*DISCURSO PRESENTACIÓN DEL LIBRO ARTE CLÁSICO Y BUEN GOBIERNO PRONUNCIADO POR PEDRO G. PAUL BETANCOURT
Muy buenas noches. Deseo antes que nada, agradecerles su muy valiosa presencia. Es, para mi, un placer y un honor recibirlos en nombre de Fuerza Solidaria. Sepan, sin sombras de dudas, que este encuentro de hoy es, más que nada, un encuentro entre amigos.
Permítanme empezar estas breves palabras con una anécdota de tipo personal.
Empecé a saber, a escuchar de Alejandro en el 1998 cuando yo aun cursaba mis estudios de Ciencias Políticas en la bella Roma. Alejandro había utilizado la candidatura presidencial, no con fines victoriosos, sino como palestra publica para enviarle al país un mensaje de alerta. “Chavez es un títere de Fidel Castro en Venezuela” o “La guerrilla quiere usar a Venezuela para expandirse hacia Sur América” eran títulos que recorrían los periódicos de ese ya lejano 98.
Para aquel entonces, tanto mi padre (Pedro Paúl el original) como yo, habíamos recibido noticias de esta particular relación de Chavez con las guerrillas latinoamericanas y, más en general, con todos los grupos subversivos de extrema izquierda del Continente. Entramos, poco a poco, en contacto con Alejandro hasta que, en un viaje a Venezuela, mi padre se reunió con él. De regreso a Roma me comentó la interesante conversación que había tenido.
La preocupación fue aumentando con los primeros dos años de gobierno de Chavez. Este hizo aprobar la Constitución Bolivariana y sucesivamente fue reemplazando, ilegalmente, a todos los miembros de los distintos Poderes Constituidos.
En 2001, Pedro Paúl padre, el Padre Pedro Freites Romero, nuestro buen amigo Pedro Raúl Villasmil Soulette y este servidor, escribimos un articulo titulado “No sean ingenuos, nunca les crean!” donde exponíamos el conflicto que se preparaba, de orden continental y mundial, desde Venezuela. Recuerdo que muchos amigos nos comentaron lo exagerado de nuestro análisis. Para ese momento solo Alejandro hablaba de estos temas. Se concreto una nueva reunión en Caracas, en el Hotel Altamira, donde compartimos, por largas horas, nuestros puntos de vista sobre el peligro que se asomaba en nuestro país y en todo el mundo: las relaciones de Chavez con las guerrillas y estas con el fundamentalismo islámico. Pretendian utilizar a Venezuela como base operativa para la desestabilización del continente y, en unión al fanatismo religioso del Medio Oriente, la desestabilización del orden mundial actual.
Era ya el ano 2001. Pocos meses después, caían las Torres Gemelas de Nueva York. Ese mismo día, el 11 de Septiembre, estando aun en Roma, recibimos una llamada de uno de estos amigos que, en aquel entonces, habían considerado nuestros análisis, y el de Alejandro, como “ciencia-ficción política”. Sus palabras, recuerdo, fueron muy concisas: “Pedro, ustedes y Alejandro tenían razón”.
Ese mismo año decidí colaborar estrechamente con Alejandro. Nos unían valores, principios, visión de la vida y, además, nuestros análisis coincidían.
Entré a formar parte, con mucho orgullo, de Fuerza Solidaria.
Pero, para no salirme del contexto en el que nos encontramos, siento el deber de transmitirles quienes somos los miembros de Fuerza Solidaria: nuestra mayor ambición es la de considerarnos y sentirnos como una corriente de pensamiento con la inequívoca vocación de ser una academia para la formación de estadistas. Una vocación que va más allá de nuestras fronteras, una vocación Iberoamericanista.
Nuestra verdadera ambición es llevar a todo el continente y a todos sus habitantes a la materialización de sus posibilidades, y potencialidades, en todas sus dimensiones: en lo económico, en lo social, en lo político pero también en lo moral, en lo intelectual y en lo espiritual. Somos ambiciosos, si, es cierto.
Nuestra ambición es la de ser instrumento al servicio de los demás; nuestra vocación, como la de todo hombre político, es y debe ser la del servicio social. Nos consideramos a nosotros mismos servidores y no reyes. Deseamos formar estadistas y no lideres populistas. Esto es lo que somos y lo que deseamos ser.
Fuerza Solidaria se funda y organiza en el 2001 bajo estos preceptos pero se ve forzada a involucrarse directamente en la política nacional. La meta no era otra que la que ya, desde 1995, Alejandro venía pregonando: advertirle al país que el Foro de Sao Paulo, y las FARC dentro de el, pretende tomar por asalto a nuestra nación y despojarnos de nuestras libertades y riquezas.
Nuestras advertencias se basaban en pruebas de orden político: es decir, fundamentadas en la metodología y los conceptos del análisis científico. Nuestra arma argumentativa era la lógica. Y nuestra fuerza; la inagotable voluntad de hablar siempre con la Verdad.
Así, decidimos pasar a acciones concretas y propusimos el “que hacer” y “como hacerlo”; no hablábamos de elecciones ni de espacios de poder, hablábamos, más bien, de desobediencia civil, de cubanizacion, de Guerrillas, del Foro de Sao Paulo, de la traición de Chavez y de la imperiosa necesidad de evitar que se instaurara en nuestra republica una tiranía, una ocupación extranjera, que respondiera a intereses transnacionales.
Era lógico, que para ese momento, se nos tildara de radicales y exagerados. A pesar de ello, de la opinión mayoritaria en contra de nuestras propuestas, mantuvimos la coherencia en un solo curso de acción. No se trataba de terquedad. Conocíamos y denunciamos a lo largo de estos 7 años esa misma relación apatrida que mantenía Chavez con las FARC; Alejandro fue el primer venezolano, en el año 2000, que denunció ante la Fiscalia a Chavez por Traición a la Patria, entregamos, desarrollamos y multiplicamos miles de documentos que sustentaban nuestras denuncias.
Hoy sabemos, por unas computadoras, que existen las pruebas policiales que han generado una crisis continental y que son en sí mismas causa belli. Son pruebas, estas, alicientes más que suficientes para que los venezolanos despierten con energía ante la gravedad de las circunstancias.
Permítanme, en este espacio, hacer mías las palabras de Winston Churchill, considerado en su época como un radical incluso por sus propios compañeros de partido. Palabras que pronunciara pocos meses antes de entrar Gran Bretaña en guerra contra Hitler: “el que se humilla para evitar la guerra; tiene la humillación y también la guerra”.
En estos 7 años de intenso trabajo se nos reconoce en el mundo entero como la organización más acreditada, y en especial modo a Alejandro Peña Esclusa, como los expertos en el tema del Foro de Sao Paulo. Hemos realizado giras internacionales denunciando estas vinculaciones terroristas en Europa, Estados Unidos de América y en todo el Continente Latinoamericano.
Fuerza Solidaria se ha multiplicado a lo largo y ancho de todo el país. Se han abierto sedes, tan solo en el 2007, en Estados Unidos: Miami y Washington, en México, en Italia y en España.
Hemos construido alianzas importantes como la que nos une con CiU (Convergencia y Unión) de España; hoy en día el tercer partido más votado en las ultimas elecciones presidenciales, quedando solo por detrás del PSOE y del PP.
Hemos sostenido estrechos lazos de amistad y colaboración con importantes políticos italianos pertenecientes a Alleanza Nazionale. Hoy por hoy, el segundo partido más fuerte de la bota itálica.
Se nos reconoce en el Salvador como los venezolanos del anti-foro de Sao Paulo y el mismo Presidente Saca ha denunciado públicamente la injusticia que se ha cometido al dictarle prohibición de salida del país a Alejandro en su ultima oportunidad.
Por lo general, cualquier analista político debería sentir una profunda satisfacción cuando sus teorías se ven materializadas en hechos concretos. Es, quizás, la única satisfacción concreta que pueda sentir. Pero nuestro amor por el país, por su gente, nuestra gente, no nos permite regocijarnos pues, más bien, nos angustia saber que la nefasta realidad corresponde exactamente a la cruda teoría.
Quisiéramos tener el tiempo para hablarles de la teoria: quisieramos tener el tiempo de explicarles que la Democracia no es un sistema de gobierno sino un sistema de valores; una filosofía de vida.
Quisiéramos hablarles de elecciones para transmitirles que no son mas que otro mecanismo para vivir en Democracia pero que no son la democracia en sí misma.
Quisiéramos hablarles de la pobreza, de la realidad en los barrios, de economia y de sociologia, de filosofia y de ciencia, de tecnologia y ecología... De teologia!
Pero no es esta la ocasión pues hoy hablaremos… De Arte. Qué radicales! Verdad?
Muchos, ante esta difícil situación, pregonan la unidad. Pero la “unidad” no es un valor en sí mismo. La “unidad” que no se materializa sobre bases inquebrantables como la Verdad, la Justicia y la Solidaridad no tiene razón de ser.
Creemos y llamamos a todos los venezolanos de buena voluntad a unirse entorno a la defensa seria, corajuda, honesta, apasionada y desinteresada de principios fundamentales como la Libertad, la Vida, la defensa de la Familia, la Lealtad y el amor a la Patria.
Es en esta unidad que nosotros de Fuerza Solidaria creemos: en una unidad que refleje desprendimiento absoluto y total, y no en una unidad para favorecer intereses personales o partidistas.
Creemos en una unidad que implique la entrega total, en cuerpo y alma, para la salvación del país y no en una unidad que se materialice entorno a la lucha por espacios de poder...
Quizás, en el pasado no muy lejano, es por estas mismas posturas, que se nos haya visto como un grupo de personas radicales.
Nuestra radicalidad consiste, en todo caso, en el profundo amor por Venezuela, en la entrega apasionada y en la disposición intelectual y espiritual de donar la vida por ella. No hacemos nada extraordinario, no somos héroes ni intelectuales de renombre: somos padres de familia, amas de casa, humildes trabajadores, jóvenes profesionales y valientes estudiantes que siguen el ejemplo de otros: uno de ellos, el que más amamos y del cual tuvimos la gracia de recibir fuente inagotable de inspiración es el Excelentísimo Rosalio Cardenal Castillo Lara.
El hombre más importante en la historia contemporánea de Venezuela y conocido como el gran inspirador de la desobediencia civil en nuestra patria; valiente venezolano que se atrevió a hablar cuando todos callaban.
Hoy, esta noche, me atrevo a hacerles un llamado de Unidad: de Unidad en la Verdad; valor en sí mismo, absoluto en sí mismo. Única arma capaz de vencer las tinieblas en las que nos encontramos dispersos y asustados.
Los invito a trabajar por la salvación del país, los invito a encontrarnos en una verdadera e inquebrantable comunión de valores.
Los invito a levantar la guardia, a no temer, a irradiar animo y esperanza.
Los invito a caminar juntos en una Venezuela libre, prospera, armoniosa, respetuosa de la ley, del Hombre, enamorada de la vida y conciente de su destino histórico para la consecución de lo que Su Santidad Juan Pablo II llamó: “El Continente de la Esperanza”.
Deseo, si me lo permiten, concluir estas palabras con un pensamiento de Platón; Hombre universal, integro, reflejo cabal de la humanidad que hoy soñamos:
“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Platón.
Muchísimas gracias por vuestra amistad y en especial por vuestra valiosísima compañía
Muy buenas noches. Deseo antes que nada, agradecerles su muy valiosa presencia. Es, para mi, un placer y un honor recibirlos en nombre de Fuerza Solidaria. Sepan, sin sombras de dudas, que este encuentro de hoy es, más que nada, un encuentro entre amigos.
Permítanme empezar estas breves palabras con una anécdota de tipo personal.
Empecé a saber, a escuchar de Alejandro en el 1998 cuando yo aun cursaba mis estudios de Ciencias Políticas en la bella Roma. Alejandro había utilizado la candidatura presidencial, no con fines victoriosos, sino como palestra publica para enviarle al país un mensaje de alerta. “Chavez es un títere de Fidel Castro en Venezuela” o “La guerrilla quiere usar a Venezuela para expandirse hacia Sur América” eran títulos que recorrían los periódicos de ese ya lejano 98.
Para aquel entonces, tanto mi padre (Pedro Paúl el original) como yo, habíamos recibido noticias de esta particular relación de Chavez con las guerrillas latinoamericanas y, más en general, con todos los grupos subversivos de extrema izquierda del Continente. Entramos, poco a poco, en contacto con Alejandro hasta que, en un viaje a Venezuela, mi padre se reunió con él. De regreso a Roma me comentó la interesante conversación que había tenido.
La preocupación fue aumentando con los primeros dos años de gobierno de Chavez. Este hizo aprobar la Constitución Bolivariana y sucesivamente fue reemplazando, ilegalmente, a todos los miembros de los distintos Poderes Constituidos.
En 2001, Pedro Paúl padre, el Padre Pedro Freites Romero, nuestro buen amigo Pedro Raúl Villasmil Soulette y este servidor, escribimos un articulo titulado “No sean ingenuos, nunca les crean!” donde exponíamos el conflicto que se preparaba, de orden continental y mundial, desde Venezuela. Recuerdo que muchos amigos nos comentaron lo exagerado de nuestro análisis. Para ese momento solo Alejandro hablaba de estos temas. Se concreto una nueva reunión en Caracas, en el Hotel Altamira, donde compartimos, por largas horas, nuestros puntos de vista sobre el peligro que se asomaba en nuestro país y en todo el mundo: las relaciones de Chavez con las guerrillas y estas con el fundamentalismo islámico. Pretendian utilizar a Venezuela como base operativa para la desestabilización del continente y, en unión al fanatismo religioso del Medio Oriente, la desestabilización del orden mundial actual.
Era ya el ano 2001. Pocos meses después, caían las Torres Gemelas de Nueva York. Ese mismo día, el 11 de Septiembre, estando aun en Roma, recibimos una llamada de uno de estos amigos que, en aquel entonces, habían considerado nuestros análisis, y el de Alejandro, como “ciencia-ficción política”. Sus palabras, recuerdo, fueron muy concisas: “Pedro, ustedes y Alejandro tenían razón”.
Ese mismo año decidí colaborar estrechamente con Alejandro. Nos unían valores, principios, visión de la vida y, además, nuestros análisis coincidían.
Entré a formar parte, con mucho orgullo, de Fuerza Solidaria.
Pero, para no salirme del contexto en el que nos encontramos, siento el deber de transmitirles quienes somos los miembros de Fuerza Solidaria: nuestra mayor ambición es la de considerarnos y sentirnos como una corriente de pensamiento con la inequívoca vocación de ser una academia para la formación de estadistas. Una vocación que va más allá de nuestras fronteras, una vocación Iberoamericanista.
Nuestra verdadera ambición es llevar a todo el continente y a todos sus habitantes a la materialización de sus posibilidades, y potencialidades, en todas sus dimensiones: en lo económico, en lo social, en lo político pero también en lo moral, en lo intelectual y en lo espiritual. Somos ambiciosos, si, es cierto.
Nuestra ambición es la de ser instrumento al servicio de los demás; nuestra vocación, como la de todo hombre político, es y debe ser la del servicio social. Nos consideramos a nosotros mismos servidores y no reyes. Deseamos formar estadistas y no lideres populistas. Esto es lo que somos y lo que deseamos ser.
Fuerza Solidaria se funda y organiza en el 2001 bajo estos preceptos pero se ve forzada a involucrarse directamente en la política nacional. La meta no era otra que la que ya, desde 1995, Alejandro venía pregonando: advertirle al país que el Foro de Sao Paulo, y las FARC dentro de el, pretende tomar por asalto a nuestra nación y despojarnos de nuestras libertades y riquezas.
Nuestras advertencias se basaban en pruebas de orden político: es decir, fundamentadas en la metodología y los conceptos del análisis científico. Nuestra arma argumentativa era la lógica. Y nuestra fuerza; la inagotable voluntad de hablar siempre con la Verdad.
Así, decidimos pasar a acciones concretas y propusimos el “que hacer” y “como hacerlo”; no hablábamos de elecciones ni de espacios de poder, hablábamos, más bien, de desobediencia civil, de cubanizacion, de Guerrillas, del Foro de Sao Paulo, de la traición de Chavez y de la imperiosa necesidad de evitar que se instaurara en nuestra republica una tiranía, una ocupación extranjera, que respondiera a intereses transnacionales.
Era lógico, que para ese momento, se nos tildara de radicales y exagerados. A pesar de ello, de la opinión mayoritaria en contra de nuestras propuestas, mantuvimos la coherencia en un solo curso de acción. No se trataba de terquedad. Conocíamos y denunciamos a lo largo de estos 7 años esa misma relación apatrida que mantenía Chavez con las FARC; Alejandro fue el primer venezolano, en el año 2000, que denunció ante la Fiscalia a Chavez por Traición a la Patria, entregamos, desarrollamos y multiplicamos miles de documentos que sustentaban nuestras denuncias.
Hoy sabemos, por unas computadoras, que existen las pruebas policiales que han generado una crisis continental y que son en sí mismas causa belli. Son pruebas, estas, alicientes más que suficientes para que los venezolanos despierten con energía ante la gravedad de las circunstancias.
Permítanme, en este espacio, hacer mías las palabras de Winston Churchill, considerado en su época como un radical incluso por sus propios compañeros de partido. Palabras que pronunciara pocos meses antes de entrar Gran Bretaña en guerra contra Hitler: “el que se humilla para evitar la guerra; tiene la humillación y también la guerra”.
En estos 7 años de intenso trabajo se nos reconoce en el mundo entero como la organización más acreditada, y en especial modo a Alejandro Peña Esclusa, como los expertos en el tema del Foro de Sao Paulo. Hemos realizado giras internacionales denunciando estas vinculaciones terroristas en Europa, Estados Unidos de América y en todo el Continente Latinoamericano.
Fuerza Solidaria se ha multiplicado a lo largo y ancho de todo el país. Se han abierto sedes, tan solo en el 2007, en Estados Unidos: Miami y Washington, en México, en Italia y en España.
Hemos construido alianzas importantes como la que nos une con CiU (Convergencia y Unión) de España; hoy en día el tercer partido más votado en las ultimas elecciones presidenciales, quedando solo por detrás del PSOE y del PP.
Hemos sostenido estrechos lazos de amistad y colaboración con importantes políticos italianos pertenecientes a Alleanza Nazionale. Hoy por hoy, el segundo partido más fuerte de la bota itálica.
Se nos reconoce en el Salvador como los venezolanos del anti-foro de Sao Paulo y el mismo Presidente Saca ha denunciado públicamente la injusticia que se ha cometido al dictarle prohibición de salida del país a Alejandro en su ultima oportunidad.
Por lo general, cualquier analista político debería sentir una profunda satisfacción cuando sus teorías se ven materializadas en hechos concretos. Es, quizás, la única satisfacción concreta que pueda sentir. Pero nuestro amor por el país, por su gente, nuestra gente, no nos permite regocijarnos pues, más bien, nos angustia saber que la nefasta realidad corresponde exactamente a la cruda teoría.
Quisiéramos tener el tiempo para hablarles de la teoria: quisieramos tener el tiempo de explicarles que la Democracia no es un sistema de gobierno sino un sistema de valores; una filosofía de vida.
Quisiéramos hablarles de elecciones para transmitirles que no son mas que otro mecanismo para vivir en Democracia pero que no son la democracia en sí misma.
Quisiéramos hablarles de la pobreza, de la realidad en los barrios, de economia y de sociologia, de filosofia y de ciencia, de tecnologia y ecología... De teologia!
Pero no es esta la ocasión pues hoy hablaremos… De Arte. Qué radicales! Verdad?
Muchos, ante esta difícil situación, pregonan la unidad. Pero la “unidad” no es un valor en sí mismo. La “unidad” que no se materializa sobre bases inquebrantables como la Verdad, la Justicia y la Solidaridad no tiene razón de ser.
Creemos y llamamos a todos los venezolanos de buena voluntad a unirse entorno a la defensa seria, corajuda, honesta, apasionada y desinteresada de principios fundamentales como la Libertad, la Vida, la defensa de la Familia, la Lealtad y el amor a la Patria.
Es en esta unidad que nosotros de Fuerza Solidaria creemos: en una unidad que refleje desprendimiento absoluto y total, y no en una unidad para favorecer intereses personales o partidistas.
Creemos en una unidad que implique la entrega total, en cuerpo y alma, para la salvación del país y no en una unidad que se materialice entorno a la lucha por espacios de poder...
Quizás, en el pasado no muy lejano, es por estas mismas posturas, que se nos haya visto como un grupo de personas radicales.
Nuestra radicalidad consiste, en todo caso, en el profundo amor por Venezuela, en la entrega apasionada y en la disposición intelectual y espiritual de donar la vida por ella. No hacemos nada extraordinario, no somos héroes ni intelectuales de renombre: somos padres de familia, amas de casa, humildes trabajadores, jóvenes profesionales y valientes estudiantes que siguen el ejemplo de otros: uno de ellos, el que más amamos y del cual tuvimos la gracia de recibir fuente inagotable de inspiración es el Excelentísimo Rosalio Cardenal Castillo Lara.
El hombre más importante en la historia contemporánea de Venezuela y conocido como el gran inspirador de la desobediencia civil en nuestra patria; valiente venezolano que se atrevió a hablar cuando todos callaban.
Hoy, esta noche, me atrevo a hacerles un llamado de Unidad: de Unidad en la Verdad; valor en sí mismo, absoluto en sí mismo. Única arma capaz de vencer las tinieblas en las que nos encontramos dispersos y asustados.
Los invito a trabajar por la salvación del país, los invito a encontrarnos en una verdadera e inquebrantable comunión de valores.
Los invito a levantar la guardia, a no temer, a irradiar animo y esperanza.
Los invito a caminar juntos en una Venezuela libre, prospera, armoniosa, respetuosa de la ley, del Hombre, enamorada de la vida y conciente de su destino histórico para la consecución de lo que Su Santidad Juan Pablo II llamó: “El Continente de la Esperanza”.
Deseo, si me lo permiten, concluir estas palabras con un pensamiento de Platón; Hombre universal, integro, reflejo cabal de la humanidad que hoy soñamos:
“Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro”. Platón.
Muchísimas gracias por vuestra amistad y en especial por vuestra valiosísima compañía
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