domingo, 18 de agosto de 2013

RICHARD CASANOVA, SIGNOS DE LA DECADENCIA

Todas las revoluciones pierden el glamour que brindan las causas justas que inicialmente le inspiran y terminan sumergidas en un nauseabundo charco de corrupción, arbitrariedades y represión, lo cual generalmente deviene en atrocidades terriblemente dolorosas para los pueblos. La mal llamada “Revolución Bolivariana” no podía ser la excepción.

Tarde o temprano, todos los regímenes autoritarios terminan en la misma fosa. Los historiadores coinciden en advertir que luego del fraude en el referendo donde –igual que Maduro- el General Marcos Pérez Jiménez estafó electoralmente a los venezolanos, recrudeció la represión y el hostigamiento a la disidencia. Intentando mostrar fortaleza, realmente se estaba ante un signo elocuente de la decadencia política y moral de la dictadura. Exactamente eso es lo que vemos en la actuación vulgar, indecorosa y desesperada del oficialismo en la Asamblea Nacional.  No hay que ser un analista político para suponer que debe estar muy mal un gobierno que actúe de esa manera y en efecto, todas las encuestas sugieren que Henrique Capriles ganaría por paliza cualquier elección hoy en Venezuela y que el descrédito de la cúpula podrida que “gobierna” ha llegado a las nubes, junto a la inflación, la escasez y la inseguridad.  El país le ha dado la espalda al hamponato que truculentamente se mantiene en el poder.  Esa es una realidad palpable e irreversible.

La boliburguesía corrupta insiste en el camino de la confrontación, la descalificación y las persecuciones, sin darse cuenta que muestran así su debilidad y que no podrán intimidar a los venezolanos, ni detener la ola de cambio.  Hasta en Egipto, donde los niveles de violencia fueron extremos, la gente perdió el miedo a la represión y arriesgando sus vidas, salió a las calles, lanzando a un saco roto las amenazas del Presidente Mubarak.  Lamentablemente, esa inmensa fuerza ciudadana no pudo ser canalizada pacífica y electoralmente, como vamos a hacerlo en Venezuela. Conscientes de las trampas y del ventajismo, las elecciones municipales serán la oportunidad para castigar a los inmorales que han desangrado al país y pretenden engañarnos con una hipócrita lucha contra la corrupción, llegando al cinismo de pedirle poderes especiales para ello a Diosdado Cabello, nada menos. Tienen 14 años con todos los poderes y solo les sirvió para asaltar impunemente las arcas de la Nación. 

Nicolás Maduro está desconectado de la realidad, manipulado por los cubanos y por un entorno putrefacto que solo piensa en sus beneficios económicos.  Esta es otra similitud con otras autocracias: la incomprensión de la realidad.  Destacados analistas señalaban que "El presidente Mubarak no está entendiendo el alcance de la situación". La historia se repite desde Nerón o Napoleón hasta nuestros días. El poder no solo envilece sino que enceguece, algo que también se evidencia en la decadencia.

Twitter: @richcasanova

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.