Terminamos el año, casi como lo comenzamos, sin avances notables en el "acento", con notables fracasos y fuera de foco en lo que es relevante para el sistema educativo. Mientras tanto, la exclusión amenaza con avanzar, las propuestas que promueven cambios de fondo se combaten, se dejan de lado, se modifican sin explicación, como en el caso de las Escuelas Bolivarianas, o, en el mejor de los casos, solo se les asignan migajas de esfuerzo y presupuesto. Lo que si cambió fue el huso horario aunque haya sido a última hora y con otro meridiano de referencia. ¡Ah! y la Asamblea Nacional también termina el año re-editando su amenaza de retomar la discusión de la ley de educación el próximo año.
2007 ha sido un año de mucha intensidad para Venezuela. En el sector educativo, el año nos recibió con dos importantes noticias: el nombramiento de Adán Chavez como nuevo Ministro de Educación y el lanzamiento del Motor Moral y Luces como uno de los impulsores del avance del país hacia el Socialismo del Siglo XXI. Con estas dos noticias parecía abrirse una nueva etapa en la política educativa, cuyo signo había sido adelantado en agosto de 2006 por el propio Isturiz, cuando lanzó la máxima programática: "estamos ideologizando, ¿Y que?"
El hermano del presidente, el llamado a concretar las tareas difíciles del gobierno, su hombre de confianza, resultó ser a la vez, Ministro de Educación y cabeza de la Comisión Presidencial para instrumentar el tercer motor, el Moral y Luces. Llegó ofreciendo, en el marco del que entonces se denominaba "Proyecto Nacional Simón Bolívar 2007-2021, dar continuidad a las políticas iniciadas por Isturiz, aunque aclarando que esta nueva etapa tendría un acento curricular. El contenido y orientación de dicho "acento" comenzó a tejerse en distintas declaraciones e intervenciones tanto del Ministro como del Presidente, quiénes en una suerte de juego del acertijo, comenzaron a revelar las bases y propósitos de los cambios.
Por una parte, bautizaron al Motor Moral y Luces con el eslogan "educación con valores socialistas" y anunciaron que su propósito era la promoción de la educación popular más allá de las escuelas, con el objeto de subsanar uno de los problemas más graves del proceso revolucionario, la ausencia del compromiso ideológico de sus partidarios con el ideario y la "ética" socialista. Este motor arrancaría con la producción de materiales y la organización de grupos de facilitadores que serían los encargados de promover el debate sobre estas ideas, en las plazas y empresas.
Por la otra, se comenzó a hablar de reforma curricular, anunciaron que ésta se basaría en el pensamiento de Simón Bolívar, el de Simón Rodríguez y el de Ezequiel Zamora y que con ella se pretendía formar al "nuevo republicano", al que respondería al "socialismo del siglo XXI", sustituyendo, según palabras del propio Ministro, "la pedagogía de formación capitalista por un sistema de educación socialista". Desde el mismo mes de enero, esta iniciativa arranca con la realización de un seminario con los Jefes de las Zonas Educativas para dar a conocer y debatir esas directrices, y con la solicitud, por parte de la ciudadanía, de que se aplicara el artículo 62 de la Constitución Nacional –que garantiza el derecho de todos los venezolanos a participar en la elaboración, gestión y evaluación de las políticas públicas y obliga al Estado a facilitar esa participación- y se abrieran espacios de participación real para debatir ese y otros de los temas que conformaban la política educativa del gobierno en el momento. Esto se hizo, el día 20, en la Plaza Brión de Chacaito, en una manifestación organizada por la Asamblea de Educación.
Por su parte, la Asamblea Nacional no tenía claro si el Proyecto de Ley Orgánica de Educación, cuya discusión se había iniciado 6 años atrás, iba a ser desarrollado por ellos o por el Presidente en el marco de la Ley Habilitante, por lo que un día anunciaban que retomarían el trabajo para aprobarla en segunda discusión y al siguiente, decían que no.
El año transcurrió entre jornadas, discursos y anuncios gubernamentales y entre reacciones, denuncias y exigencias por parte de los ciudadanos. De ellos, cabe resaltar:
La promulgación en marzo y abril, de sendos decretos, el 5.246 y el 5.287, en cuyo articulado, artículos 16 y 27 respectivamente, se echa por tierra, de un plumazo, sin consulta, incluso, sin notificación, una de las razones de ser del Proyecto de Escuelas Bolivarianas, la ampliación de la jornada escolar a jornada completa. Es importante recalcar que esta no es una característica más de este modelo de escuelas, algo que se puede tener o no, sin que afecte los propósitos que justifican la creación de las mismas, sino que se trata de una de sus características fundamentales.
Gracias a la jornada completa se pueden incorporar dos aspectos, que conjugados, persiguen mejorar la equidad en el funcionamiento del sistema escolar. Estos aspectos son: la atención integral, que incluye alimentación, atención en salud y actividades complementarias de apoyo al proceso de aprendizaje, tres elementos que inciden en la generación de igualdad de oportunidades entre los estudiantes; y la formación integral, que se da a partir de la ampliación de los contenidos y actividades, académicas y extra-académicas, y de la incorporación de esquemas de trabajo y de organización de los contenidos más flexibles, que son posibles en un régimen de jornada completa, tanto porque el docente está a tiempo completo en la escuela, como porque la escuela cuenta con más tiempo para organizar el trabajo. Sin la jornada completa las escuelas no podrán desarrollar el modelo previsto en el Proyecto de Escuelas Bolivarianas y por tanto, no podrán ser denominadas como tales, a pesar de lo que se establezca en esos dos decretos.
Por cierto, este año, una vez más y para no perder una costumbre iniciada por Isturiz, se anunció que el próximo año, en este caso, el 2008, todas las escuelas serán Bolivarianas. Lamentablemente, como en años anteriores, esta oferta no fue acompañada de un plan de acción y con presupuesto asignado y comprometido que permita, realmente, concretar o alcanzar dicha meta.
El hallazgo de algunos investigadores, quiénes basándose en las propias estadísticas del Ministerio de Educación, revelaron al país que este año se presentó una fuerte disminución de la matrícula escolar y que en los primeros grados de Educación Básica se registraban menos estudiantes inscritos que nueve años atrás. Esto significa que la ilusión de inclusión que el gobierno nos ha vendido desde su primer año de gestión, ha quedado trágicamente desmontada con sus propias cifras.
Las denuncias de los diversos intentos del gobierno por llevar a cabo su propósito de "adoctrinar" a la población, revelan que los componentes más importantes de dichos esfuerzos, son el culto a la persona del Presidente, una nueva lectura de la historia de Venezuela y un juego manipulador y maniqueísta de las ideas asociadas a los modelos capitalista y socialista. Así, el país pudo presenciar, a lo largo de todo el año, una basta muestra de materiales, entre documentos y presentaciones gráficas, que constituían los "panfletos" para el proselitismo político de la revolución. Muestra en la que el poder legislativo, que no pudo estar ausente, tuvo su actuación estelar en las declaraciones de la Presidenta de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional cuando propuso que se incluyera en los programas, el estudio del "pensamiento" del Presidente de la República. Una pincelada que apunta a convertir el promovido culto a la persona, en nuestra propia "religión política".
La realización de jornadas de "socialización" de la estructura curricular que caracterizaría al "Sistema Educativo Bolivariano" y de "formación docente" en los "fundamentos de la Educación Bolivariana y de la formación del ciudadano del siglo XXI". Esta última, una jornada diseñada para desarrollarse en 300 horas, fue el abreboca o la primera edición de lo que se esperaba que todos los docentes cursaran, de forma obligatoria, para que estuvieran preparados para desarrollar el nuevo diseño curricular. Jornadas de "socialización" o de "formación" fueron el escenario del que se ha valido el gobierno desde el principio de año y hasta la fecha, para presentar a una parte de los docentes las ideas que sustentan al cambio curricular y que desde octubre en adelante, han sido el escenario de "validación" del "nuevo diseño", de acuerdo a los anuncios hechos por el propio Ministerio.
Y este último punto nos lleva a uno de los momentos más memorables de este año que termina: el anuncio del inicio de la implementación del nuevo diseño curricular en las escuelas. Este momento se compone de varias fases. La primera la protagoniza el Ministro quien, 12 días antes del inicio del año escolar, anuncia al país que el 16 de septiembre, en la víspera del inicio de clases, presentará, a su hermano, el Presidente, el nuevo diseño curricular, quedando establecido así que: a) el nuevo diseño curricular comenzaría a instrumentarse desde el inicio del año escolar 2007-2008; b) ni los maestros, ni las escuelas, tendrían la oportunidad de conocer previamente este diseño y mucho menos de ajustar su planificación a los nuevos enfoques y contenidos; c) el Ministro, como efectivamente debe ser, trabaja para su hermano, y por tanto, es a él a quién debe presentar los nuevos programas y no al país a través de una detallada exposición pública y d) la elaboración y aprobación del nuevo diseño no contaría con la participación y discusión de otros actores de la sociedad que no sean los elegidos por el Ministerio y el gobierno, es decir, algunos de los funcionarios y algunos de los docentes, quiénes realmente no participaron en este proceso, sino como público o en el mejor de los casos, como "validadores".
En el marco de esta primera fase y en carta abierta al Ministro de Educación, exhortamos a ese despacho a reconsiderar este anuncio y a posponer la aplicación de nuevo diseño curricular en las escuelas, hasta que, mediante aplicación del artículo 62 de la Constitución, se abriera un proceso de difusión y discusión del mismo, como propuesta, para recoger sugerencias y observaciones de los profesionales de la educación, de las comunidades educativas y de todos los sectores del país que quieran participar, y que, una vez enriquecidos por este debate, sean aprobados y presentados en versión definitiva con el tiempo suficiente para que las escuelas y en especial de los profesionales de la educación, puedan prepararse para su instrumentación en el siguiente año escolar.
La segunda fase de este momento estelar, la protagonizan el Ministro de Educación y el Presidente de la República en la cadena matutina que, el 17 de septiembre, con motivo del inicio de clases, se trasmite al país. En ella, el Presidente, material en mano, explica los pilares en los que se sostiene el nuevo diseño curricular y reitera el anuncio hecho en enero, en el que se establecían algunos de los fundamentos del "Sistema de Educación Bolivariana" y presenta su nueva estructura adelantada de contrabando en uno de los decretos aprobados en el segundo trimestre del año. Los pilares, añadido de última hora a este nuevo diseño, tal como reza en los documentos que, previamente a estos anuncios, se habían colado por los caminos verdes; así como el estudio del material que, en el silencio de la madrugada del 17, hizo el Presidente, fueron condición necesaria para que, final y oficialmente, saliera a la luz pública alguna información sobre el esperado nuevo diseño con el que se concretaba el "acento" curricular de la nueva etapa de la política educativa iniciada en enero.
Al inicio del año escolar, los anuncios conjugaban las mencionadas características del diseño, con otras medidas como la creación de un examen nacional diagnóstico que permitiría medir el nivel de conocimientos de los estudiantes al inicio del año escolar; la evaluación de los textos educativos presentes en el mercado, con el propósito de elaborar una lista de libros que, por ajustarse a los requerimientos del nuevo currículo, serían de uso recomendado por el Ministerio de Educación; el cambio de huso horario con el que se beneficiaría el desarrollo de los niños; y la elaboración, por parte del Ministerio de un texto único, ajustado al nuevo diseño y de uso obligatorio, que comenzaría a utilizarse en las escuelas a partir de enero de 2008.
La tercera fase del momento más memorable del año que termina, resulta un tanto difusa y quizá un poco difícil de reconstruir y caracterizar, debido a que probablemente aún no termina. Esta fase incluye una modificación progresiva del momento y el ámbito de aplicación del nuevo diseño que pasó de ser de implementación nacional a partir del 17 de septiembre, a implementación progresiva que se comenzando en las Escuelas Bolivarianas durante el año 2007-2008 para ampliarse luego al resto del sistema educativo, y la versión recién salida del horno, anunciada en estos días por el propio Ministro, que dice que la elaboración del nuevo diseño curricular terminará en enero, seguidamente se someterá a validación para ser ratificado en abril, con lo que se dará inicio a la formación de los docentes y finalmente, será implementado en escuelas públicas y privadas a partir del año escolar 2008-2009.
Esta interesante y novedosa versión del momento y el ámbito de aplicación del nuevo diseño, permite explicar algunos misterios, el primero de ellos el del propio diseño curricular que, de acuerdo al ofrecimiento de la cadena del 17, estaría el lunes siguiente en las escuelas, pero que hasta la fecha no ha hecho su aparición, a pesar de que, la sección inicial, donde se presentan los elementos de estructura y fundamentación del sistema, se puede bajar desde finales de septiembre de la página del Ministerio. Claro está, una parte del misterio que no se explica es cuáles eran los documentos del nuevo currículo que el Presidente exhibía y hojeaba orgulloso, el día de la cadena de inicio de año escolar.
Por otra parte, la novedosa versión, si permite explicar la ausencia de la lista de textos recomendados por el Ministerio, ya que difícilmente pudo haber sido elaborada con base en un diseño que ahora sabemos que no está listo y que será realmente terminado el próximo mes de enero. Y por esa misma razón, nos llama la atención el contenido y justificación de las diversas jornadas, en algunos casos de capacitación y en otros de validación, que de acuerdo a la información suministrada por el Ministerio se han desarrollado, prácticamente a lo largo de todo el año.
Así pues, llegamos a Diciembre y pasada la tensión de referendo, al hacer un balance de lo sucedido en el sector, encontramos que el "acento" curricular que el nuevo Ministro quiso imprimir a la política educativa en esta nueva etapa, hizo que la discusión se centrara en torno al sesgo ideológico que se quería y quiere dar al nuevo currículo. Que éste, a pesar de todos los anuncios, aún no está listo ni podrá implementarse en las escuelas hasta el próximo año escolar. Sin embargo, aunque por ello, el Ministerio se encuentre a tiempo para presentarlo al país y abrir un proceso de consulta realmente participativo, este no parece comprender el significado de palabras como participación y consulta. Al respecto, queremos recordarle al Ministro y a buena parte de los funcionarios de ese despacho, que validación y consulta son términos con significados muy diferentes y que participar implica formar parte del proceso de diseño y discusión, tener voz en él e incidir en el resultado final. No se trata de ir a escuchar "charlas" que, al parecer, es lo que Ministro cree que hay que hacer.
En cuanto al Motor Moral y Luces, si tomamos como referencia los resultados del referendo para la reforma constitucional y le sumamos el análisis que hacen algunos de los partidarios del gobierno a raíz de los mismos, se desprende su aparente fracaso. No nos queda claro si se trata de un problema de diseño o de implementación, lo que si sabemos es que la población parece que aún no se "convierte" al socialismo, por lo que, al respecto, hay propuestas como la que adelanta Fundasucre que plantea la creación de la "Escuela de Formación Socialista Bárbaro Rivas", con la que se persigue promover que el pueblo conozca más el socialismo. Obviamente se trata de una versión diferente del tercer motor. La persistencia de este tipo de iniciativas y propuestas, evidencia que todavía hay muchos que no aprenden la lección que dicta el pueblo y se empeñan en estrellarse en el avión del adoctrinamiento, con el foco y la brújula lejos de lo que es importante para éste.
Terminamos el año, casi como lo comenzamos, sin avances notables en el "acento", con notables fracasos y fuera de foco en lo que es relevante para el sistema educativo. Mientras tanto, la exclusión amenaza con avanzar, las propuestas que promueven cambios de fondo se combaten, se dejan de lado, se modifican sin explicación, como en el caso de las Escuelas Bolivarianas, o, en el mejor de los casos, solo se les asignan migajas de esfuerzo y presupuesto. Lo que si cambió fue el huso horario aunque haya sido a última hora y con otro meridiano de referencia. ¡Ah! y la Asamblea Nacional también termina el año re-editando su amenaza de retomar la discusión de la ley de educación el próximo año.
Olga Ramos
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