HOY CON OPINIONES DE LUIS BARRAGAN (DEL GENERAL DE ARMAS TOMAR), ANDRÉS CORELLI (LEONARDO RUIZ PINEDA, GUERRILLERO DE LA LIBERTAD), JESÚS GORRÍN (EMPRESAS PRIVADAS DENTRO UN PLAN SOCIALISTA) Y CAROLINA GODAYOL DISARIO (BIENVENIDOS A LA CUEVA DE ALIBABA)
Del general de armas tomar. Luis Barragán
Posiblemente imprevisto por los insurrectos, constituyendo una ventajosa confusión, también se creyó alzado en la Caracas del 18 de Octubre de 1945. Apunta Edgardo Mondolfi Gudet que, pretoriano convicto,
suscitó la simpatía de algunos contingentes, según un ensayo histórico de importante calibración politológica: “General de armas tomar. La actividad conspirativa de Eleazar López Contreras durante el trienio (1945-1948)” (Academia Nacional de la Historia/Libro Breve, Caracas, 2009: 19, 51).
Frustrado candidato presidencial, por obra de un golpe que tampoco supuso, diligenció la otra oposición en el trienio octubrista, escasamente conocida, a la que no se atrevió Isaías Medina Angarita tempranamente retirado de toda actividad pública. La amenaza de una guerra civil o el intervencionismo comprobado del dictador dominicano, todavía incapaz Estados Unidos, aunque ocurriese la curiosa sustracción de armas con destino a este lado del mundo, como la de Fort Benning, autorizaron un insospechado esfuerzo de mediación – que pudo ser florentina - entre la Junta Revolucionaria de Gobierno (JRG) y López Contreras, gracias a la gestión colombiana y estadounidense.
La JRG no le retiró el pasaporte diplomático, dándole continuidad a la pensión (49), garantizando así una mínima condición para la aspirada neutralización del queniqueo. Este, desplegó una interesante como inédita táctica, dado sus antecedentes, cultivando una imagen democrática e institucionalista que incluía la defensa de las izquierdas a las que tanto combatió en su gobierno, con pretensiones de señalar y explotar las contradicciones entre los civiles y militares (36,99). Sin embargo, fracasó en las pacientes maniobras de desestabilización que poco abonaron a la tentativa de invasión, fórmula tradicional que se hizo imposible en el marco de una corporación castrense que había cambiado (126 s.).
Versamos sobre la rápida y – acaso – asombrosa extemporaneidad de un liderazgo que la historiografía ha tratado benevolentemente, recreador del mito bolivariano que hoy sirve para una distinta experiencia gubernamental. En política no hay muertos, reza el axioma, pero no cabe duda del inmenso cementerio que también la explica.
Mondolfi Gudat ofrece un trabajo sencillo, conciso y directo, advirtiendo matices y palpando intenciones con la “tenacidad de un sabueso” (46). Emplea una grata y sugerente prosa hasta llegar a la sentencia lapidaria: “llegó a sentar sus reales en Colombia” (17), “valor en alza” (22), “pellejo de la época” (29), “habitantes de su casa particular: el ejército” (52), “afincado López en Colombia” (57), o “las conspiraciones, por su propia naturaleza, no insisten en reclamar para sí un certificado de existencia” (129).
Otra vez adquiere relevancia la documentación desclasificada de Estados Unidos, cuyos archivos oficiales cuentan con una envidiable organización y severa regulación, útil para los historiales ajenos. Puede decirse de una suerte de ensayo-guía que, al profundizar un viejo trabajo de Margarita López Maya, no reemplaza a la prensa venezolana de la época, sino traza un periplo de indagación que evita el plagio íntegro e innecesario de sus contenidos.
Agradeciendo la recomendación de Fabián Capecchi, hecha en una red social, y el obsequio de María Efe, los posibles rasgos florentinos de una conspiración foránea igualmente avisa de una incipiente transformación del oficio político de quien luego no sabemos cuán lejos ejerció la senaduría vitalicia. Empero, irremediablemente sucumbió ante la férrea dictadura positivista de los cincuenta.
Leonardo Ruiz Pineda, guerrillero de la libertad. Andrés Corelli
Debo comenzar por aclarar a las nuevas generaciones que no se trata de un miembro del secretariado de las FARC, o un jefe de alguna división o frente de esos que pululaban por la selva Colombiana con el objetivo de instaurar un régimen castro comunista, financiado por narcotráfico o apoyados por un vecino gobernante ajeno a la democracia y sus formas.
Quiero dedicar esta conversación imaginaria a uno de las grandes héroes cívicos que ofrendó su vida por la democracia en una de las épocas mas oscuras y tristes,que nadie pensó iba a reeditarse: la dictadura perezjimenista.
Leonardo Ruiz Pineda, ese menudo tachirense nació un 28 de septiembre de 1916 en Rubio.
Era, como lo indico Rómulo Betancourt, uno de los mas extraordinarios oradores políticos de Venezuela, poeta de sensibilidad, escritor y abogado.
El 18 de octubre de 1945, hace sesenta y cinco años de ese hito histórico cuya implicaciones y consecuencias no se ha podido todavía dilucidar con claridad y desapasionamiento, lo convirtió en Presidente del Estado Táchira por 28 meses y luego Ministro de Comunicaciones, entre febrero y noviembre de 1948..
Una vez que la cediosa acción de Pérez jiménez concreto el golpe contra el primer gobierno democrático resultado de elecciones libres, universales y directas, Leonardo Ruiz Pineda hizo, al decir de Betancourt, vida de topo, sumergido en la clandestinidad, jefaturando la resistencia.
Leonardo se convirtió en el símbolo inequívoco de la lucha clandestina, de la nobleza libertaria del venezolano, el producto decantado de la noción pura del político comprometido y de palabra, de la imagen de líder férreo pero humano, talla de madera fina cincelado con los vocablos fuerza, sacrificio, lucha y visión de la democracia plena y auténtica inspirada en el predominio de la libertad y dignidad del hombre como resumen magistral de lo que es un Estado Social de Derecho moderno.
Leonardo, como Secretario General de AD en la clandestinidad fue la inspiración, la emotividad, la pasión, la energía y el valor de aquellos años de lucha, persecución, tortura sistemática, terror y exilio.
Fue la fuerza visible de los años en que solo su presencia clandestina hacia temblar a la satrapía militar y llenaba de orgullo a los dirigentes y militantes adecos.
En la madrugada del 21 de octubre de 1952 en medio de una balacera cobarde cuya autoría intelectual directa fue del sátrapa Marco Pérez Jimenez, quien en ataque de furia propia de los dictadores, ordeno ” Necesito que capturen el cadáver de Ruiz Pineda”, el régimen pensó que había derrotado, acabado y eliminado la fuerza moral de la resistencia.
No imaginó el pusilánime regordete criminal de Michelena, que con el vil asesinato de Leonardo se daba a luz un mártir, un héroe, que como escribiera Manuel Alfredo Rodriguez en 1955, es una síntesis, que armoniza su personalidad extraordinaria con las exigencias de su tiempo y lo interpreta hasta el extremo de resumirlo.
Matar a Leonardo, afirmó Ramón J Velásquez, era transformar su carne temporal en bronce eterno. Matar era tan necio como matar a un pueblo. Porque Leonardo era el pueblo. Y el pueblo es eterno, invulnerable, avasallante.
A las pocas horas de haber sido asesinado, Alberto Carnevali un fraternal compañero en el comando clandestino de Acción Democrática, escribió en el documento que suscribió el Comité Ejecutivo Nacional del Partido, lo siguiente:
” Para nuestro Partido y para el pueblo; para todos los que seguimos creyendo en la libertad del hombre, en el honor y la dignidad humana; para todos los que tenemos empeñados nuestros nombre en la lucha por la restauración de la dignidad nacional el cobarde asesinato del compañero Leonardo Ruiz Pineda nos une un inmenso dolor, en el altivo dolor de quienes nos vemos retados en forma tan villana, y nada nos hara detener ni retroceder en el permanente combate, hasta que el país se vea librado del oprobio y la ignominia con el que autocrata Pérez Jiménez tiene salvajamente pisoteda la nación”.
Jose Vicente Rangel el político y periodista que alguna vez lucho contra cualquier forma de dictadura que apasionó a mas de una generación y que a final de su vida se ha transformado en el “viejito perverso”, vocero de turbios intereses económicos y conspicuos alcahuetes y felicitador de este régimen anti democrático, escribió:
“Leonardo Ruiz Pineda fue ante todo un esforzado luchador. En su vida clandestina no tuvo tregua. Cuando la libertad, como en el libro de Jorge Amado, se refugio en los subterráneos, entonces desarrollo a plenitud sus facultades revolucionarias”.
Leonardo, expresaba JVR el 21 de octubre de 1958, “supo unir a su valor y arrojo la infinita bondad y comprensión de que solo son capaces los espíritus superiores”.
Las nuevas generaciones de políticos, que tanto quieren desvincularse del pasado y de instituciones surgidas de procesos que desconocen, y lo mas grave que no se esfuerzan por conocer, deben conocer la historias y sus protagonistas, sus obras, acciones y omisiones, la valoración de su desempeño y los aportes efectuados.
Los líderes políticos emergentes, deben ser estudiosos de la historia, de la evolución de las instituciones y de los procesos políticos pues de ese análisis y estudios dependerá la asertividad y viabilidad sus propuestas.
Leonardo Ruiz Pineda es un hombre de actualidad, es un ejemplo a seguir, sus cortos treinta y seis años de vida, recogen una actividad política e intelectual de una intensidad y calidad única.
Leonardo y trayectoria debe servir de molde para quienes luchamos y resisten con la convicción de que en la unidad esta la solución, en la fuerza de la razón y un proyecto viable y cimentado en nuestra realidad son las herramientas para derribar las bases sobre la cuales se levanta esta inmensa mácula chavista en el amplio espectro de la libertad.
Los partidos que quieren demoler el espacio de AD, su influencia en el país y en el ser nacional, olvidan que el Partido del Pueblo esta hecho con la arena del martirio, con la cal del heroísmo cívico y con las vigas fuertes elaboradas con el hierro de la resistencia y con la fuerza moral de hombres como Leonardo.
No en balde se le llamo el Guerrillero de la libertad.
Empresas Privadas Dentro Un Plan Socialista. Jesús Gorrín51).
En la búsqueda por conocer la ideología revolucionaria bolivariana muchos documentos han esquivado la cuidadosa lupa de algunos analistas. Uno de esos documentos es el Proyecto Nacional Simón Bolívar, también llamado el Primer Plan Socialista de la Nación (2007-2013)[1]. Este documento es una declaración, hecha por el propio Ejecutivo Nacional, donde se establecen los lineamientos a seguir para alcanzar el desarrollo de Venezuela. Uno de los puntos más álgidos que forma parte de este documento es la lucha que plantea contra la actividad empresarial privada.
En efecto el plan tolera la existencia de empresas privadas. Sin embargo, también busca la preponderancia de empresas públicas y de producción social. De hecho, los gráficos dentro del plan muestran una mayoría de empresas públicas o de producción social. Una noticia negativa por varias razones.
En primer lugar, recordemos que los intentos para establecer empresas de propiedad social en muchos casos se han desvirtuado o han fracasado. Por ejemplo, las cooperativas no se conforman como empresas de economía social, sino empresas privadas donde la distribución de los beneficios se hace de forma igualitaria entre todos los accionistas. Por otro lado, muchas de las empresas donde se tenía previsto implementar el sistema de autogestión y producción social han fracasado. El gobierno las ha tomado como empresas públicas, pero con resultados mediocres, los casos más representativos son Inveval e Invepal.
De hecho, podemos estudiar varios casos de empresas públicas con desempeños muy pobres. Las empresas públicas de producción agrícola que forman parte de la Corporación Venezolana Agraria (CVA) no aumentan la producción de alimentos de forma relevante. La nacionalización de los puertos y la creación de Bolipuertos han aumentado los retrasos en la importación de productos. Según declaraciones del Viceministro de Alimentos Rafael Corrado, PDVAL permitió que se pudrieran más de 30.000 toneladas de alimentos. Por su parte, la Corporación Eléctrica de Venezuela afronta problemas severos para proveer energía eléctrica. De paso, todas estas empresas que difícilmente se volverán más eficientes en el futuro, no tienen los incentivos a hacerlo: dependen de los recursos del Estado, están sujetas a poca competencia y tienen una gestión poco transparente.
Bienvenidos a la cueva de Alibaba…Carolina Godayol Disario
Los cambios son siempre positivos, cambiar significa renovarse y agrandar las experiencias. Cambiar es siempre una oportunidad, y sólo los catastrofistas ven en el cambio un paso al retroceso….
Pero qué pasa cuando el cambio supone que tienes que reportar a un jefe completamente incompetente, qué pasa cuando el cambio supone cuestiones que violan tus principios o situaciones éticas innegociables… qué pasa si tu jefe es un ladrón, qué pasa si tu jefe es un esbirro del gobierno de turno, qué pasa si tu jefe es un asesino, que pasa si tu jefe es un nazi, qué pasa si tu jefe abusa de su secretaria y tu lo evidencias….¿Qué pasa?
Así podemos seguir de lo más pequeño a lo más grande, y la pregunta individual es, ¿qué pasa si mi jefe es un corrupto?, ¿qué harías tu?, ¿lo seguirías?, ¿lo aplaudirías?, ¿lo denunciarías?, ¿qué haces?…. Al fin y al cabo es tu jefe, y de él depende la alimentación de tu familia, el colegio de los chamos, el alquiler del apartamento, el pago de la hipoteca, ¿no? Y … ¿si él lo hace? Bueno. …. , ya vendrá otro que sea un poco más bobo o que tenga menos que perder y que denuncie lo que está pasando aquí … yo no… mi hipoteca, los niños, la casa, el colegio, las vacaciones,……,
Y sin quererlo, pensando así, permites que tu empresa, tu país y tu familia tengan el modelo de Alibabá y tú te conviertes en uno de los 40 ladrones… Así de simple, de repente, sin darte cuenta, caíste en el juego y eres parte de la mafia, y aceptas que tu hijo gane millones de dólares de cuentas que no entiendes, o que tu hija tenga de repente apartamentos en el extranjero, aún cuando nunca ha dado palo al agua. Pero esos son los demás … tu no dudas, tu simplemente eres uno más … pero uno más en la cueva de ALI BABA….
O simplemente permites que pase, que los demás vean y oigan y sepan, pero tu no te manchas, tampoco en el dedo índice a la hora de votar… Total, es todo problema de los otros. ¿O no?
Todos nos enfrentamos en algún momento al debate interno de si debemos seguir instrucciones de un auténtico incompetente, forma parte de la experiencia política o corporativa. Muchos de los jefes no saben de lo que hablan, no tienen una trayectoria profesional que les avale, y carecen de las habilidades técnicas empresariales o sociales y políticas que le permitirían ocupar el cargo que tienen, y por ello exponen a diario su imbecilidad. Pero qué hacemos si ese jefe ignorante, abusador e incompetente nos da instrucciones que violan nuestro código ético. ¿Lo denunciamos o adaptamos nuestra moral para flexibilizarla ante la adversidad?
Cada quien hará lo que pueda y deba. Yo soy partidaria de que no hay nada más saludable que un buen sueño, relajante y tranquilizador, ese que sólo consigues con la conciencia limpia… y creo que mientras más descanses y más valores los principios éticos, mejor dormirás, mejor vivirás y más grata será tu vida… Además los principios que has defendido te corresponderán. Por otro lado existen riesgos al no denunciar … no vaya a ser que te toque ir a la cárcel o que te insulten en la esquina…. Muy desagradable…
La vida me ha enseñado que no importa la fortaleza de tus convicciones, hay momentos donde no prima la razón, pero también he aprendido que la vida siempre apoya a los justos, y aquellos que han abusado y extorsionado, no tendrán paz ni aquí ni en el infinito. Al final, Ali Baba y los otros 40, están encerrados en calabozo, y si no lo están…. lo estarán.
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