Al Gobierno de Hugo Chávez le ha sido siempre muy cuesta arriba reconocer que el país atraviesa una crisis económica, y le cuesta una barbaridad aplicar medidas para corregir las distorsiones que sus políticas con tilde comunista han generado.
En marzo de este año, y muy a duras penas, atinó a anunciar unas medidas económicas que resultaron ser más de lo mismo y no lograron los prometidos resultados. Unas porque eran medidas aisladas que no iban a la raíz del problema, tales como un aumento de 3% para el IVA hasta 12%; el recálculo del presupuesto con el barril de petróleo a $40 en lugar de $60; el aumento de 21% del salario mínimo, en dos etapas; y la emisión de nueva deuda interna por Bs.F.22,0 millardos. Otras porque no se llevaron realmente a cabo, como fueron una reducción, no especificada, de los sueldos de los altos funcionarios públicos y la reducción de 6,7% del gasto del Gobierno Central.
Ahora, vuelve a estar planteada la aplicación de nuevas medidas, según lo han señalado el mismo presidente Chávez y su ministro de Finanzas, Alí Rodríguez Araque.
Éste sería el momento más indicado para aplicar medidas ortodoxas para ir al meollo del problema, entre las cuales podrían citarse la devaluación de la moneda, la eliminación de los controles de cambio y precios, el incremento del precio de la gasolina y un verdadero estímulo a la inversión y a la producción, donde impere el Estado de Derecho y se garantice la seguridad jurídica.
Sin embargo, según se deduce de lo adelantado a la prensa por el ministro Rodríguez Araque, de nuevo se aplicarán paños calientes que no tendrán ningún efecto en el mediano y largo plazo.
Entre las medidas que se habrían presentado a Chávez este 15 de agosto, estarían:
Entre las medidas que se habrían presentado a Chávez este 15 de agosto, estarían:
Una política cambiaria basada en un tipo de cambio similar a "Recadi", que dejaría: a) Una divisa a Bs.F.2,15:$ para importaciones prioritarias como: alimentos e insumos para su producción, salud, bienes de capital, materia prima para la industria, y para viajeros. b) se mantendría el mercado paralelo (dólar permuta) y c) se establecería un sistema de subasta para satisfacer la demanda de otras importaciones no esenciales, a un precio intermedio en Bs.F.2.15:$ y el dólar permuta.
Además se contemplaría un impuesto a las operaciones cambiarias y emisión de nueva deuda bolívar-dólar a colocarse en el mercado interno de manera permanente. El problema con un cambio diferencial así planteado es que: no se sincera el verdadero valor de la divisa; no se crean normas transparentes y por añadidura se propiciaría un verdadero mercado negro.
La continuación de una política de financiamiento basada en el uso de las reservas internacionales de la República, mediante el traspaso al Fonden. Se fijaría a conveniencia un nuevo "nivel óptimo" de reservas, el cual estaría por lo menos en $10 millardos por debajo del actual.
Un supuesto plan de promoción de la producción interna. Algo que resulta risible de un Gobierno que está desmantelando el aparato productivo privado, para sustituirlo por un sistema "socialista" con acentuado monopolio del Estado sobre los bienes de producción.
En definitiva, El Ejecutivo está aplicando más de los mismos paños calientes, más intervención de Gobierno en la economía, más endeudamiento de la República y mayor sequía en las reservas de los venezolanos.
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