EDITORIAL DEL 31/01/08 EN EL DIARIO 2001 (VENEZUELA) AFLICCIÓN Y PESAR
"Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir"
Thomas Campbell (poeta escocés)
Penoso e intensamente doloroso los hechos sucedidos entre el miércoles y el jueves en la Maternidad Concepción Palacios, donde seis criaturas, entre recién nacidos y óbitos fetales (muertes prenatales), dejaron de existir por causas aún no totalmente esclarecidas debido a las versiones contradictorias entre el personal médico y la directiva de la nombrada institución.
Las acusaciones elevadas por el presidente y vicepresidente de la Sociedad Médica, Fernando Calderón y Giuseppe Maldonado, son extremadamente graves, sin embargo, su versión no la comparte la directora de la Concepción Palacios, Belén Briceño.
Sea cual fuere el caso, el hecho es que la conmoción fue general al trascender el triste desenlace, porque no hay explicación ni justificación que en nuestro país ocurran casos como el nombrado, a pesar de tener los más grandes ingresos económicos de nuestra historia gracias a la renta petrolera.
El asunto parece tener, empero, connotaciones más preocupantes aún, según declaró la médica neonota de la Concepción Palacios, Lydia Mugoli, quien manifestó que ochenta recién nacidos hospitalizados en la Concepción Palacios corren igualmente peligro de muerte por las difíciles condiciones prevalecientes.
Tiempo ha, el personal profesional y especializado de los centros de hospitalización y atención públicos del país han denunciado las carencias y precariedades de las instalaciones de salud pública, nacionales, estadales o municipales, sin que reciban respuesta.
Público y notorio que el Gobierno es muy dadivoso con algunas naciones de otras latitudes, pero no es justo el abandono que muestra inmensa la mayoría de las instalaciones hospitalarias públicas y las vicisitudes que afrontan el personal que en ellas laboran.
El problema no se circunscribe a los millardos de dólares que se reparten graciosamente entre otras naciones, sino que también estamos ante una emigración de cerebros de profesionales venezolanos de diferentes especialidades -médicos, ingenieros, técnicos-, prefiriendo irse a los Estados Unidos, Canadá, otras naciones latinoamericanas, a Europa y hasta Australia.
Hacemos un llamado al presidente Chávez para que reflexione y se concientice de la magnitud de éste, como de otros problemas y dedique algo más de tiempo a las ingentes dificultades de Venezuela. Lo que sucede es realmente alarmante.
¡Que no se repita el dantesco caso de la Maternidad Concepción Palacios!, que investigue a fondo el Gobierno, porque al fin de cuenta los más afectados son los que menos tienen.
"Vivir en el corazón de los que dejamos detrás de nosotros no es morir"
Thomas Campbell (poeta escocés)
Penoso e intensamente doloroso los hechos sucedidos entre el miércoles y el jueves en la Maternidad Concepción Palacios, donde seis criaturas, entre recién nacidos y óbitos fetales (muertes prenatales), dejaron de existir por causas aún no totalmente esclarecidas debido a las versiones contradictorias entre el personal médico y la directiva de la nombrada institución.
Las acusaciones elevadas por el presidente y vicepresidente de la Sociedad Médica, Fernando Calderón y Giuseppe Maldonado, son extremadamente graves, sin embargo, su versión no la comparte la directora de la Concepción Palacios, Belén Briceño.
Sea cual fuere el caso, el hecho es que la conmoción fue general al trascender el triste desenlace, porque no hay explicación ni justificación que en nuestro país ocurran casos como el nombrado, a pesar de tener los más grandes ingresos económicos de nuestra historia gracias a la renta petrolera.
El asunto parece tener, empero, connotaciones más preocupantes aún, según declaró la médica neonota de la Concepción Palacios, Lydia Mugoli, quien manifestó que ochenta recién nacidos hospitalizados en la Concepción Palacios corren igualmente peligro de muerte por las difíciles condiciones prevalecientes.
Tiempo ha, el personal profesional y especializado de los centros de hospitalización y atención públicos del país han denunciado las carencias y precariedades de las instalaciones de salud pública, nacionales, estadales o municipales, sin que reciban respuesta.
Público y notorio que el Gobierno es muy dadivoso con algunas naciones de otras latitudes, pero no es justo el abandono que muestra inmensa la mayoría de las instalaciones hospitalarias públicas y las vicisitudes que afrontan el personal que en ellas laboran.
El problema no se circunscribe a los millardos de dólares que se reparten graciosamente entre otras naciones, sino que también estamos ante una emigración de cerebros de profesionales venezolanos de diferentes especialidades -médicos, ingenieros, técnicos-, prefiriendo irse a los Estados Unidos, Canadá, otras naciones latinoamericanas, a Europa y hasta Australia.
Hacemos un llamado al presidente Chávez para que reflexione y se concientice de la magnitud de éste, como de otros problemas y dedique algo más de tiempo a las ingentes dificultades de Venezuela. Lo que sucede es realmente alarmante.
¡Que no se repita el dantesco caso de la Maternidad Concepción Palacios!, que investigue a fondo el Gobierno, porque al fin de cuenta los más afectados son los que menos tienen.
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