*EMPATADOS Y EXHAUSTOS, LOS DEMÓCRATAS INICIARÁN TRAS MISISIPI UN LARGO DESCANSO
Barack Obama y Hillary Clinton afrontan mañana en Misisipi las últimas primarias antes de una larga pausa de seis semanas, en la que el Partido Demócrata deberá buscar una salida al estancamiento que vive la selección de su candidato. EFE Obama, que hoy participa en varios actos electorales en Misisipi, parte como favorito en las primarias de mañana, lo que le permitirá consolidar el nuevo impulso en su campaña tras haber ganado el sábado en los caucus de Wyoming.
Clinton, que ya hizo campaña la semana pasada en Misisipi, ha preferido dedicarse esta semana a Pensilvania, el último gran estado en liza y que celebrará primarias dentro de seis semanas.
Ningún experto político de la historia reciente recuerda una pausa tan extensa en un proceso de primarias, lo que puede ser especialmente dañino en una campaña tan intensa y reñida como la actual, donde los medios digitales, los blogs, las televisiones y los medios tradicionales necesitan información fresca al minuto.
"Nunca antes hemos pasado por ahí. Es un territorio desconocido", afirmó John Brabender, un estratega electoral, a la revista "The Político".
Pero la principal preocupación del partido es la situación de estancamiento que vive la selección de un candidato, y que no se resolverá tras las primarias de mañana en Misisipi, en las que hay en juego sólo 33 delegados.
Tampoco parece que vaya a cambiar la situación tras las primarias de Pensilvania el 22 de abril, en las que se otorgará un numero mayor de delegados, 158, y donde las encuestas apuntan como ganadora a Clinton.
Según el último recuento de CNN, Obama tiene 1.527 delegados y Hillary 1.428. Para obtener la candidatura, son necesarios 2.025 delegados.
A estas alturas de la precampaña, y debido a lo reñido de la contienda, todo parece indicar que la búsqueda de un candidato no se resolverá tampoco en las cinco citas que quedan entre mayo y junio.
Ello podría dejar la decisión en manos de los alrededor de 800 "superdelegados", algo que quieren evitar los responsables del Partido Demócrata, que durante estos días se devanan los sesos para buscar una salida a esta situación.
Una opción sería repetir las primarias en Michigan y en Florida, dos estados que adelantaron a enero sus primarias sin contar con la autorización del Partido Demócrata, que los castigó a no enviar ningún delegado a la Convención de agosto.
No obstante, ahora parece que los delegados de estos dos Estados serían necesarios para deshacer el empate, por lo que han surgido voces en el partido que reclaman una repetición de las primarias.
El Estado de Florida, según dijo su gobernador, el republicano Charlie Crist, quiere que se oiga su voz y que se repitan las primarias, pero no está dispuesto a correr con el gasto de 25 millones de dólares que podría costar este proceso.
El Partido Demócrata, como ha dicho su presidente, Howard Dean, tampoco quiere gastar en estas primarias un dinero que está destinado a financiar la lucha contra el candidato republicano.
La forma más barata de celebrar de nuevo los comicios sería organizarlas a través de voto por correo, lo que evitaría el engorroso trámite de organizar mesas y colegios electorales.
"No es una mala idea hacerlo de esa forma. De hecho se trata de un proceso muy bueno. Todo el mundo recibe una papeleta en el correo", dijo Howard Dean, a lo que añadió que es un sistema amplio que otorga a todo el mundo la posibilidad de votar, tanto si "uno está en Irak o en un hogar de ancianos".
La repetición de estos comicios podría favorecer a Hillary Clinton, que ve una oportunidad de oro para acortar distancias con Obama, puesto que en los dos estados habrá en juego un total de 313 delegados.
Hillary Clinton ganó ampliamente en estos dos estados, y aunque Obama no presentó papeleta en Míchigan, sí lo hizo en Florida, donde fue superado por la ex primera dama.
Por ello, algunos de los fervientes defensores de la senadora, como el gobernador de Nueva Jersey, Jon Corzine, y el de Pensilvania, Ed Rendell, se han ofrecido a recaudar el dinero que se necesita para financiar la repetición de las primarias, conscientes de que puede suponer el golpe final contra su duro contendiente.
Barack Obama y Hillary Clinton afrontan mañana en Misisipi las últimas primarias antes de una larga pausa de seis semanas, en la que el Partido Demócrata deberá buscar una salida al estancamiento que vive la selección de su candidato. EFE Obama, que hoy participa en varios actos electorales en Misisipi, parte como favorito en las primarias de mañana, lo que le permitirá consolidar el nuevo impulso en su campaña tras haber ganado el sábado en los caucus de Wyoming.
Clinton, que ya hizo campaña la semana pasada en Misisipi, ha preferido dedicarse esta semana a Pensilvania, el último gran estado en liza y que celebrará primarias dentro de seis semanas.
Ningún experto político de la historia reciente recuerda una pausa tan extensa en un proceso de primarias, lo que puede ser especialmente dañino en una campaña tan intensa y reñida como la actual, donde los medios digitales, los blogs, las televisiones y los medios tradicionales necesitan información fresca al minuto.
"Nunca antes hemos pasado por ahí. Es un territorio desconocido", afirmó John Brabender, un estratega electoral, a la revista "The Político".
Pero la principal preocupación del partido es la situación de estancamiento que vive la selección de un candidato, y que no se resolverá tras las primarias de mañana en Misisipi, en las que hay en juego sólo 33 delegados.
Tampoco parece que vaya a cambiar la situación tras las primarias de Pensilvania el 22 de abril, en las que se otorgará un numero mayor de delegados, 158, y donde las encuestas apuntan como ganadora a Clinton.
Según el último recuento de CNN, Obama tiene 1.527 delegados y Hillary 1.428. Para obtener la candidatura, son necesarios 2.025 delegados.
A estas alturas de la precampaña, y debido a lo reñido de la contienda, todo parece indicar que la búsqueda de un candidato no se resolverá tampoco en las cinco citas que quedan entre mayo y junio.
Ello podría dejar la decisión en manos de los alrededor de 800 "superdelegados", algo que quieren evitar los responsables del Partido Demócrata, que durante estos días se devanan los sesos para buscar una salida a esta situación.
Una opción sería repetir las primarias en Michigan y en Florida, dos estados que adelantaron a enero sus primarias sin contar con la autorización del Partido Demócrata, que los castigó a no enviar ningún delegado a la Convención de agosto.
No obstante, ahora parece que los delegados de estos dos Estados serían necesarios para deshacer el empate, por lo que han surgido voces en el partido que reclaman una repetición de las primarias.
El Estado de Florida, según dijo su gobernador, el republicano Charlie Crist, quiere que se oiga su voz y que se repitan las primarias, pero no está dispuesto a correr con el gasto de 25 millones de dólares que podría costar este proceso.
El Partido Demócrata, como ha dicho su presidente, Howard Dean, tampoco quiere gastar en estas primarias un dinero que está destinado a financiar la lucha contra el candidato republicano.
La forma más barata de celebrar de nuevo los comicios sería organizarlas a través de voto por correo, lo que evitaría el engorroso trámite de organizar mesas y colegios electorales.
"No es una mala idea hacerlo de esa forma. De hecho se trata de un proceso muy bueno. Todo el mundo recibe una papeleta en el correo", dijo Howard Dean, a lo que añadió que es un sistema amplio que otorga a todo el mundo la posibilidad de votar, tanto si "uno está en Irak o en un hogar de ancianos".
La repetición de estos comicios podría favorecer a Hillary Clinton, que ve una oportunidad de oro para acortar distancias con Obama, puesto que en los dos estados habrá en juego un total de 313 delegados.
Hillary Clinton ganó ampliamente en estos dos estados, y aunque Obama no presentó papeleta en Míchigan, sí lo hizo en Florida, donde fue superado por la ex primera dama.
Por ello, algunos de los fervientes defensores de la senadora, como el gobernador de Nueva Jersey, Jon Corzine, y el de Pensilvania, Ed Rendell, se han ofrecido a recaudar el dinero que se necesita para financiar la repetición de las primarias, conscientes de que puede suponer el golpe final contra su duro contendiente.
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