martes, 16 de marzo de 2010

CHILE: LA ESPERANZA EN AMÉRICA, SANTOS MERCADO REYES*

Todo parecía perdido. Casi toda América se subía a la locomotora del socialismo, de pronto surge Chile como una gran esperanza, nada menos que con un excepcional presidente liberal, Sebastián Piñera. En efecto, Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y hasta los mismos Estados Unidos con Barack Obama, han tomado sus asientos en el tren de la izquierda. Pareciera que toda América se hubiera contagiado de una vocación al suicidio. Solo quedaba Colombia, como una trinchera con orientación medianamente liberal resistiendo los ataques del comunista Hugo Chávez. Parecía una América irremediablemente perdida en manos de las mafias izquierdistas de Hugo Chávez y Fidel Castro.

Ahora le toca a Chile constituirse en el gran faro que ilumine el camino a los pueblos de América, incluida USA y el tímido Canadá.

Pero Sebastián Piñera tendrá que corregir algunos errores fatales que cometió Augusto Pinochet, quien después de elevar a Chile a hasta alcanzar una de las mejores economías del mundo, quedó Pinochet como un tirano incomprendido.

A mucha gente, incluso chilenos, se le ha olvidado que Augusto Pinochet rescató a Chile de las garras comunistas de Salvador Allende. La escasez de alimentos, el desempleo, la inconformidad y la pérdida de porvenir fue lo que el comunista Allende dejó desde que empezó a despojar a los empresarios de casi todos los negocios. Creía que las minas de cobre, telefónicas y todos los negocios podían funcionar mejor en manos de burócratas estatales que en las manos de los dueños. Allende, quien se sentía el mesías salvador de Chile, nunca comprendió que el socialismo no es un sistema viable, quizás porque en aquel año de 1973 todavía no caía el Muro de Berlín, ni desparecía la Unión Soviética. Pero, a decir verdad, tampoco otros han aprendido e insisten en llevar a sus pueblos al abismo.

Augusto Pinochet tuvo el gran mérito de abrirle la puerta a los Chicago Boys, alumnos de Milton Friedman (Premio Nobel de Economía 1976) . Más mérito hubiera tenido si en lugar de los Chicago Boys hubiera invitado a los economistas de la Escuela Austriaca de Economía, pues los errores habrían sido mucho menores.

En primer lugar, los Chicago Boys privatizaron prácticamente todas las empresas que estaban en manos de burócratas gubernamentales. Muchas de ellas fueron recuperadas por sus antiguos dueños. En segundo lugar, aplicaron una vertiginosa desregulación, de tal manera que cualquier chileno podía abrir una empresa o negocio en menos de dos días. En tercer lugar, abrieron puertas anchas al capital extranjero, llegaron las mejores empresas de todo el Mundo. En cuarto lugar, aplicaron una política fiscal revolucionaria donde los impuestos fueron muy bajos a fin de que la gente se pudiera capitalizar rápidamente y crecer sus negocios para dar empleo y llenar los mercados con muchos productos para el bienestar de los chilenos. El gasto del gobierno se redujo al máximo pues muchos programas sociales fueron cancelados o transformados, especialmente el sistema de pensiones.
Todo eso estaba muy bien, pero descuidaron un punto crucial y que dejó rendija para que subiera una presidenta izquierdista como Michelle Bachelet. ¿Cuál fue el error de los Chicago Boys?
El error de los Chicago Boys es que descuidaron el pensamiento de la gente. No transformaron los centros educativos a fin de que la gente entendiera el nuevo modelo, lo comparara con el modelo marxista y se decidiera, de una vez por todas, olvidarse y protegerse de esas corrientes mesiánicas que prometen el paraíso pero conducen al infierno.

Tenían que haber desmantelado todo el sistema de escuelas y universidades públicas. Entender que una escuela pública es naturalmente un caldo de cultivo para ideas marxistas, socialistas, fascistas y nazis. Todas las escuelas en manos del gobierno debieron haber pasado a propiedad privada de aquellos individuos que tienen interés en dar una buena educación. Pero los Chicago Boys no se atrevieron a privatizar las universidades, bachilleratos y escuelas básicas. Los profesores siguieron cobrando del erario, los alumnos siguieron aprendiendo los programas de estudio de la Secretaría de Educación y entonces se siguió cultivando el pensamiento estatista. Los izquierdistas continuaron con sus trincheras en las universidades públicas para prepararse y recuperar el poder. Los chilenos disfrutaban de las mieles del capitalismo, pero no entendían el modelo y mucho menos comprendieron que ese era el único sistema que garantizaba la mejor miel.

No se puede esperar que cambie la mentalidad de la gente si no se privatizan todas las escuelas.Es una condición necesaria, aunque no suficiente.

Para que funcione bien el sistema privado de educación en Chile se deben crear los sistemas de financiamiento privado para brindar crédito a todos los chilenos que quieran estudiar en su país o en el extranjero. Cuando concluyan sus estudios regresarán sus préstamos para que otros chilenos los usen.

En el nivel básico (primarias y secundarias) el gobierno podría aplicar el Bono Educativo para que aquellos alumnos con padres en extrema pobreza, paguen en la escuela privada de su preferencia. Así se garantizaría educación gratuita en casos muy especiales, pero sin que ello implique tener “escuelas de gobierno gratuitas” pues, como ya dijimos, esas son perjudiciales. A la larga, se debe lograr que cualquier chileno tenga ingresos suficientes para pagar la educación de sus hijos y evitar así el subsidio del Estado.

Los alumnos, en las escuelas y universidades deben estudiar las ideas, teorías y pensamientos de Ludwig von Mises y Friedrich von Hayek, pero también las de Marx y Keynes para no volver a caer en el error de dejar meter a un gobierno izquierdista. Es fundamental que todos los chilenos conozcan profundamente lo que es una economía de mercado, cómo funciona, dónde se aplica y aprender a ser ciudadanos capaces de tomar los riesgos propios de un hombre libre.

El terrible terremoto que han ahora han sufrido los chilenos, con la lamentable pérdida de vidas, va a ser rápidamente superado con la aplicación de las ideas liberales de Sebastián Piñera. Estoy seguro.

Espero que mi sueño no se quede en eso y que Chile realmente sea el gran ejemplo de libertad que debemos seguir los latinoamericanos, estadounidenses, canadienses y el mundo entero.
¡Adelante Sebastián Piñera, presidente de Chile, te deseamos la mejor de las suertes! 14 de Marzo de 2010
Santos Mrcado Reyes
*Presidente de la Unión Nacional de Contribuyentes Atlas A.C.
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