El lavado de dinero y la corrupción, podrían transformarse en grave riesgo para la existencia de los gobiernos democráticos y la vigencia de los derechos humanos.
En México fracasan las políticas antinarcóticos, a pesar de la intervención directa de los militares.
Por Augusto Figueroa
La guerra del narco desatada en México por los carteles de la droga contra el Estado y sus organismos de seguridad con resultados, hasta ahora precarios. La intensificación de la siembra de la coca y producción de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia, primeros abastecedores mundiales del polvo blanco. La conversión de Venezuela y costa oeste africana como rutas de estupefacientes a centros de consumo estadounidense, europeos y asiáticos. La extrema violencia y la enorme capacidad de corrupción que acompaña las actividades de los traficantes. Los resultados mínimos que han tenido las políticas antidrogas en los mencionados ítems han estimulado a las organizaciones internacionales e importantes personalidades del mundo a plantearse la necesidad de nuevas alternativas ante el fracaso de la criminalización contra la producción, el tráfico, la distribución y venta de drogas en el mundo.
En México fracasan las políticas antinarcóticos, a pesar de la intervención directa de los militares.
Por Augusto Figueroa
La guerra del narco desatada en México por los carteles de la droga contra el Estado y sus organismos de seguridad con resultados, hasta ahora precarios. La intensificación de la siembra de la coca y producción de cocaína en Colombia, Perú y Bolivia, primeros abastecedores mundiales del polvo blanco. La conversión de Venezuela y costa oeste africana como rutas de estupefacientes a centros de consumo estadounidense, europeos y asiáticos. La extrema violencia y la enorme capacidad de corrupción que acompaña las actividades de los traficantes. Los resultados mínimos que han tenido las políticas antidrogas en los mencionados ítems han estimulado a las organizaciones internacionales e importantes personalidades del mundo a plantearse la necesidad de nuevas alternativas ante el fracaso de la criminalización contra la producción, el tráfico, la distribución y venta de drogas en el mundo.
Los expresidentes de Brasil, Colombia y México: Fernando Henrique Cardoso, César Gaviria y Ernesto Zedillo, encabezan una Comisión Global sobre Políticas de Drogas. En la que también aparecen otras destacadas personalidades. Entre ellas: Javier Sola, ex jefe de política exterior y seguridad de la Unión Europea; Graca Machel, exprimera ministra de Mozambique y esposa del Nobel de la Paz, Nelson Mandela, entre otros.
La Comisión establece como punto de partida reconocer que las estrategias actuales para la lucha antinarcóticos ha fracasado y deben buscarse nuevas iniciativas. Los acontecimientos producidos en México en los últimos días con la masacre de emigrantes que intentaban llegar a Estados Unidos, ilegalmente; las revelaciones de los capos capturados últimamente, al ser interrogados por las autoridades, indican que las redes de traficantes incursionan en un complejo conglomerado de hechos ilícitos. Están demostrando que poseen el control de las rutas, no solamente de narcóticos, también de armas y personas.
COMPLICIDAD DEL NORTE
Una red que por supuesto, cuenta con la complicidad de la delincuencia organizada en los Estados Unidos. El New York Times señala duramente que “los carteles mexicanos son alimentados por EU con dinero en efectivo, armas pesadas y adicionales” para que satisfagan las demandas de la mano de obra barata y víctima fácil de la explotación y el chantaje por su condición de ilegales.
Miles de latinoamericanos y caribeños se desplazan hacia el norte en busca del billete verde que los saque de la pobreza. Las dificultades y obstáculos para llegar al territorio norteamericano son casi absolutamente infranqueables. La inmensa mayoría está integrada por personas de escasa formación técnica y profesional. Los gobiernos de varios países centro y suramericanos se benefician de las remesas enviadas por los inmigrantes a sus familiares. Gobiernos que no han realizado su trabajo: elevar el nivel de los trabajadores y crear fuentes de trabajo para afincar la población en su territorio, resolver el problema de la extrema pobreza que lleva a la desesperación a millones de personas que se convierten en víctimas de las bandas criminales y de la explotación de su trabajo.
Decía el NYT que los emigrantes se convierten en una mercancía más valiosa que la misma cocaína pues se puede tener como secuestrado y rehenes de los carteles, convertirse en sicario o transportista de la droga.
Analistas dudan de la sinceridad de la política antinarcóticos de Washington. No se entiende como la primera potencia militar del mundo, con los cuerpos de seguridad dotados de las tecnologías más sofisticadas se muestre incapaz de controlar el consumo de drogas y se haya convertido en el problema más grave de la sociedad norteamericana. Cómo no es capaz de detectar en sus fronteras terrestres, en sus costas y en el aire a los vehículos, barcos y aviones que llevan el polvo blanco para los millones de jóvenes y adultos consumidores.
¿PROHIBICIONISMO O LEGALIZACIÓN?
La Comisión Global no se plantea el dilema prohibicionismo, que es la política actualmente aplicada, o la legalización, como muchos analistas políticos y científicos se han planteado. Seguramente, aún debemos recorrer un largo camino en que la prohibición predominará sobre otras alternativas. Pero es necesario plantear la situación ante el fracaso claramente visible. Deben surgir alternativas y ese es el objetivo actual.
Los costos de los tratamientos antinarcóticos son sumamente elevados. Los países pobres prácticamente están inermes ante la emergencia. La represión de consumidores y de la cadena de la producción, tráfico y comercio, ha llevado a miles de personas, en su mayoría jóvenes a las cárceles, constituyendo un grave problema de superpoblación carcelaria como en México, Brasil y nuestro país no escapa a la inclusión en las estadísticas.
En un artículo de Carlos Fuentes, eminente escritor mexicano que opina a favor de la legalización, se plantea que las políticas antidrogas actuales “atacan la oferta más que el consumo”. Pero, eliminar la oferta no elimina la demanda, y “la demanda se traduce a menudo en muerte por sobredosis”.
Pero, la droga, es también violencia, lavado de dinero, corrupción que afectan la vida de las personas y, además, podrían transformarse en un grave riesgo para la existencia de los gobiernos democráticos y la vigencia de los derechos humanos. Pueden llevar a una nación a convertirse en un Estado fallido. Hay 250 millones de consumidores de drogas en el mundo. De estos 25 millones son dependientes.
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