*LUIS DANIEL ÁLVAREZ V. ESCRIBE EN EL UNIVERSAL (VENEZUELA): “NOS MINTIERON”
Cuando se les negó el asilo a los comisarios, la diplomacia quedó de nuevo en entredicho.
En abril se cumple un aniversario más de la fatídica jornada en la que un pueblo, armado de convicciones y sueños y apertrechado con pitos y banderas fue salvajemente repelido.
La tragedia hubiese sido mayor si un grupo de uniformados, obedeciendo al Plan Ávila, hubiesen reprimido las voces que pedían democracia.
Muchas cosas sucedieron a partir de allí. Entre ellas la acusación a tres comisarios de la policía y a ocho efectivos por cuya acción valiente de evitar caos, están pagando con el llamado "juicio más largo de la historia".
Cabe recordar que cuando a los comisarios Vivas y Forero se les negó el asilo en El Salvador, acción confusa y que dejará por siempre un trazo negro en la gestión del presidente Saca. México, Argentina y El Salvador, se comprometieron a seguir minuciosamente el proceso judicial, obligándose a informar a sus respectivos gobiernos los pormenores del mismo.
Era la oportunidad para que la diplomacia latinoamericana mostrase que más allá de las cumbres y las infaltables fotos, podía seguirse de cerca la materia de derechos humanos. Parecía un buen trío. Argentina tiene las heridas aún vivas del militarismo y sus muertos; El Salvador recuerda la guerra fratricida que asoló y tiñó de rojo al "pulgarcito de América" y México baja la frente 40 años después de los tenebrosos sucesos de Tlatelolco. Todos los estados habían vivido la represión, por ende podían dar fe de la calidad del proceso y delimitar la frontera entre derecho y política.
Pero no cumplieron. Sencillamente el proceso se llevó a cabo sin la tan anunciada veeduría internacional. Cuando se les negó el asilo a los comisarios, no sólo los entregaban a ellos a un foso oscuro, sino que la diplomacia quedaba, una vez más en entredicho.
luisdalvarezva@hotmail.com
Cuando se les negó el asilo a los comisarios, la diplomacia quedó de nuevo en entredicho.
En abril se cumple un aniversario más de la fatídica jornada en la que un pueblo, armado de convicciones y sueños y apertrechado con pitos y banderas fue salvajemente repelido.
La tragedia hubiese sido mayor si un grupo de uniformados, obedeciendo al Plan Ávila, hubiesen reprimido las voces que pedían democracia.
Muchas cosas sucedieron a partir de allí. Entre ellas la acusación a tres comisarios de la policía y a ocho efectivos por cuya acción valiente de evitar caos, están pagando con el llamado "juicio más largo de la historia".
Cabe recordar que cuando a los comisarios Vivas y Forero se les negó el asilo en El Salvador, acción confusa y que dejará por siempre un trazo negro en la gestión del presidente Saca. México, Argentina y El Salvador, se comprometieron a seguir minuciosamente el proceso judicial, obligándose a informar a sus respectivos gobiernos los pormenores del mismo.
Era la oportunidad para que la diplomacia latinoamericana mostrase que más allá de las cumbres y las infaltables fotos, podía seguirse de cerca la materia de derechos humanos. Parecía un buen trío. Argentina tiene las heridas aún vivas del militarismo y sus muertos; El Salvador recuerda la guerra fratricida que asoló y tiñó de rojo al "pulgarcito de América" y México baja la frente 40 años después de los tenebrosos sucesos de Tlatelolco. Todos los estados habían vivido la represión, por ende podían dar fe de la calidad del proceso y delimitar la frontera entre derecho y política.
Pero no cumplieron. Sencillamente el proceso se llevó a cabo sin la tan anunciada veeduría internacional. Cuando se les negó el asilo a los comisarios, no sólo los entregaban a ellos a un foso oscuro, sino que la diplomacia quedaba, una vez más en entredicho.
luisdalvarezva@hotmail.com
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