sábado, 16 de agosto de 2008

*ESCRITO POR TELLO BENÍTEZ.: “LAS PALABRAS, LOS NÚMEROS Y LA POLÍTICA”


*ESCRITO POR TELLO BENÍTEZ.: “LAS PALABRAS, LOS NÚMEROS Y LA POLÍTICA”

Nueva Prensa de Guayana Viernes, 15 de agosto de 2008


Ni medio valen las palabras. Las palabras públicas de la gente pública. No valen nada. Esa es una de las lecciones que nos ofrece la política venezolana. Quien haya seguido con detenimiento, aquel que haya sido un cuidadoso lector de la prensa diaria o prestase cotidianamente atención a los diversos medios de comunicación, tendrá seguro un inmenso caudal de prejuicios, por no decir de juicios, contra el valor y la importancia de la palabra pública. Así se expresaba Alfredo Maneiro, en un breve artículo de opinión publicado en un periódico de circulación nacional, el 27-7-82, al cual le puso por título “ni en las palabras ni en las cifras”.

Y al final en el mismo artículo, Alfredo Maneiro, para referirse a las cifras, decía lo siguiente: He aquí sin embargo que desasidos de la confianza en la palabra, al perder ésta su valor real por ser usada tan a menudo para el engaño y la disculpa tramposa, nos aferrábamos por lo menos, al más objetivo valor y significado de las cifras y los índices: si la palabra fallaba, nos quedaban los números como elemento de mayor conexión con la realidad.

Alfredo, siempre adelantado en el tiempo, si viviese estaría impávido hoy, de la devaluación por debajo del valor menos cero de las palabras y las cifras en los tiempos que corren. Por cierto, que el que más ha degradado el valor de las palabras y las cifras es el actual Presidente de la República, a ello le suma el primer magistrado nacional, el irrespeto a toda norma, empezando por las del texto constitucional, creando la mayor anomia que se haya padecido en la historia republicana. Y esa degradación de las palabras, de las cifras y el irrespeto normativo, ha sido bien asimilado por el estamento militar, bien sea activo o retirado.

El 23 de enero de 2008, casi todos los partidos nacionales, suscribieron un acuerdo de unidad, ese acuerdo fue suscrito por La Causa R, uno de los partidos que más ha impulsado seriamente la unidad y ha sido un escrupuloso cumplidor del acuerdo suscrito el 23 de enero. El acuerdo del 23 de enero incluía varios métodos para llegar a la unidad, entre ellos el consenso y las encuestas. No incluía las primarias. Lo que no implicaba, que en el desarrollo de la vida política ocurriese, como ocurrió en el Estado Aragua, que las mismas fueran utilizadas y funcionasen bien en la solución de la candidatura unitaria a la gobernación.

Pero en el caso del estado Bolívar, a pesar que el candidato Andrés Velásquez ganó las encuestas válidas para decidir quien sería el candidato de la unidad, su contendor y los partidos Primero Justicia, Movimiento al Socialismo y Bandera Roja, suscribientes del acuerdo del 23 de enero, decidieron desconocer dicho acuerdo e inscribir a Antonio Rojas Suárez como candidato a la gobernación.


Ahora, los defensores de la candidatura de Antonio Rojas Suárez, argumentan otros elementos de las encuestas para tratar de sustentar esa candidatura; pero lo cierto y los objetivo es que desconocieron el contenido del acuerdo suscrito el 23 de enero de 2008.

En esa retórica falsa de prolongar la agonía de la llamada unidad en el caso del Estado Bolívar, ahora algunos proponen, ante el irrespeto del acuerdo suscrito el 23 de enero, firmar otro pacto o acuerdo ante una notaría un otra instancia que le dé un barniz de formalidad y legalidad, para buscar una forma o método, que en el desarrollo de la campaña, permita arribar a un candidato único. Otros proponen de nuevo las primarias.


Pero el fondo, el quid, el meollo de asunto, es que si unas de las partes ya desconoció el acuerdo de 23 de enero, ソquien garantiza el cumplimiento de cualquier otro, así se firme ante el Vaticano o ante una Logia Masónica?. Conociendo el valor de las palabras y los números de los partidos que en Guayana desconocieron olímpicamente el acuerdo suscrito el 23 de enero, ソ vamos a distraer a la población guayanesa, en otros asuntos, que no sean liberarse del gobierno regional más incompetente en la historia de Estado Bolívar?.


Mi punto de vista es que los partidos nacionales Copei, Un Nuevo Tiempo (UNT), Alianza Bravo Pueblo (ABP), Movimiento de Integridad Nacional (MIN), Movimiento Republicano (MR), Un Solo Pueblo (USP), Opina, Vanguardia Popular (VP), Electores Libres (EL), La Causa Radical (LCR), Venezuela de Primera (VP), Acción Democrática (AD), Democracia Renovadora (DR), Poder Laboral (PL); así como los partidos regionales Movimiento Ciudadano Unido por la Democracia (MCUD), Constructores de Guayana (CG, Guayana Viva (GV), Cadecide y Pemon; apoyantes de la candidatura de Andrés Velásquez, deben centrar sus esfuerzos en conquistar para la población de Guayana una victoria contundente el 23 de noviembre.

No sería la primera vez que Guayana cambiaría los paradigmas políticos con Andrés Velásquez, ya lo ha hecho otras veces, y hoy, para darle sentido a la política, y para contribuir a la recuperación del valor de las palabras y los números, es necesario que lo haga de nuevo.

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