Pese a los esfuerzos realizados por Porfirio “Pepe” Lobo Sosa y Manuel “Mel” Zelaya Rosales, a fin de evitar que surjan prematuras candidaturas presidenciales a lo interno de los partidos tradicionales y del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), el irremediable vicio del proselitismo precoz ha hecho que muchos nacionalistas, liberales y “resistentes” se lancen a buscar la nominación que les permita alcanzar el derecho a despachar desde el Altar Q.
Lobo Sosa necesita el esfuerzo de todo el nacionalismo para “comenzar a gobernar” y Zelaya Rosales para darle continuidad a su proyecto de “refundación de Honduras”. Ambos van contra la corriente y están frente a una tradición que mantiene a los hondureños en permanente jolgorio electoral.
Hagamos una somera revisión
En el Partido Nacional existen dos bandos claramente definidos; por una parte, el alcalde capitalino Ricardo Álvarez se enfrenta al contingente oficialista conformado por un puñado de ministros que –igual que el presidente del Poder Legislativo- esperan recibir la bendición de Pepe Lobo.
El edil del Municipio del Distrito Central enfrentará al que resulte escogido por el Presidente de la República de una lista que encabeza el diputado-presidente Juan Orlando Hernández; Oscar Álvarez, secretario de Seguridad; Miguel Pastor, secretario de Obras, Públicas, Transporte y Vivienda; Mario Canahuati, secretario de Relaciones Exteriores; y María Antonieta de Bográn; secretaria del Despacho Presidencial. Estos últimos –los pepistas- han llegado a una acuerdo que se circunscribe a consolidar una sola corriente que pulverice las aspiraciones del Alcalde de Tegucigalpa y Comayagüela; el pacto también establece que el que tenga mayor popularidad a junio de 2011 y goce de la absoluta confianza de Porfirio Lobo Sosa, será el escogido como candidato presidencial del sector gubernamental del Partido Nacional.
De todos ellos al parecer el que tiene mejores posibilidades es Juan Orlando Hernández, quien inteligentemente ha empezado a hacer alianzas que lo ubican como el “delfín” del oficialismo y el preferido, no sólo de los nacionalistas en el Congreso, sino de muchos otros parlamentarios que no dudan cada semana en levantar su mano para acompañarlo en sus iniciativas legislativas. El que podría ser su contendiente –el jefe edilicio tegucigalpense- ve cómo, no solamente la Capital se cae a pedazos, sino que su aspiración presidencial; los ineficientes servicios públicos prestados, el pésimo estado de la infraestructura vial y la crisis financiera de la comuna, ubican a Ricardo Álvarez como inaceptable para gran parte de los cachurecos.
Los liberales están divididos en dos grandes grupos, que a la vez cuentan con bandos internos y varios aspirantes. Los grupos claramente identificados son: Golpistas y Resistencia.
Los Golpistas están repartidos en dos tendencias internas lideradas por el ex gobernante de facto Roberto Micheletti Bain y por el ex candidato presidencial liberal Elvin Santos Ordóñez. Micheletti Bain estudia apoyar uno de cinco potenciales candidatos; entre ellos sobresalen: Romeo Vásquez Velásquez, el ex jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y actual gerente general de la empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel); Renato de Jesús Álvarez, director del noticiero TN5 y del foro matutino “Frente a frente” de Televicentro; Santiago Ruiz, presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep); Gabriela Núñez de Reyes, ex secretaria de Finanzas y ex presidenta del Banco Central de Honduras; y José Alfredo Saavedra, ex presidente del Congreso Nacional y actual jefe de bancada liberal en el Poder Legislativo. Por el otro lado, golpeado por la crisis política generada a partir del golpe de Estado y, con las secuelas de una dura derrota electoral, Elvin Santos Ordóñez quiere reeditar su fracasado intento presidencial, y pese a ser el más popular de los golpistas, hay quienes aseguran que “si es que llega a ganar las internas, no gana las generales”.
En la Resistencia hay dos sectores que cuentan con potenciales candidatos presidenciales. Por un lado están aquellos que siguen directrices precisas del ex presidente Manuel Zelaya Rosales, entre los cuales se distinguen el ex presidente de la Juventud Liberal de Honduras, Carlos Eduardo Reina, y el ex comisionado-presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), Rassel Tomé. No obstante, hay varios cercanos colaboradores del ex mandatario que aseguran que la candidata escogida será la ex primera dama de la Nación, Xiomara Castro de Zelaya, para quienes es “la única que puede unir a la Resistencia Liberal”. A la hora de escribir esta nota, hay quienes me aseguran que varios Liberales en Resistencia piensan que la ex presidenta del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Gloria Oquelí de Macoto, sería –también- “una buena candidata presidencial”.
Por otro lado, está un grupo de aspirantes presidenciales, que si bien es cierto manifestaron su oposición al golpe de Estado del pasado 28 de junio de 2010, han solicitado el retorno del Manuel Zelaya Rosales y el respeto a sus derechos constitucionales y respaldan los esfuerzos de la Resistencia Liberal, no precisamente forman parte del círculo cercano al ex presidente Zelaya Rosales, y le apuestan –con o sin el apoyo de éste- a participar en las próximas elecciones primarias del liberalismo hondureño, encabezando una corriente interna con representación en cada uno de los departamentos del país; entre estos dirigentes políticos están el ex fiscal general del Estado y académico universitario, Edmundo Orellana Mercado; el empresario y político sampedrano, Esteban Handal Pérez, más conocido por todos como el “Toro Colorado”; el ex secretario del Despacho Presidencial y actual diputado liberal, Yani Rosenthal Hidalgo; y el periodista y ex aspirante presidencial, Eduardo Maldonado.
Se supone que los Golpistas se agruparán en un solo bloque con facilidad y que la Resistencia intentará lo mismo, aunque a esta última le costará mucho más, por la falta de presencia de Manuel Zelaya Rosales en el país, quien sin lugar a dudas se constituye en la figura más influyente del liberalismo progresista de Honduras; es común escuchar a los liberales decir: “Yo me voy donde diga Mel”.
Finalmente, aun y cuando no se ha expresado de forma clara y precisa, a lo interno del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), ya se planifica la constitución de un “brazo político” que por la vía de candidaturas independientes busque representación en las distintas instancias legislativas (Congreso Nacional y Corporaciones Municipales) y acceso al poder en el Gobierno Central; para la candidatura presidencial independiente ya se menciona nuevamente al sindicalista Carlos H. Reyes, el que sería respaldado por un frente amplio constituido por diferentes sectores populares, gremios y organizaciones de la Sociedad Civil. Por otro lado, un grupo de dirigentes obreros encabezados por Israel Salinas y José Luis Vaquedano, ya avanzan en el proceso de inscribir un nuevo partido político para participar en el próximo proceso electoral; recientemente, ambos sindicalistas se hicieron presentes en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para averiguar cuál es el procedimiento para inscribir legalmente el partido “Alternativa Patriótica”, el cual se nutriría de gran parte de los que hoy conforman el FNRP.
Si bien apenas se calientan motores, no hay duda que luego de diciembre de 2010, la competencia empezará en serio, y los hondureños nuevamente estaremos sometidos al prematuro festín electoral, que al igual que las misas, cultos y partidos de fútbol, tanto nos apasionan a los hondureños.
Choluteca, Choluteca – 24 de septiembre de 2010
Omar Edgardo Rivera Pacheco
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