viernes, 30 de noviembre de 2007

*CHILE MOVILIZA TROPAS EN LA FRONTERA CON BOLIVIA




CHILE MOVILIZA TROPAS EN LA FRONTERA CON BOLIVIA

Noticias de último momento dan cuenta que tropas de despliegue rápido de la estructura militar Chilena, se han instalado sobre frontera con Bolivia.

La noticia no constituye una novedad para los observadores del problema, que siempre vaticinaron que frente a la crisis de nuestros vecinos bolivianos, los chilenos, brasileños y paraguayos intervendrían de alguna manera según evolucione el problema de segregación potencial de la zona oriental.

Según las fuentes consultadas, durante las últimas horas habrían llegado tropas venezolanas transportadas en aviones Hércules, tropas que se sumarían a las ya existentes en el territorio vecino lo que constiuyó el elemento decisorio de la prevención militar de Chile.

La Argentina, cómo consecuencia directa del proceso de desmantelamiento militar que comenzó durante el gobierno de Menem y se profundizó y aceleró con el actual, no estaría en capacidad de hacer valer la presencia nacional en el problema que se avecina. Más aún, los argentinos nos comportaríamos cómo meros espectadores de un conflicto del que no deberíamos estar ausentes por múltiples razones. Entre ellas, cómo se dirigirá la avalancha de bolivianos que cruzarían la frontera hacia nuestro territorio, huyendo de un enfrentamiento, hecho que siempre sucede en estos casos. Algunos cálculos estiman en medio millón de personas a los probables refugiados, problema que debe enlazarse con la acción que desarrollan en la zona, dentro de la Argentina, grupos extremistas que no pueden ser controlados por la inexistencia de una estructura apta de inteligencia, circunstancia derivada de la intencionalidad oficial y el ideologismo que caracteriza al sector dominante en la reducida esfera de poder que rodea a Kirchner y toma las decisiones de fondo.

Para algunos analistas, este conflicto potencial que en territorio boliviano se agudiza por momentos, especialmente por la falta de ductilidad de Evo Morales y el apoyo que recibe de su par venezolano, Chávez, extendería las consecuencias hacia otras fronteras. Brasil no se expondrá a perder el aporte energético que le llega desde el oriente boliviano y resulta vital para su economía industrial y por ende, también ejerce un permanente apresto militar para intervenir de acuerdo con la dirigencia política que resiste los planes indigenistas de Evo Morales. Esté o no esté Lula en la Presidencia en su carácter de miembro del Foro de San Pablo, el objetivo brasileño es un solo y siempre está signado por la coherencia. Lo mismo podría decirse del Paraguay, donde el general Oviedo presentará su candidatura presidencial que tiene asegurada la victoria política, en tanto nadie duda cual será su orientación interna y la que adoptará frente a los problemas externos que crecen minuto a minuto.

Los intereses en juego son innumerables. El gas que necesita Chile y Brasil, el petróleo que es apetecido por todos y cómo si esto fuera poco, el desarrollo de los acontecimientos deja planteado un nuevo escenario geopolítico donde Venezuela juega un papel preponderante y ofrece la contradicción de que su principal comprador de petróleo son los Estados Unidos, país donde el dictador Chávez pose una red de estaciones de servicio que forman parte de sus intereses personales. De todos modos, Chávez comienza a estar jaqueado políticamente, su reforma Constitucional definida como el Socialismo del Siglo XXI podrá naufragar en las próximas elecciones y ya surgieron fisuras muy serias en su frente militar.

Mientras todo esto sucede, nadie en el gobierno argentino sabe dar una definición expresa frente a lo que sucede, excepto la reducción sistemática del poder militar y la reducción, ya implementada y acentuada, del impedimento que significa la falta de información y análisis estratégico, factores que forman parte de cualquier sistema de inteligencia que se precie.

Más aún, dentro de pocos días se acentuará el proceso de persecución ilegal a militares, aunque ésta vez se ampliará incluyendo a civiles. En tanto la Argentina se entretiene - o la entretienen - en mirar hacia atrás, el resto de los vecinos y otros más lejanos, se preparan para un posible reparto de riquezas que va más allá de lo energético. Se extiende a la soja, a otros cultivos, a la producción de carne y a la posible modificación de los mercados que tanto necesitamos, un problema del que nuestras autoridades demuestran que también son totalmente ignorantes.


Carlos Manuel Acuña

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