twitter: @justiciapitz

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¿HORA DE UNA REVOLUCIÓN LIBERAL?, HECTOR A. MARTINEZ

Estamos en pleno siglo XXI y los partidos tradicionales han comenzado a padecer de fatiga política, síntoma propio de esa etapa institucional que es precisamente, la senilidad doctrinaria. Y es que, aún con los resabios que los viejos nos heredaron, las nuevas generaciones ya no queremos pintarnos del color de esos bandos cuya

s banderas han flameado en la campiña latinoamericana al son de la perorata del bullanguero “líder” del partido. En Honduras, el ADN partidista ha comenzado a desnaturalizarse y es natural que ello suceda: si a estas alturas los políticos siguen pensando que los mensajes que inducirán a los votantes a seleccionar a los “elegidos del pueblo” puede ser el resultado de una teoría pavloviana de causa-efecto, encaramada en el perverso marketing social, están milenariamente equivocados. Los votantes necesitan que una organización política se defina en su pensar y en su actuar porque, para ambivalencias, ya tenemos suficiente.

Y de la imprecisión no escapa el Partido Liberal de Honduras que, desde luego, resiente el deterioro. La disolución de la fórmula centenaria que sus padres fundadores le inyectaron, ha comenzado a surtir su efecto decadente. Para ser optimistas, de la concepción originaria de Céleo Arias y Policarpo Bonilla, o mejor aún: de Ramón Rosa y Marco Aurelio Soto, apenas queda un vago recuerdo. El credo fundador que fue una “exaltación de la

libertad y de los principios enaltecedores de la dignidad de la persona humana”, según reza la historia de ese partido, ahora sólo adorna panfletos. Y es que el problema sigue siendo la definición del rumbo. ¿Sabrán sus integrantes, veteranos y jóvenes, lo qué significa ser “Liberal”? Porque la militancia no basta si no se entiende ni se practica una doctrina. Orgullo para los liberales es afirmar que el PL es un partido pluralista, que abre puertas a todos los ideales y tendencias sin distingos, y ahí radica su crisis actual y la amenaza de un hipotético desmembramiento. Preguntamos, el pensamiento y doctrina del PL: ¿Deberá ser clásico; conservador o radical? Porque si se tiran por la primera opción, deberán hacer toda una revisión filosófica que obviamente deberá traducirse en un planteamiento sobre la economía de mercado, resguardada por una democracia no menos liberal. Y digo revisión porque, aunque la estructura demo-liberal sea el modelo adoptado en Honduras, el funcionamiento del mercado y de la democracia actual dista mucho de ser “liberal” en el sentido clásico de la acepción. Me imagino que esto provocaría reacciones negativas para evitar ser tachados de “neoliberales” por lo que buscarían una tendencia más centrista como la que hoy ostentan. Si el centrismo impera, la inclinación seguirá siendo una postura ambivalente que tanto daño le ha hecho al país cuando se le otorga “in sacris” una prioridad al Estado en la resolución de los problemas sociales y económicos y la empresa privada seguirá siendo algo menos que un feudo. Pero este estilo ¡ay! seguirá siendo el patrón hasta ahora practicado porque es el cuño que ha promovido una substancia heterogénea de izquierdistas y conservadores en el PL que no sabe a nada, más que a un populismo execrable. Un unto de profesionales universitarios de clase media calados en “tuxedos” que hablan de economía de mercado y de doctrinas clásicas, siempre y cuando se apliquen bastante lejos de nuestro país.

Y siempre habrá chance para las tendencias radicales como la que se ha colado actualmente –recuerde que el PL es pluralista-. Pues bien: de aquella ala izquierdista de antaño, tampoco queda nada: jóvenes empresarios; profesionales ex militantes del FRU, con una visión más conservadora, se han extinguido. Ahora contamos con una remesa sureña de refundadores que se han valido del partido para concretar otras ideologías enemigas del liberalismo, de la democracia y sus instituciones. Compare el pensamiento de Patricia Rodas con el de su padre y se va a dar cuenta de la sustitución abominable de un pensamiento alejado de la doctrina original. Socialismo y liberalismo son incompatibles.

Mientras se deciden, debemos recordarles a los dirigentes liberales que ya es hora de modernizar al partido con una concepción que vaya más allá de la teoría trazada en los viejos idearios. Que aunque las libertades individuales siguen siendo el progreso de una sociedad y la consolidación de un Estado de Derecho, la realidad exige el respeto por un mundo donde los individuos sean iguales ante la ley, sin que existan privilegios ni distinciones para algunos, ni la falta de oportunidades para otros. Y eso mis amigos, significa hacer una revolución que vuelva inmune al partido contra la infección de cualquier alimaña ideológica que se precie de ser “liberal”. Porque entonces van a seguir cayendo en el error que ya cometieron un día y que les está costando peligrosamente hasta la propia existencia.

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HINTERLACES: 71% RECLAMA UN PARLAMENTO EQUILIBRADO. NOTICIA EN EL NACIONAL DEL 18 DE SEPTIEMBRE DE 2010 ( HERNÁN LUGO-GALICIA)

Diputados: 69 oposición, 96 oficialismo. La mayoría de los encuestados se inclinan por un cambio de liderazgo en 2012 y no por la permanencia de Chávez, además señalan que el oficialismo no tendrá mayoría

El monitoreo, efectuado entre el 8 y 14 de septiembre, a 1.036 personas, con un error muestral de 3,2%, recoge una intención a favor de la oposición de dos puntos: 34% se inclina por los aspirantes adversos al Gobierno; 32% por los del PSUV; 23% por “Ninguno”; 4% por Patria Para Todos, y 4 % No sabe, No contesta.

La cobertura geográfica de la consulta incluyó 20 estados y los resultados sorprenden porque “Los Ni

-nis” tendrían la opción de decidir a última hora: 37% asegura no declararse de ninguna tendencia, frente a 33% que se identifica como chavista, y 28% como opositor.

La mayoría, 77%, considera como “Muy importante” la función del Parlamento para solucionar los problemas del país, mientras 15% lo califica de “Algo importante”.

El tracking arroja datos sobre cuál es la percepción que tienen los venezolanos sobre la necesidad que no haya imposición de un sector sobre otro: 61% considera que debe haber “Equilibrio”; mientras que apenas 19% cree que es conveniente que el oficialismo logre la mayoría parlamentaria frente a 15% que se manifiesta por la oposición. Al igual que los últimos sondeos de otras empresas, la mayoría asegura que irá a los centros de votación. 76%, según Hinterlaces.

Como anexos encontrará más información sobre cómo ven los venezolanos la situación del país, el futuro, la inseguridad, la evaluación negativa de la gestión del Presidente Hugo Chávez (51% la describe de negativa, 46 % de positiva), y la renovación del liderazgo (60% del estrato E, 62% del sector D y 73% de Ninis sostienen que Chávez debe entregar el poder en 2012 a un nuevo liderazgo).

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LAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS EN VENEZUELA, ÁLVARO F. ALBORNOZ P.

Faltan pocos días para que se celebren las elecciones parlamentarias en Venezuela. Se elegirán 165 diputados a la Asamblea Nacional (antiguo Congreso Nacional) y 12 diputados al Parlamento Latinoamericano. Será un día histórico y trascendente para todos los venezolanos porque de esa elección puede depender el futuro del país y que se comience a detener la instauración del comunismo.

Será un día difícil por muchas razones. Una de ellas es que el fantasma del fraude electoral siempre estará presente y por eso los venezolanos no confiamos en el Consejo Nacional Electoral, ya que es un ente absolutamente parcializado con el régimen que destruye a la nación.

Se irá a votar con un registro electoral totalmente viciado donde, según los expertos, existen entre 3 millones a 5 millones de electores virtuales. Se irá a votar con un sinnúmero de personas con 3 y hasta 5 cédulas falsas que le permiten suplantar a electores y votar por ellos. Se irá a votar bajo un proceso totalmente desigual donde el régimen abusa del poder utilizando los recursos públicos para su campaña electoral y para beneficiar a sus nefastos candidatos. Se irá a votar en un proceso donde el Teniente Coronel encadena a diario y por muchas horas a las emisoras de radio y televisión para engañar al pueblo y distorsionar la realidad. Se irá a votar a sabiendas de que el resultado, de ser favorable a la oposición, no será reconocido por el señor Chávez o a sabiendas de que el régimen obstaculizará por todos los medios posibles la gestión de los diputados demócratas tal como ya lo ha hecho con el Alcalde Antonio Ledezma y con todos los Gobernadores de oposición. Se irá a votar a sabiendas que las máquinas de votación son totalmente vulnerables y controlables por el régimen, quien tiene bajo su poder a la CANTV y al CNE.

Sin embargo; la mayoría decidió ir a votar y confiar en Dios en que puede ser una oportunidad para comenzar a salir de la pesadilla en que vivimos. La gente quiere salir democráticamente de este atolladero y no permitir un río de sangre como desea el régimen del terror que gobierna al país. La gente tiene miedo a utilizar otras vías de lucha porque saben que la dictadura nos aniquilaría sin rubor con todas las armas de guerra que ha comprado y repartido en sus milicias y seguidores. Sabemos que las Fuerzas Armadas perdieron su dignidad y que no nos defenderán ante los atropellos del régimen. Por eso el pueblo se siente desamparado y desesperado en esta difícil lucha, donde ni siquiera contamos con los organismos internacionales ni gobiernos extranjeros, quienes se hacen la vista gorda ante las gravísimas y reiteradas violaciones de derechos humanos que ocurren en Venezuela y quienes prefieren no entrometerse a cambio de jugosos cheques producto de nuestra riqueza petrolera que es ilegalmente utilizada para estos fines.

Así que, como la decisión mayoritaria ha sido votar y cambiar a la vergonzosa Asamblea Nacional, el próximo 26 de septiembre puede plantear diversos escenarios:

El primero, que gane la oposición y obtenga mayoría calificada, lo cual la facultará para tomar decisiones trascendentes que permitan desmontar el sistema totalitario y hegemónico que ha impuesto Chávez. Este sería el escenario ideal.

El segundo escenario es que gane el partido de gobierno y no permitan que se desmonte el sistema comunista que se ha venido diseñando. Pero siempre habrán diputados de oposición que se podrán convertir en piedritas en el zapato para hacerles menos fácil la tarea al régimen. Muchos dicen que es preferible tener algunos diputados que no tener ninguno. Además, estos diputados tendrán la labor de convencer a los diputados electos por el chavismo de que salten la talanquera y se unan a la oposición. Si en la actual Asamblea que era 100% roja rojita se le voltearon a Chávez casi 20 diputados, seguramente en una nueva Asamblea que tenga entre 70 y 80 diputados de oposición, que es lo menos que puede obtener, los saltos de bando serán aún mayores y más rápidos.

Pero nada será tan fácil. Hay que recordar que quien gobierna al país no es un demócrata ni una persona civilizada y que hará todo lo que esté a su alcance para perpetuarse en el poder y para seguir manteniendo su hegemonía. Esperemos que los diputados que salgan electos o que el régimen permita que salgan electos, sean hombres y mujeres valientes, con principios morales sólidos y que tengan el coraje necesario para enfrentar sin miedo al totalitarismo cleptocrático de Chávez y sus secuaces.

Este segundo escenario puede ser producto de un mega fraude y en ese caso nace el derecho al desconocimiento de las elecciones y su impugnación ante los organismos nacionales e internacionales e inclusive el derecho a la rebelión civil legitimada de que hablaba Santo Tomás de Aquino.

De manera que los análisis de la situación política de Venezuela se deben hacer a partir del 27 de septiembre, cuando ya se tenga claro el panorama de la conformación de la Asamblea Nacional; aunque estos nuevos diputados asumen sus cargos en enero de 2011 y en esos 3meses de ínterin puede ocurrir cualquier cosa por parte del siniestro régimen.

Por ahora ya el país decidió que va a votar el 26 de septiembre. Esperemos que se defienda con dignidad un eventual triunfo si nos es arrebatado y que los diputados electos no vendan su conciencia al régimen.

Sin embargo, para salir de esta penosa situación es necesario que todos nos unamos y hagamos un consenso en los métodos y estrategias, porque mientras estemos dispersos y cada quien con una estrategia diferente será más difícil la salida.

La mayoría de los venezolanos queremos que termine esta pesadilla y deseamos que en Venezuela exista Paz, Democracia, Libertad y Progreso. Pero hay un sector que busca solo la vía electoral como método; otro sector que busca vías violentas; otro sector que busca vías internacionales; otro sector que propicia la desobediencia civil, otro sector que exige la renuncia de Chávez, etc. Y lo peor es que cada sector descalifica al otro y lo insulta por no compartir la misma estrategia. Es decir, que aún teniendo todos el mismo objetivo, cada grupo tiene una estrategia y un método diferente y por eso el resultado no ha sido positivo o favorable. Cuando todos logremos un consenso y trabajemos juntos en una sola estrategia o que todos trabajemos en todas las estrategias alternativamente o simultáneamente, ese día lograremos el objetivo común. Y ahí radica la verdadera unidad. Mientras tanto es importante que no existan peleas entre los que tenemos el mismo objetivo. Nuestros adversarios son otros.

Que Dios bendiga a Venezuela y la libre de tanta maldad!

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CUANDO LOS JUECES SON JUZGADOS. ORLANDO OCHOA TERÁN

Pocos delitos son más repulsivos que la complicidad de magistrados, jueces y fiscales con el poder para criminalizar la disidencia. La vesania que domina la mente de un torturador es más primitiva que la vil elaboración intelectual que procesa un magistrado, un juez o un fiscal para enmascarar la justicia y adular o beneficiarse del poder.

El día que llegue la justicia al sistema judicial bolivariano, las repercusiones serán inevitables, perturbadoras e indeseables. Penalidades que hoy parecerían como modelos de barbarie y desmesura, han sido consideradas por países civilizados donde se arraigado el odio. Las penas colectivas que preliminarmente y separadamente consideraron los gobiernos de EE UU y la Unión Soviética para castigar a Alemania, próxima como estaba a rendirse, todavía causan estupor.

En Yalta, cuando ya era inevitable la derrota nazi, Stalin propuso ejecutar 50.000 alemanes de la cúpula nazi. Con ironía Roosevelt contestó ¿por qué no 49.500? El Plan Morguenthau, designado con el nombre de su creador, el Secretario del Tesoro de EE UU, proponía imponer a una suerte de ingeniería de reverso a fin de retrotraer a Alemania a una sociedad rural con un Estado mediatizado. Después de una dilatada consideración el propio Roosevelt desistió de la propuesta visto el rechazo de Churchill.

Sin embargo, la moderna historiografía da cuenta que en la práctica la venganza se cumplió. Decenas de millones de civiles perdieron la vida como resultados de las atrocidades cometidas por el Ejército Rojo rumbo a Berlín. Más de 5 millones de mujeres alemanas fueron violadas. El odio era una poderosa arma política nazi, hasta que se revirtió.

Por primera vez en la historia, en los Juicios de Nuremberg y en los Tribunales de Tokio, se procesaron a violadores del derecho internacional. Pese a que los procesos fueron criticados como “justicia de vencedor”, los principios que prevalecieron en estos juicios fueron reconocidos por la ONU e inspiraron el Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional.

Desde el punto de vista de la hermenéutica jurídica las legislaciones de regímenes comunistas, fascistas, autocracias y de dictaduras son semejantes. Sus leyes son destinadas a imponer la segregación, la obediencia, la uniformidad ideológica y la represión de la disidencia.

La “bolivarización” judicial

Basta conocer algunos principios de la “nazificación” de la legislación alemana para comprobar la asombrosa semejanza con la “bolivarización” de hecho de la justicia venezolana, respaldada por la Asamblea Nacional, magistrados, jueces y fiscales, sin los cuales nunca pudo haber tenido lugar.

En 1938 la legislación nazi adoptó diferentes niveles de penas por el mismo delito de modo que los jueces podían establecer sentencias más altas a los judíos y a los polacos que a los alemanes. ¿Alguna diferencia con la “justicia bolivariana” impartida a los participantes en el caso del Puente Llaguno? El régimen nazi segregó de la administración pública, del estrado judicial y de las universidades a judíos y polacos. ¿Alguna diferencia con la práctica generalizada de la Lista de Tascón y Maisanta?

En el sistema judicial nazi el Parlamento sancionó la facultad excepcional de Hitler de modificar una sentencia que el “sentimiento del pueblo” considerara venial. En la Venezuela bolivariana un oficial de la Guardia Nacional la proclama por su cuenta la pena de muerte con la aquiescencia del presidente.

En el juicio de Nuremberg unos de los más prominentes jueces del nazismo, Franz Schlegelberger, admitió que por órdenes de Hitler hubo de corregir una sentencia de dos años, impuesta a un judío (caso Luftgas), por la pena de muerte. ¿Alguna diferencia conceptual de la condena a máxima pena que el presidente Chávez exigió por TV para la jueza María Lourdes Afiuni?

A diferencia de la Constitución venezolana, en la legislación nazi, según alegaron los jueces imputados, no existía formalmente la separación de poderes. De acuerdo con el principal testigo de la defensa, el jurista Janrreiss, en Alemania estaba vigente el “Principio del Fuhrer” o princeps ab legibus solutus, que se origina en la antigua Roma, según el cual el Fuhrer era “dueño y libre de la leyes”. No obstante, el juez nazi Franz Schlegelberger, entre muchos otros, fue condenado a prisión de por vida en el Juicio de los Jueces de Nuremberg.

Cuándo los jueces bolivarianos sean juzgados ¿le ayudará a Alí Paredes, juez de la juez María Lourdes Afiuni, alegar en su defensa el principio de Chávez ab legibus solutus?

o.ochoa@att.net

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LO QUE SE JUEGA EN VENEZUELA, ÁLVARO VARGAS LLOSA

Washington, DC—En cualquier dictadura que acude a las urnas, los movimientos de oposición se enfrentan a un dilema: participar o no participar. Si lo hacen, pueden legitimar la farsa electoral. Si no lo hacen, ceden todo el espacio institucional al dictador.

Hace cinco años, la oposición venezolana boicoteó las elecciones a la Asamblea Nacional. Su razonamiento fue moralmente correcto: todo apuntaba a una elección fraudulenta y cualquier colaboración con la farsa de Hugo Chávez lo ayudaría. El resultado fue una Asamblea Nacional que, a excepción de unos cuantos renegados, ha actuado como muñeco de ventrílocuo de Chávez, sin costo real alguno para él. Cuando se celebraron los comicios, Chávez se encontraba mucho más allá del punto en el que la opinión pública importaba.

Por este motivo la Mesa de la Unidad Democrática ha tomado la decisión acertada al participar en las elecciones parlamentarias que tendrán lugar en Venezuela el 26 de septiembre. Ante la perspectiva de un Estado totalitario, la abstención no es una opción. Ganar la discusión moral —el objetivo básico de la abstención —es inútil cuando el teatro de guerra político ya no es lo que está bien y lo que está mal, sino el de unas instituciones republicanas moribundas frente a un gigante tiránico. En este escenario, la necesidad urgente es la preservación de cualquier capital político que aún posean aquellos que luchan por la supervivencia de la república. La necesidad mayor es revertir la tendencia a favor en suyo. Al participar en la votación, la oposición está haciendo lo primero y al menos manteniendo viva la posibilidad de lo segundo.

Sabemos que esta no será una elección justa. Aunque las encuestas indiquen que la oposición se encuentra ligeramente por delante del gobierno, y aun cuando dos tercios afirman que Chávez debería dejar el poder el año próximo en lugar de buscar otro mandato, las condiciones imperantes no permitirán que los enemigos del gobierno obtengan la mayoría de la asamblea. Los estados proclives a Chávez tienen una representación desproporcionada: la oposición necesita un poco menos del 60 por ciento de los sufragios para alcanzar una mayoría. Teniendo en cuenta al innoble órgano electoral, la campaña de violencia e intimidación contra los críticos, y las restricciones impuestas a los medios de comunicación y otras organizaciones, no hay posibilidad de que el recuento oficial coincida con el número de votos reales reunidos por la oposición.

Pero la campaña ha confirmado que la mayoría de los venezolanos repudian al régimen aun cuando el nivel de apoyo, un 40 por ciento, es elevado. Ha ayudado además a concentrar las mentes de la gente en el trágico saldo del socialismo bolivariano: una delincuencia incontrolable (160 mil muertes en 2009); la ruina de los servicios públicos (cortes diarios de energía a pesar de que la represa del Guri, que suministra las dos terceras partes de la electricidad del país, ahora tiene harta agua); la escasez de alimentos (y el acaparamiento por parte de funcionarios que los venden en el mercado negro); la inflación (por encima del 30 por ciento); y una contracción económica este año, cuando el resto de América Latina se encamina hacia una tasa promedio de crecimiento superior al 5 por ciento.

Las elecciones darán a los opositores una presencia en la Asamblea. Sí, es probable que Chávez se incline por sus “asambleas comunales”, entidades locales organizadas para sustituir a las instituciones republicanas, como una fuente alternativa de poder legislativo. Pero la Asamblea seguirá proyectando la voz de la oposición más allá de sus límites actuales y aumentará el costo del hostigamiento cotidiano de la dictadura a los funcionarios electos que no son sumisos. Si la oposición obtiene un tercio de la Asamblea, Chávez tendrá que descalificar, enviar a la cárcel, apalear o expulsar a un número muy significativo de parlamentarios electos pertenecientes a un órgano de alto nivel con sede en Caracas —en lugar de hacerlo con un gobernador de este estado o un alcalde de aquella ciudad—.

Nadie debe albergar la ilusión de que existe una relación proporcional entre el número de personas que quisieran ver a Chávez salir del poder y las posibilidades de que esto acontezca pronto. Desde que Chávez regresó al poder tras el efímero golpe de Estado de 2002 y, quizás más decisivamente, desde su victoria en el referéndum revocatorio de 2004, la fortaleza relativa de las fuerzas en juego cambió a favor del caudillo. Lo que es posible, con mucha ayuda de las Parcas, es debilitarlo gradualmente hasta el punto en que se desaten dentro del régimen uns fuerzas que lo dejen impotente frente a una gran mayoría de venezolanos dispuestos a enfrentársele.

La participación en estas elecciones es un pequeño paso en esa dirección. Vale la pena darlo.

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