jueves, 25 de noviembre de 2010

COMENZÓ EL FIN. PACIANO PADRÓN

No digo nada nuevo al recordar que todo lo que inicia concluye, de una u otra manera. ¿No es acaso esa la historia de la humanidad? Hoy podemos afirmar que ya concluye el régimen actual en Venezuela. Comenzó el fin del gobierno comunista-fidelista. El engaño, la mentira, las promesas incumplidas una y otra vez, causan su efecto, nace y crece el desafecto hacia el líder quien, por más de una década, actuó siempre con el aplauso del soberano, producto de la esperanza, más que de realizaciones concretas.

Hace algunos meses inició la protesta, masiva y espontánea, contra los desafueros e ineficiencia de la administración pública que no administra, que es floja y corrupta, que desatiende al ciudadano. La protesta crece y se radicaliza en las calles de Caracas y de muchas otras ciudades, incluso en las más pequeñas, usualmente tranquilas y aguantadoras. El origen de las protestas radica en el descontento social. La gente está harta de las no respuestas de las autoridades a problemas dramáticos como vivienda, salud, educación, empleo, inflación o seguridad.

Marino Alvarado, uno de los coordinadores de PROVEA, indica con cifras el incremento de las protestas. Sólo en el primer trimestre del año en curso, se contabilizaron 1.581 manifestaciones, y la cifra crece sin parar. Las protestas han llegado a niveles antes no vistos. En este año tenemos o hemos tenido 15 huelgas de hambre, ayunos voluntarios en procura de que se abran oídos para escuchar reclamos desatendidos por largo tiempo. El hecho de que el señor Brito haya muerto dignamente en defensa de sus derechos y los de su familia, no ha desestimulado a los huelguistas que arriesgan su salud e incluso la vida, ante el desespero de no ver otra vía.

Con un descaro impresionante, que indigna profundamente, el Presidente de la República ha dicho -haciendo creer que reconoce el derecho a la protesta- “que hablen hasta las piedras, que nos critiquen”. Son meras palabras, porque los hechos dicen lo contrario. El gobierno criminaliza la protesta, agrede verbal y físicamente a los manifestantes. La criminalización de las manifestaciones de parte del actual régimen, no tiene precedente. Hay más de 2.500 venezolanos procesados por ejercer su derecho constitucional a manifestar”, según revela PROVEA.

¿Por qué el gobierno no logra su objetivo de frenar las protestas, a pesar de que agrede, insulta, somete al desprecio público y a juicio a los manifestantes? La gente está harta, lo dijimos antes. Cuando arriesga su propia vida y libertad, el venezolano está decidido a todo.

Ya los organismos internacionales se pronuncian ante la criminalización de la protesta en Venezuela, tal como lo han hecho tanto la Comisión como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las que consideran que la Fiscalía General de la República está equivocada, al querer ver delito en lo que es simplemente ejercicio de un derecho fundamental. De su parte la Organización Internacional del Trabajo ha condenado “los procesos contra sindicalistas por protestar” y ha requerido “la excarcelación de dirigentes como Rubén González, del Sindicato de Ferrominera”.

El pueblo tomó la calle para no abandonarla hasta ser escuchado, lo que casi lucía imposible en un régimen que se cree omnipotente, y a quien deben someterse todos y todo, incluso la Constitución y la ley. Comenzó el fin. Éste llegará tan rápido como el gobierno quiera. Dependerá de su sordera, de su arbitrariedad y atropello a derechos fundamentales. Adelante, sin miedo. Comenzó el fin.

PACIANO PADRÓN
pacianopadron@gmail.com
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