viernes, 10 de diciembre de 2010

TRIBUNA LIBERTARIA. COMPENDIO OPINÁTICO. RAUL AMIEL. 10/12/2010. OPINIONES DE MIGUEL JIMÉNEZ, RICARDO GIL OTAIZA Y GABRIELA CALDERÓN DE BURGOS

"Di la verdad aunque sea amarga. Di la verdad aún contra ti mismo." Mahoma

Esfuérzate, anímate y trabaja. Solo faltan 760 dìas. Artículo 231. Constitución de 1999. El nuevo Presidente tomará posesión el 10/01 del primer año de su período constitucional.- @raulamiel

*EL PETRÓLEO VENEZOLANO NO BASTA PARA FINANCIAR EL SOCIALISMO. MIGUEL JIMÉNEZ
*LAS MENTIRAS DE HUGO CHÁVEZ. RICARDO GIL OTAIZA
*LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD. GABRIELA CALDERÓN DE BURGOS

EL PETRÓLEO VENEZOLANO NO BASTA PARA FINANCIAR EL SOCIALISMO. MIGUEL JIMÉNEZ,

Problemas de control de calidad, dificultades financieras, cifras de producción infladas, precios manipulados y necesidad apremiante de inversión exterior. Ese es el panorama de la industria petrolera venezolana, el auténtico motor económico del país, que dibujan las comunicaciones de la Embajada de Estados Unidos en Caracas al Departamento de Estado en Washington.

Los recursos petroleros, básicos para financiar las políticas sociales con que el presidente Hugo Chávez intenta contentar a su electorado, no han sido suficientes para que la economía venezolana crezca al ritmo de sus vecinos. El deterioro económico (con una situación de hiperinflación, recesión y hasta racionamiento de servicios básicos) se ha traducido en una pérdida de popularidad de Chávez, que se ha dejado ya notar en las urnas. La falta de mayoría cualificada en la Asamblea Nacional dificultará al presidente sacar adelante su agenda revolucionaria socialista.

Los documentos obtenidos por Wikileaks a los que ha tenido acceso EL PAÍS muestran que la Embajada de EE UU ha tenido acceso a numerosos altos cargos de la petrolera estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela) y del Ministerio de Energía y Petróleo. El personal de la legación estadounidense en Caracas estaba sobre aviso para identificar en las largas colas de petición de visado a aquellos que pudieran proporcionar datos útiles. Tras ahorrarles la cola, los diplomáticos se cobraban el favor en especie, a cambio de información.

Los confidentes, para los que la Embajada pedía la máxima protección, revelan por ejemplo que la cesta de petróleo venezolana está "manipulada" por la inclusión en la misma de productos refinados. Eso es lo que había permitido que la diferencia entre la cotización del barril venezolano y la del petróleo WTI, de alta calidad, se redujese de 13 a 5 dólares en un año. "La admisión [del directivo] acerca de la manipulación del precio de la cesta de crudo refuerza las sospechas sobre la propensión del Gobierno de Chávez a manipular las estadísticas oficiales", señalaba el embajador Patrick Duddy al Departamento de Estado.

Según otro documento confidencial, un alto cargo del Ministerio de Energía (identificado también en la cola de los visados) admitía que en ocasiones PDVSA exportaba petróleo para su almacenamiento en el exterior y luego lo volvía a importar para refinarlo y exportarlo otra vez, contabilizando por partida doble una misma producción. Ese alto cargo admitía que las cifras de producción reales venezolanas estaban bien por debajo de los 3,3 millones de barriles de crudo diarios que PDVSA declaraba. Fuentes internacionales, de la propia PDVSA y de otras empresas del sector en Venezuela llevaban a la Embajada a concluir hace un año que la cifra real de producción venezolana estaba en torno a los 2,3 millones de barriles diarios, cayendo por la falta de inversión y por la nacionalización de compañías de servicios complementarios del sector.

La producción inferior a la declarada, la recesión económica y la insostenibilidad del control de cambios con el tipo oficial frente al dólar de hace un año son los factores que habrían llevado al Gobierno de Chávez a decidir en enero pasado una devaluación del 50% del bolívar, que ha perdido el 99% de su valor desde que gobierna Chávez. Los ingresos en dólares del petróleo le permitirían financiar sus políticas sociales con mayor facilidad gracias a un bolívar devaluado, según el análisis de los diplomáticos estadounidenses.

Otro directivo de PDVSA dio cuenta al personal de la Embajada de cómo se estaban disparando los problemas de control de calidad de los productos petroleros (especialmente los refinados) y de cómo eso se estaba traduciendo en altos costes en forma de compensaciones y descuentos para la compañía, que en su día llegó a ser una empresa caracterizada por la excelencia de sus operaciones.

Otro problema acuciante para el país es la dificultad de atraer inversión externa. Tras una oleada de nacionalizaciones y un severo control de cambios que impide repatriar dividendos, las compañías petroleras y de otros sectores que contactan con la Embajada se muestran reacias a invertir en el país. Los cables de la Embajada recogen cómo Chávez ha intentado atraer a compañías de Rusia, China e Irán para que inviertan en el sector petrolero venezolano. Pero los documentos no solo señalan que esas negociaciones apenas han dado fruto, sino que en algunos casos han perjudicado claramente a Venezuela. Así, otro directivo de PDVSA señala que en algunos acuerdos el precio que China paga en la práctica por el crudo venezolano es de 5 dólares por barril, y que las compañías chinas están aprovechando para revender a otros países el petróleo que compran a Venezuela con jugosos beneficios.

La dificultad para atraer inversiones se está volviendo contra el Gobierno de Chávez. Uno de los documentos estadounidenses revela cómo la italiana ENI impuso sus condiciones al Ministerio de Energía con un ultimátum sobre una concesión en la faja del Orinoco. "O lo tomas o lo dejas. Yo puedo coger mi avión y marcharme", se relata que le dijo el jefe de ENI, Paulo Scaroni, al ministro de Energía, Rafael Ramírez, media hora antes de la ceremonia. Y este se vio obligado a ceder ante la falta de alternativas.

Los documentos estadounidenses muestran que la preocupación por la economía venezolana se ha extendido a otros países como Argentina, Brasil o Cuba. "El presidente Chávez, por su parte, es plenamente consciente del impacto que la evolución económica del país ha tenido en su popularidad", se señala en un análisis de los graves problemas e incertidumbres que acosan a la economía venezolana y que amenazan a su proyecto de revolución socialista bolivariana.

Eso sí, ante ese panorama económico crítico, los diplomáticos de Estados Unidos no perdían el sentido del humor. Prueba de ello es el cable titulado "Haciendo el socialismo más fácil de tragar", en que dan repaso a la apertura, hace algo menos de un año, de la primera "arepera socialista", en que las arepas (una especie de tortas de maíz rellenas) se venden a la cuarta parte de su precio. A diferencia de las cadenas "capitalistas" de comida rápida (los venezolanos adoran los McDonald's) que según el Gobierno bolivariano "solo piensan en el dinero", en la arepera socialista la caja registradora está en una esquina y los clientes pagan al acabar de comer diciendo ellos mismos lo que han consumido sin que nadie les controle. "Dejadles comer arepas", concluye el cable diplomático estadounidense.


LAS MENTIRAS DE HUGO CHÁVEZ. RICARDO GIL OTAIZA

Recuerdo que hace años, cuando era aún estudiante universitario, un compañero solía ubicarse en la primera fila del aula para tener lo más cerca posible al profesor y así responder con prontitud a sus interrogantes. Claro, yo no recordaría la situación, si no hubiese estado signada por la inverosimilitud y hasta por la comedia.

A cada pregunta de la profesora de física, el amigo presuroso apelaba por la calculadora, sacaba sus cuentas y le daba un resultado. Lo malo estaba en que los resultados del amigo eran completamente contrapuestos a la respuesta que la profesora aspiraba. Si en el problema la respuesta era + 40, el amigo decía: - 40. Si la dirección de la fuerza era hacia la derecha el amigo respondía que hacia la izquierda. Y no era que el pobre no se esforzara por hacer las cosas bien, porque hasta se le podía ver rubicundo, con las orejas encendidas de tanto esfuerzo, sino que su naturaleza, su personalidad, o un no sé qué, lo impelía a responder de manera contraria a lo que se esperaba.

Eso duró hasta que una mañana (las clases eran a las siete) la profesora —harta de la estupidez de mi amigo—, le dijo con contundencia en medio de la expectación del auditorio: "Hijo, te aconsejo que cada vez que me vayas a dar una respuesta me digas lo contrario a lo que te dan tus resultados". Santo remedio, a partir de entonces el amigo fue asertivo en sus respuestas (al menos en la clase), aunque lamentablemente repitió seis o siete veces la asignatura y terminó por retirarse definitivamente de la carrera.

Recordé esta situación "tragicómica" al ver de nuevo el video de una entrevista que el periodista Alberto Ferrer Ávila le realizara en diciembre de 1998, en Caracas, al entonces candidato Hugo Chávez Frías, en la que repitió, ante la insistencia de Ferrer, que entregaría el poder al finalizar los cinco años de su período constitucional, que no nacionalizaría empresas, y no le quitaría la concesión a los medios de comunicación adversos. Expresó, además, con un sí contundente, que en Cuba hay una dictadura. Como en el caso de mi compañero de clases, Chávez respondió a cada una de las interrogantes lo que correspondería a otra cosa en la realidad. Lo grave del caso es que mi compañero daba falsos resultados presa de una ignorancia rayana en idiotez, mientras que el entonces candidato mintió sin rubor, de manera deliberada, porque tenía debajo de la manga su proyecto hegemónico, y ya estaba tejiendo sus hilos.

Las mentiras de Chávez se han hecho más evidentes en la medida en que ha profundizado las raíces en el poder, y se ha agarrado de él como si en ello se le fuera la vida. Recuerdo que varios de los aspectos de su discurso "cazabobos" fueron, entre otros, el que acabaría con los niños de la calle, con la pobreza, con la marginalidad, con el déficit de viviendas.

Dijo, también, que disminuiría los ministerios y la burocracia del Estado, que lucharía contra la corrupción, que respetaría la autonomía de los poderes, que haría, en definitiva, un gobierno para todos. Creo que a estas alturas no tendría que hacer mucho esfuerzo para demostrar en estas breves páginas que nada de eso fue cierto. Peor aún, como en el caso de mi viejo compañero de clases, todo se dio, pero al revés. Hay más pobreza, mendigos y niños de la calle que ayer. El dinero no alcanza para nada.

Los tentáculos del Estado son más poderosos y hay más ministerios, hay mayor corrupción bajo la mirada impune de los organismos contralores, ha cerrado medios de comunicación porque sus líneas editoriales no le son favorables, ha nacionalizado empresas, y ha expropiado bienes privados. Y como broche de oro, para el Hugo Chávez de hoy, en Cuba no hay una dictadura y con su apoyo financiero y moral ha ayudado a sostenerla para mayor oprobio de América Latina.

Si la bella historia de Carlo Collodi, Pinocho, se hiciese realidad, el presidente Hugo Chávez no podría soportar el peso de su inmensa, gigantesca, descomunal y desproporcionada nariz.

LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD. GABRIELA CALDERÓN DE BURGOS

Hay personas que parecen confundir la pobreza con la desigualdad de ingresos. Esta confusión suele resultar en políticas públicas que promueven la redistribución de ingresos en desmedro de la reducción de pobreza.

No hay una relación clara entre el grado de concentración de ingresos y la riqueza o la pobreza. Por ejemplo, entre el grupo de sociedades con bajos niveles de desigualdad de ingresos se encuentran países pobres y ricos como Etiopía y Noruega. Entre el grupo de sociedades con niveles altos de desigualdad de ingresos también encontramos países pobres y ricos como Ghana y Estados Unidos.

La riqueza no está dada, hay que crearla y se ha incrementado de manera impresionante. De acuerdo al Banco Mundial, 730 millones de personas menos vivían en pobreza extrema (menos de $ 1,25 al día) en 2009 que en 1981 a pesar de que la población aumentó en 2.000 millones durante el mismo periodo. Y algo que sí sabemos es que el crecimiento económico está correlacionado con la reducción de la pobreza. Un estudio de países de bajos ingresos mostró que cada punto de porcentaje adicional de crecimiento reducía la pobreza extrema en 2,4 puntos porcentuales.

En el caso de Ecuador, el objetivo principal de este Gobierno ha sido la redistribución del ingreso. De acuerdo a un estudio de Juan Ponce y Alberto Acosta de la Flacso, entre 2006-2009 ha habido un estancamiento en los niveles de reducción de pobreza. Los datos de los autores muestran que los gobiernos anteriores redujeron la pobreza entre 2003 y 2006 de 49,1% a 37,4% y la pobreza extrema de 26,8% a 16,8%. Los autores indican que incluso observando la pobreza de acuerdo al indicador alternativo de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), también se percibe una desaceleración en la reducción.

El Centro de Análisis e Investigación de Políticas Públicas de Quito calcula que 1’366.937 ecuatorianos dejaron de ser pobres entre 2003 y 2006 mientras que entre 2007 y 2010 solamente 352.472 personas dejaron la pobreza. En el periodo prerrevolución ciudadana analizado, un promedio de 455.000 personas dejaban de ser pobres al año. Durante la revolución ese promedio se ha reducido a 88.110 personas al año, es decir, un 80% menos. En indigencia la comparación es similar: antes el promedio de personas que dejaban la indigencia era de 387.000 personas al año, ahora solo 27.290 lo hacen, un 93% menos al año.

Aún después de presentar resultados que ellos consideran negativos en reducción de pobreza, desempleo y desigualdad de ingresos, Acosta y Ponce se niegan a reevaluar su modelo, el cual tiene como objetivo la igualdad.

Un ejemplo extremo de buscar la igualdad de ingresos fue la China de Mao. El ingreso promedio en 1961 era igual que el de 1913. Solamente cuando se dejó a un lado la búsqueda de la igualdad de ingresos y se concentraron en la reducción de la pobreza mediante políticas pro crecimiento fue que China logró reducir su pobreza de 98% en 1981 a 36% en 2005 y la indigencia de 85% a 15%, todo esto mientras se aumentó considerablemente la desigualdad de ingresos. Algunos economistas podrán menospreciar ese progreso pero los chinos que hoy pueden comprar leche, carne y medicinas para sus hijos, seguramente lo valoran por encima de la igualdad.

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