La devaluación del Presidente Chávez hace daño a todos los venezolanos, a la clase media y a los pobres, porque traerá más inflación, menos empleos de calidad, corrupción y mayor importación de bienes y servicios en detrimento del productor nacional
La devaluación es resultado de una pésima política económica
La política económica del gobierno del presidente Chávez ha conducido a la destrucción del aparato productivo nacional y ocasionado el deterioro de la productividad de trabajadores y empresas.
La devaluación del 8 de enero de 2010 es una medida coyuntural, que no forma parte de una propuesta económica que aspire el bienestar para los venezolanos. Tampoco está acompañada de medidas para aumentar la producción nacional. Evidencia más bien la necesidad del gobierno de obtener recursos para sus objetivos electorales.
Según el Presidente, la idea es “promover las exportaciones”, e inclusive habló de promover la pequeña y mediana industria para sustituir importaciones: ¿Por qué ahora? ¿Qué pasó durante los cinco años anteriores 2004-2009 en donde el gobierno promovió abiertamente un boom de consumo apoyado en las importaciones, ahogando a los productores nacionales, y obligando a muchas compañías a trasladarse fuera de Venezuela y desde allí traer sus productos aquí?
En años anteriores, el gobierno llegó incluso a penalizar las exportaciones, empresas como las cementeras y SIDOR fueron estatizadas por vender una parte de su producción en los mercados internacionales (a mejores) precios: ¿Cómo se puede decir ahora que se desea promover las exportaciones?
Ahora el país va a sufrir todas las desventajas de la devaluación (mayor inflación, importaciones más caras), sin disfrutar ninguna de las ventajas: Tras cinco años de sobre-valuación cambiaria, en los que el gobierno se negó a devaluar y trató de utilizar la tasa de cambio para combatir la inflación a través de la importación masiva de bienes baratos, los exportadores no-tradicionales han quebrado o se han trasladado a otros países.
En ese proceso Venezuela ha exportado al exterior una enorme cantidad de puestos de trabajo y de capital, que ahora nos hacen falta para hacerle frente a la caída en los precios del petróleo y a la pérdida de producción nacional
El gobierno nos había vendido que estábamos “blindados” contra la crisis y no es cierto: En 2009, la economía mundial en promedió cayó 1,1%, América Latina cayó 1,8%, y en Venezuela la producción cayó 2,9%.
Todo eso a pesar del enorme endeudamiento contratado: En 2009 el gobierno contrató una cantidad de deuda equivalente al 70% del total de la deuda contratada durante nuestros cuarenta años de democracia
Además de ese endeudamiento, Venezuela sacrificó 11.027 millones de dólares de reservas internacionales, y con todo y eso registramos una caída de 2,9%, un aumento en el desempleo, una de las inflaciones más altas del mundo, y ahora una devaluación equivalente a 50%-60% (una tasa se devaluó 21% y la otra 100%).
Para estimular la producción y la exportación hace falta mucho más que devaluar una vez cada cinco años, hace falta mantener una política cambiaria coherente e implementar de inmediato un programa de apoyo y estímulo a las empresas nacionales, que empiece por reconocer la propiedad privada, frenar las amenazas y los ataques a la empresa privada, las estatizaciones y las nacionalizaciones
El sector privado tiene siete trimestres consecutivos creciendo cero o negativo. En ese período su volumen de producción ha caído 5,0%, mientras el del sector público ha crecido 11,3%.
La producción privada tiene once trimestres seguidos desacelerándose (desde el cuarto trimestre 2006). En ese período su crecimiento acumulado es apenas 0,7%, mientras el sector público ha crecido 24,8%.
La producción privada tiene once trimestres seguidos desacelerándose (desde el cuarto trimestre 2006). En ese período su crecimiento acumulado es apenas 0,7%, mientras el sector público ha crecido 24,8%.
El desbalance institucional no sólo se registró en la producción, sino también en el consumo: mientras el del Gobierno creció 2,1%, el consumo final privado cayó en 2,6%. Esta última caída se atribuye, según la sección cuantitativa del informe del BCV: "A la caída en el ingreso real, al aumento del desempleo, y a la menor disposición a gastar de los hogares".
Además de devaluar la moneda, el gobierno sigue obligando a los depositantes venezolanos a sufrir enormes pérdidas en el poder adquisitivo de sus ahorros: Para financiarse barato, el gobierno redujo las tasas de interés a los ahorristas a 12,5% y 15,0% para ahorros y plazos, una remuneración equivalente a la mitad de la inflación: ¿Cómo se pretende estimular el ahorro así?
Sin ahorro no hay inversión.
El arreglo cambiario adoptado, de tipos múltiples (dos) más mercado paralelo, ha probado ser una enorme fuente de corrupción en el pasado, ya ha sido adoptado por la república durante la administración de Jaime Lusinchi con pésimos resultados: Mientras más tasas múltiples existan, mayor será la corrupción
Las medidas anunciadas agravarán la situación de las familias venezolanas
¿Por qué?
El poder adquisitivo de los salarios se ha reducido a la mitad desde el viernes pasado. Esto significa mayores dificultades de las familias para garantizar los recursos para los gastos básicos, así como una caída aún mayor del consumo.
Porque tras cinco años de promover la importaciones de bienes baratos y de ahogar a la producción nacional, el consumo de las familias venezolanas depende en una medida mayor a cualquier otro momento de nuestra historia de las importaciones.
La política del gobierno de perseguir y acosar al sector privado, acabó con la poca inversión privada y extranjera que había en Venezuela, y como consecuencia de ello el país no tiene capacidad productiva para substituir importaciones.
Por esa razón, nos veremos obligados a seguir importando bienes esenciales a un precio mucho mayor (como consecuencia de la devaluación).
El gobierno ha debido en lugar de devaluar 100% una vez cada cinco años, se debería mantener una política cambiaria coherente, en donde se combate la inflación a través de estímulos a la productividad, promoción y protección de la inversión privada, y a través de la política monetaria, y se devalúe la moneda en la medida en que nuestra inflación sea diferente a la de nuestros socios comerciales.
Las exportaciones no tradicionales no responden a eventos puntuales, necesitan un marco cambiario coherente en donde se garantice una tasa competitiva en el mediano y largo plazo, dentro de un sistema que no le imponga tantos costos burocráticos a las empresas privadas para que así puedan competir en los mercados internacionales.
En ese contexto, es necesario, partiendo de los niveles más básicos, reconocer y garantizar la inviolabilidad de la propiedad privada, e implementar de inmediato un programa de apoyo y estímulo a la empresa privada, que empiece por reducir los enormes costos que la burocracia la impone a través de trámites administrativos inútiles generadores de alcabalas y otras fórmulas de producción.
Dado el pobre récord del gobierno en materia de credibilidad, es muy poco probable que el sector privado reaccione de forma positiva a los posibles cambios
La MUD propone:
Que el gobierno defina de inmediato una política cambiaria clara, en donde se especifique a qué responderá la administración de la tasa de cambio.
Que a partir de esta devaluación no entremos en un nuevo período de incertidumbre en donde los productores no sepan a qué atenerse, o si se volverá a devaluar mañana o dentro de cinco años, y en respuesta a qué.
Debe existir un lineamiento claro al que responda la política cambiaria, consistente con la política monetaria y fiscal, para que los agentes económicos sepan a qué atenerse y se reduzca la incertidumbre.
Que el gobierno institucionalice de inmediato cualesquiera fondos que posea en el exterior, los ponga a la vista de todos y los reporte de forma obligatoria a través del BCV. Esta medida podría ayudar a reducir el clima de incertidumbre y también promover una percepción de menor transparencia en la administración pública
Que el gobierno reconozca de inmediato la inviolabilidad de la propiedad privada, que declare una tregua a la guerra que ha mantenido con el sector privado, y que de algunos señales de buena fe tomando medidas que ayuden a reducir el costo de hacer negocios en Venezuela, trámites burocráticos, solvencias, y otras alcabalas que se han convertido en una fuente permanente de corrupción y chantaje.
Ese conjunto de medidas deben ser el comienzo de la revisión de la relación entre el gobierno y el sector privado. Venezuela es uno de los siete países del mundo en donde resulta más caro producir. Es necesario diseñar un plan de acción que permita atacar esas trabas, para permitirle a todos los venezolanos la posibilidad de establecer su propio negocio y progresar.
El gobierno debe implementar, con los recursos ya existentes y con las respectivas modificaciones presupuestarias derivadas de los recursos adicionales de la devaluación, un programa de subsidio a todos los hogares en pobreza extrema equivalente a la mitad del salario mínimo mensual por un año, a partir del mes de enero de 2010. La cifra estimada de este subsidio es 3 mil millones de Bs. F. Este subsidio contribuirá a paliar el efecto inflacionario que tendrán las medidas anunciadas en las familias más pobres del país.
Caracas 12 de enero de 2010
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