* LA BISAGRA NECESARIA. MACKY ARENAS
* MATRIMONIO INFELIZ . ELYS RIVAS
* DE QUE SE VA, SE VA… GUILLERMO ÁLVAREZ BAJARES
LA BISAGRA NECESARIA. MACKY ARENAS
La denuncia en Venezuela es la más contundente marca de la cotidianidad. Lejos de ser la expresión de un saboteo, que es el nuevo nombre que el gobierno ha puesto a la legítima protesta, es el reflejo más claro del quiebre de esta locura que pretende ser gobierno. Claramente, las mayorías van tomando la acera opuesta a este caos.
* MATRIMONIO INFELIZ . ELYS RIVAS
* DE QUE SE VA, SE VA… GUILLERMO ÁLVAREZ BAJARES
LA BISAGRA NECESARIA. MACKY ARENAS
La denuncia en Venezuela es la más contundente marca de la cotidianidad. Lejos de ser la expresión de un saboteo, que es el nuevo nombre que el gobierno ha puesto a la legítima protesta, es el reflejo más claro del quiebre de esta locura que pretende ser gobierno. Claramente, las mayorías van tomando la acera opuesta a este caos. La arremetida contra todos los sectores de la vida nacional no tiene otro objetivo que amedrentar, desgastar y desmoralizar. No pueden jugar a la eficiencia, ni aglutinar voluntades, ni siquiera pueden ya mantener las apariencias pues las costuras revientan por todas partes. Los reales ya no bastan. La alternativa, dentro de esta lógica totalitaria, es sacar el juguito al odio. Odio contra todo, odio contra todos y odio entre sí mismos. Odio contra la religión, odio contra todo propietario, odio contra el que sabe, odio contra quien no odia.
La lógica totalitaria necesita del encono, de regar desazón por doquier. Precisan del odio para cohesionar a sus logias. Pregonan la culpabilidad de todos pero no aportan una sola solución. Los verdaderos líderes unen y construyen; estos pobres intrusos coleados en nuestra historia sólo separan y destruyen. Por eso las protestas son actos de sabotaje, porque sabotean su más cara ambición cual es desmembrar a la sociedad, preservar el deterioro y conservar la docilidad de la gente.
Por eso no es extraño que un ministro de Defensa de este régimen razone como lo hizo. Es un petardo pero no podría estar allí si pensara y hablara de otra manera. Su divisa es defender su jefe y su puesto. La misión de su uniforme es asegurar que el poder no será entregado. La revolución es la falsa épica que se han tragado a punta de prebendas y el pueblo la gran mentira, la perfecta excusa, a pesar de que cada día los saca de los comandos a bordo de ballenas y calados de gas “del bueno”, rumbo a sofocar protesta tras protesta.
La protesta es el arma de quienes no tienen armas y termina siendo más imponente que el más sofisticado pertrecho. Por eso articular las protestas, que día a día y hora tras hora llenan la geografía nacional, es un imperativo. Es lo que más teme el gobierno, que la protesta adquiera cuerpo, que se ponga creativa, que se vista de multitud, que se masifique y verifique en su organicidad la inclusión que el régimen de la discriminación le niega a la sociedad. No hay otra manera de cambiar las cosas en Venezuela. No hay tiempo para matarlo esperando. Es demasiado el sufrimiento, demasiada la destrucción, demasiado el cinismo y demasiada la humillación.
Sabotaje es volar un pozo petrolero, no quejarse porque un servicio no funciona; y hacer presos a quienes se atreven es un mensaje a quienes podrían imitarlos. Sabotaje es dejar sin electricidad al país y eso ya lo probó el gobierno. Acusar de saboteadores a quienes protestan desplaza la culpa del gobierno a los usuarios del servicio público y, de paso, le permite castigarlos. Es la perversa lógica del totalitarismo, ante la cual sólo se reacciona con la indispensable bisagra entre las protestas.
MATRIMONIO INFELIZ . ELYS RIVAS
Las cosas no marchan por la senda correcta. Y esto no es un señalamiento o descubrimiento nuevo, el problema es que la desfachatez ya no se oculta. Los desmanes se están haciendo por la calle del medio, aspecto que demuestra nerviosismo y una tremenda debilidad del que se juega el todo por el todo. Quizás se pensó que lo que se buscaba era lealtad y así era a lo mejor al principio de todo, pero ahora se requiere de adulación y servilismo como requisitos para recibir las prebendas del que detenta el poder. De modo que no todo es revolución y, por ello, no son tantos los revolucionarios.
Los resultados de septiembre demuestran lo que se afirma. Más cuando los que se benefician producto de esa adulación y servilismo representan una minoría sin convicción, pero sí con deseos de aprovecharse. Y es que ya se dieron cuenta que la megalomanía si se alimenta da para todo. Pero con un partido de aduladores no se llega muy lejos, especialmente cuando los beneficios llegan sólo a unos cuantos descarados que no tienen el menor rubor de arrastrase con tal de recibir las prebendas correspondientes. Están acabando con el país y eso tiene un precio que se paga muy caro.
Los médicos cuentan con el juramento hipocrático que los compromete a salvar vidas, en el caso de los militares estos tienen la obligación de defender los principios constitucionales, de modo que para ellos la consigna: todo dentro de la Constitución, nada fuera de ella, es una máxima y una bandera. Cualquier otro compromiso los desvía de su verdadero objetivo que es la defensa de la institucionalidad y la que tienen que hacer que respete el resto de los ciudadanos, apegados al Estado de Derecho, entendido este como un Estado sometido a la ley.
Con esto queda claro que no pueden las fuerzas armadas guardar apego a un proyecto político, más si este es visto como un proyecto personal. De modo que todo lo que atente contra la legalidad y la legitimidad democrática debe ser combatido dado que atentaría contra los derechos fundamentales de las personas. Especialmente el principal de todos los derechos como es el de la libertad y que nos conduce hacia la libre expresión. El servilismo y la adulación son denigrantes y vergonzosos no sólo porque atentan contra la dignidad, sino porque reducen al ciudadano a su mínima expresión humana.
En estos momentos aciagos que vive Venezuela se requiere del concurso de todos los ciudadanos demócratas, que ya son mayoría, para que unan esfuerzos para la defensa del país. Cada día vemos que se da otra vuelta de tuerca y la presión se siente, lo importante es que está afectando a todos y todos se están dando cuenta, particularmente los mas desamparados e indefensos que un día entregaron su esperanza y hoy se encuentra desilusionados. Contemplando cómo se destruye el país, mientras el pueblo muere de mengua con sus necesidades insatisfechas y las promesas incumplidas.
DE QUE SE VA, SE VA… GUILLERMO ÁLVAREZ BAJARES
Si algún remilgo de conciencia institucional podía quedar en los cuadros medios y altos de las fuerzas armadas, con toda seguridad se fué al carajo luego de producirse una impúdica afirmación del general Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional. En efecto, este activista de uniforme se permitió proclamar que “está casado” (¿?) con el socialismo de su comandante en jefe, y que un triunfo opositor en 2012 provocaría “una reacción” en el estamento militar.
MATRIMONIO INFELIZ . ELYS RIVAS
Las cosas no marchan por la senda correcta. Y esto no es un señalamiento o descubrimiento nuevo, el problema es que la desfachatez ya no se oculta. Los desmanes se están haciendo por la calle del medio, aspecto que demuestra nerviosismo y una tremenda debilidad del que se juega el todo por el todo. Quizás se pensó que lo que se buscaba era lealtad y así era a lo mejor al principio de todo, pero ahora se requiere de adulación y servilismo como requisitos para recibir las prebendas del que detenta el poder. De modo que no todo es revolución y, por ello, no son tantos los revolucionarios.
Los resultados de septiembre demuestran lo que se afirma. Más cuando los que se benefician producto de esa adulación y servilismo representan una minoría sin convicción, pero sí con deseos de aprovecharse. Y es que ya se dieron cuenta que la megalomanía si se alimenta da para todo. Pero con un partido de aduladores no se llega muy lejos, especialmente cuando los beneficios llegan sólo a unos cuantos descarados que no tienen el menor rubor de arrastrase con tal de recibir las prebendas correspondientes. Están acabando con el país y eso tiene un precio que se paga muy caro.
Los médicos cuentan con el juramento hipocrático que los compromete a salvar vidas, en el caso de los militares estos tienen la obligación de defender los principios constitucionales, de modo que para ellos la consigna: todo dentro de la Constitución, nada fuera de ella, es una máxima y una bandera. Cualquier otro compromiso los desvía de su verdadero objetivo que es la defensa de la institucionalidad y la que tienen que hacer que respete el resto de los ciudadanos, apegados al Estado de Derecho, entendido este como un Estado sometido a la ley.
Con esto queda claro que no pueden las fuerzas armadas guardar apego a un proyecto político, más si este es visto como un proyecto personal. De modo que todo lo que atente contra la legalidad y la legitimidad democrática debe ser combatido dado que atentaría contra los derechos fundamentales de las personas. Especialmente el principal de todos los derechos como es el de la libertad y que nos conduce hacia la libre expresión. El servilismo y la adulación son denigrantes y vergonzosos no sólo porque atentan contra la dignidad, sino porque reducen al ciudadano a su mínima expresión humana.
En estos momentos aciagos que vive Venezuela se requiere del concurso de todos los ciudadanos demócratas, que ya son mayoría, para que unan esfuerzos para la defensa del país. Cada día vemos que se da otra vuelta de tuerca y la presión se siente, lo importante es que está afectando a todos y todos se están dando cuenta, particularmente los mas desamparados e indefensos que un día entregaron su esperanza y hoy se encuentra desilusionados. Contemplando cómo se destruye el país, mientras el pueblo muere de mengua con sus necesidades insatisfechas y las promesas incumplidas.
DE QUE SE VA, SE VA… GUILLERMO ÁLVAREZ BAJARES
Si algún remilgo de conciencia institucional podía quedar en los cuadros medios y altos de las fuerzas armadas, con toda seguridad se fué al carajo luego de producirse una impúdica afirmación del general Henry Rangel Silva, Jefe del Comando Estratégico Operacional. En efecto, este activista de uniforme se permitió proclamar que “está casado” (¿?) con el socialismo de su comandante en jefe, y que un triunfo opositor en 2012 provocaría “una reacción” en el estamento militar.
La insólita declaración del Jefe del CEO (asomado como posible Comandante del Plan República para las próximas elecciones ) puede significar cualquier cosa, porque el asombro perdió totalmente sus medidas de capacidad en Venezuela. Pero sobre todo hay que entenderla como una grosera agresión a la libertad y a la democracia. Mas aún, en un país que se respete a sí mismo, Rengel Silva estaría destituído y enjuiciado por incitar a la rebelión. Aquí no, porque está “casado” con el primer golpista.
Por supuesto, y como diría el diputado Cantinflas, no se requiere mucha “falta de ignorancia” para oler que en el guiso hay otros ingredientes. La pregunta elemental es si el General vino o lo mandaron, porque en sano juicio sería difícil imaginar que un subalterno del comandante-presidente se atrevería a lanzarse al ruedo para plantear semejante tesis…sin contar con el visto-bueno…o con la orden! En cualquier caso, la bola está ya rodando. Atención…FiiRRR
Quienes conocen (o creen conocer) de cerca al jefe de la revolución, dicen que es un hombre que no da puntada sin dedal. Y como para reforzar la tesis de que Chávez se las sabe todas, han dejado correr la especie de que “cuando la oposición va, Chávez viene”. Lindo intento para publicidad, pero falso como un billete de trescientos. No ayuda al Presidente la verdad, grande como una catedral, de que luego de DOCE años, su gobierno ha batido todas las marcas mundiales de ineficiencia, de costo de la vida, de desplome de los servicios públicos, de terror colectivo ante la falta de seguridad de personas y bienes, de total desconfianza en la justicia y, ahora, de razonable sospecha en la limpidez de las posiciones de las Fuerzas Armadas ante la cuestión electoral.
Con un país que se derrumba después de haber sufrido la peor sangría financiera y económica que recuerde su historia, no parece sensato — ni es constitucional — —que la gente de uniforme aplauda un matrimonio como el que anunció Rengel. Casi les faltaría plata para celebrarlo, porque el novio se gastó los reales en una costosa francachela previa que ya le està costando a Venezuela la friolera de UN MILLON DE MILLONES DE DOLARES en escasos DOCE AÑITOS…¿Qué tal?
Mientras el General de marras lanza de hecho la candidatura de Chávez, en el pueblo llano brotó ya la respuesta: DE QUE SE VA…SE VA!
raulamiel@gmail.com
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