Lo que van a leer seguidamente fueron las declaraciones del presidente Hugo Chávez, correspondientes al año 2007 cuando, con voz retadora, anunció que Venezuela rompía sus relaciones con el Fondo Monetario Internacional. A ello le sigue lo que argumentó su ministro de Finanzas de aquellos tiempos, Rodrigo Cabezas.
Dijo el Presidente de la República a finales de abril de 2007: "Declaramos la ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, para sentirnos libres de ataduras", después de haber cancelado US$ 53 millones de dólares, que era la deuda que tenía Venezuela con esos dos organismos multilaterales en los últimos ochos años.
Con su nota folclórica que le es propia cuando se refiere a los asuntos económicos, asentó el ex ministro Cabezas lo siguiente: "Señores del Fondo Monetario Internacional, señores del Banco Mundial: chao con ustedes. Venezuela es libre (...) y gracias a Dios, ni los venezolanos de hoy ni los niños por nacer tenemos ya un solo centavo de deuda con esos organismos (...) dominados por halcones estadounidenses". "Cerramos un ciclo histórico de endeudamiento con el FMI y el BM que comenzó en 1989 el ex presidente Carlos Andrés Pérez, al firmar un acuerdo (...) causante del Caracazo".
Proviniendo de esas fuentes muy pocos tomaron en serio estas palabras, no obstante el despliegue propagandístico del gobierno, donde aparecía una mapa de Venezuela cortando las cadenas de la sujetaban a ese organismo financiero internacional. Imaginaban Chávez y Cabezas que eran Juan Vicente Gómez y Román Cárdenas, respectivamente, de los tiempos modernos, cuando el hombre de La Mulera y su ministro de Hacienda decidieron pagar toda la deuda pública externa del país en conmemoración de haberse cumplido un siglo de la Independencia de Venezuela.
SIGUIÓ EL ENDEUDAMIENTO
Dijo el Presidente de la República a finales de abril de 2007: "Declaramos la ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, para sentirnos libres de ataduras", después de haber cancelado US$ 53 millones de dólares, que era la deuda que tenía Venezuela con esos dos organismos multilaterales en los últimos ochos años.
Con su nota folclórica que le es propia cuando se refiere a los asuntos económicos, asentó el ex ministro Cabezas lo siguiente: "Señores del Fondo Monetario Internacional, señores del Banco Mundial: chao con ustedes. Venezuela es libre (...) y gracias a Dios, ni los venezolanos de hoy ni los niños por nacer tenemos ya un solo centavo de deuda con esos organismos (...) dominados por halcones estadounidenses". "Cerramos un ciclo histórico de endeudamiento con el FMI y el BM que comenzó en 1989 el ex presidente Carlos Andrés Pérez, al firmar un acuerdo (...) causante del Caracazo".
Proviniendo de esas fuentes muy pocos tomaron en serio estas palabras, no obstante el despliegue propagandístico del gobierno, donde aparecía una mapa de Venezuela cortando las cadenas de la sujetaban a ese organismo financiero internacional. Imaginaban Chávez y Cabezas que eran Juan Vicente Gómez y Román Cárdenas, respectivamente, de los tiempos modernos, cuando el hombre de La Mulera y su ministro de Hacienda decidieron pagar toda la deuda pública externa del país en conmemoración de haberse cumplido un siglo de la Independencia de Venezuela.
SIGUIÓ EL ENDEUDAMIENTO
A partir de la fecha de los anuncios de la dupla Chávez-Cabezas, Venezuela continuó su trayectoria de endeudamiento público usando para ello la emisión de deuda externa en condiciones más desfavorables que aquellas con los cuales había contratado sus pasivos con el FMI. Al final de la partida lo único que se hizo de la brillante operación liderada por Rodrigo Cabezas fue cambiar una deuda muy barata por otra más cara. ¡Tremendo negocio para Venezuela! Negocios como esos dicen mucho de la calidad del manejo de las finanzas públicas de Venezuela.
Ahora en medio del sigilo, la nocturnidad y la falta de información oficial, Venezuela acaba de recibir una ayuda del Fondo Monetario Internacional por la cantidad de US$ 3.434 millones como resultado de la liquidez que ese organismo aporta a los países miembros en dificultades para que salgan de la crisis lo más pronto posible. Aquel país que se alababa de haber roto sus relaciones con el FMI ahora recibe recursos de este ente y lo peor, que tal vez por vergüenza sus autoridades no lo informan.
Efectivamente, la directiva del FMI acordó el 7 de agosto inyectar un total de US$ 250 billones a sus socios para paliar los efectos recesivos de la crisis global. Pero no se trata de dólares contantes y sonantes, sino más bien un aporte en una moneda que no es moneda, llamada Derechos Especiales de Giro (DEG), que es una especie de unidad de cuenta que utiliza el FMI para sus transacciones pero que se contabiliza como reservas internacionales.
RASPANDO LA OLLA
Ahora en medio del sigilo, la nocturnidad y la falta de información oficial, Venezuela acaba de recibir una ayuda del Fondo Monetario Internacional por la cantidad de US$ 3.434 millones como resultado de la liquidez que ese organismo aporta a los países miembros en dificultades para que salgan de la crisis lo más pronto posible. Aquel país que se alababa de haber roto sus relaciones con el FMI ahora recibe recursos de este ente y lo peor, que tal vez por vergüenza sus autoridades no lo informan.
Efectivamente, la directiva del FMI acordó el 7 de agosto inyectar un total de US$ 250 billones a sus socios para paliar los efectos recesivos de la crisis global. Pero no se trata de dólares contantes y sonantes, sino más bien un aporte en una moneda que no es moneda, llamada Derechos Especiales de Giro (DEG), que es una especie de unidad de cuenta que utiliza el FMI para sus transacciones pero que se contabiliza como reservas internacionales.
RASPANDO LA OLLA
Lo que viene es totalmente previsible. Con esos recursos en las arcas del BCV, el gobierno le va a solicitar al instituto emisor que redefina lo que eufemísticamente llaman "reservas internacionales excedentes", concepto truculento para justificar la descapitalización del Banco Central.
De esta manera, los fondos que recibió el BCV del FMI van a parar al gobierno para ser gastados en lo de siempre, erogaciones improductivas con nulo rendimiento social. Por tanto, la posición de activos internacionales del BCV, que constituye el respaldo de la moneda circulante, experimentará un cambio: habrá menos dólares en efectivo y más moneda ficticia, representada por los Derechos Especiales de Giro.
Así, de un gobierno desafiante frente a las entidades financieras internacionales pasamos a otro que no tuvo más remedio que aceptar la generosa ayuda de su enemigo ideológico, el FMI, y recibir la porción correspondiente como país integrante del organismo con quien dijo que rompería relaciones pero que no rompió.
De esta manera, los fondos que recibió el BCV del FMI van a parar al gobierno para ser gastados en lo de siempre, erogaciones improductivas con nulo rendimiento social. Por tanto, la posición de activos internacionales del BCV, que constituye el respaldo de la moneda circulante, experimentará un cambio: habrá menos dólares en efectivo y más moneda ficticia, representada por los Derechos Especiales de Giro.
Así, de un gobierno desafiante frente a las entidades financieras internacionales pasamos a otro que no tuvo más remedio que aceptar la generosa ayuda de su enemigo ideológico, el FMI, y recibir la porción correspondiente como país integrante del organismo con quien dijo que rompería relaciones pero que no rompió.
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