Desde pequeños, hemos oído de SIMON BOLIVAR, es por eso que una empatía comienza a florecer. Dios no se equivocó al crear al hombre como el ser vivo mas inteligente y empático de todas las especies. Al seguir observando el rostro de BOLIVAR, nace dentro de nosotros una fuerza superior que transformada en voz nos grita dulce y suavemente, nos pide que hagamos algo para cambiar esa expresión de tristeza, por un nuevo rostro feliz. Lo lograremos de una manera sencilla, tan sólo siguiendo los pasos que BOLIVAR nos dejó como legado, con hechos y no palabras. Estudiándolo, conociéndolo veremos que esa enorme pena, molestia e impotencia en nosotros, se transformará en una energía positiva, proactiva cada vez que podamos contribuir en hacer este País grande y hermoso con nuestras buenas acciones como Ciudadanos libres. De esta manera, estaremos amando y respetando a VENEZUELA, tal como la amó EL LIBERTADOR.
Aparte de ser un deber, tendremos como recompensa, que donde se encuentre EL LIBERTADOR haremos que ese rostro comience a reir de nuevo, con una mirada de niño alegre y con un rostro de piel rosada que vuelve a la vida.
Invito a que hagamos realidad, ese cambio de rostro y de esa manera justificar todos los sacrificios de esa persona llamada SIMON BOLIVAR, que a temprana edad hizo el Juramento de Roma (1805) y una semana antes de su muerte (1830) escribe la última proclama que invito a leer.
Un Peatón sin Barreras
peatones.sin.barreras@gmail.com
Venezuela-Caracas,
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