domingo, 4 de octubre de 2009

ESTUDIANTES, AMERICO MARTIN, EL NUEVO HERALD, OPINIÓN

Mientras pensaba estas líneas la huelga de hambre de los estudiantes se extendía como azogue. El torrente juvenil se une a manifestaciones parecidas de los trabajadores petroleros, industrias básicas, eléctricos, salud, educación, medios de comunicación. Las manifestaciones se mantienen, sabiamente, dentro del cauce pacífico y constitucional, para desconcierto de los sudorosos empleados del régimen, empeñados como están en desacreditar sus motivos. ¿Se trata de un flujo ciudadano histórico? Sí, histórico, y se verá por qué.

Hay una lógica reactiva en el gobierno bolivariano, ya un violador sistemático de derechos humanos, lanzado a destruir todos los espacios de disidencia o donde florezcan opiniones independientes. Y no hablo sólo de la acosada libertad de expresión, por supuesto. ¿Cómo reacciona el gobierno frente al vertiginoso ascenso de las luchas populares? La pauta es patentable. Primero, desacreditarlas, pero las calumnias vertidas por sus voceros están tan fuera de la realidad que se han hecho inaudibles, cual susurros. Segundo, volver con el torcido argumento de la conspiración golpista y el magnicidio, que asaltan las noches del insomne presidente. ¡Han repetido tantas veces lo mismo! Aburren: le dan vueltas al torniquete represivo en una peligrosa escalada que se muerda la cola.

Huelgas de hambre ha habido en muchas partes. Lo nuevo aquí es su amplísima cobertura y la eficacia desplegada en el logro de victorias tangibles, como la libertad de Julio César Rivas, que de alguna manera están iluminando, así sea tenuemente, los pasillos de la OEA. Es repudiable el masivo encarcelamiento de disidentes y la criminalización de la protesta, bajo el raído manto de un sistema judicial indigno.

"En la tierra de Simón Bolívar'', como suelen llamarla estólidos devotos del Libertador, hay miles de presos políticos civiles y militares, y una masa creciente de exiliados e inhabilitados. La embestida contra los medios es visible. El régimen anuncia que desaparecerán 250 emisoras de radio, además de Globovisión, la joya de la corona en la escala del odio chavista. Pero la gran magnitud y fuerza de la disidencia han ralentizado --es verdad, por momentos-- la ofensiva.

La deriva autocrática, la pretensión totalitaria de apoderarse de todos los espacios se dispara por el fracaso del sedicente socialismo del siglo XXI. Contra lo que pregonan los poco presentables aliados del presidente Chávez en Africa, Cercano Oriente y América, las condiciones de vida de los estamentos de bajos y medios ingresos se han deteriorado severamente. La gente no se limita a denuncias políticas. La mayor parte de las quejas van a la tragedia de la criminalidad, certificada como la más alta del hemisferio, al desempleo, la inflación, los deteriorados servicios y la destrucción de fincas en producción, precisamente cuando se agudiza el desabastecimiento alimentario. Justamente por eso oleadas de miembros del partido de gobierno se han incorporado a estas confrontaciones. A falta de soluciones y argumentos creíbles y muy a tono con la vocación exhibida por el poder, el supremo argumento ha sido el despliegue represivo, al servicio del cual actúan con total impunidad bandas de índole fascista.

¡Nada nuevo bajo el sol! Los gases tóxicos son parte del paisaje venezolano, pero a Honduras le cobran implacablemente cuando sus policías disparan bombas lacrimógenas, hecho en nada justificable pero menos intenso y más explicable que la batida venezolana, si se recuerda el aislamiento de que es víctima.

Alerta con Honduras. La OEA, cual los monos místicos del santuario de Toshogu, no se da por enterada de lo que ocurre en Venezuela. Para eso, para inducirla a mirar, oír y ver es esta emergencia nacional, con los bravos estudiantes a la cabeza.

ENVIADO A NUESTROS CORREOS RECOMENDANDO PUBLICACION
ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, MOVIMIENTO REPUBLICANO MR, REPUBLICANO, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO,POLÍTICA, INTERNACIONAL,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.