Creo
que es necesario reconocer la eficiencia de la propaganda castrista en cuanto
al arte de re-definir conceptos y en fabricar nociones. La dialéctica castrista
ha colocado ¨apellidos” a denominaciones ordinarias, reconocidas y
universalmente aceptadas; tal es el caso de nación, pueblo y soberanía.
Para
la semántica de los hermanos Castro, estos términos tienen un significado
ideológico que superponen al uso general que de ellos se hace. El Castrismo
entiende por nación, uno de los componentes implícitos en el todo que envuelve
las acepciones Patria, Revolución y Socialismo.
De
la misma forma, se limita la denominación de pueblo, exclusivamente a los
¨revolucionarios”. Por último, soberanía es el derecho ¨divino” dado a la
familia Castro para hacer lo que le viene en ganas con dicho ¨pueblo
revolucionario”[i].
Establecido
esto, quede muy claro que como exiliado demócrata no acepto las denominaciones
semánticas antes expuestas; ni estoy dispuesto a dejarme atrapar en las
sombrías y torcidas mallas ideológicas castrista. Todos los cubanos somos parte
inseparable del pueblo y de la nación cubana; por ende, a todos nos compete
involucrarnos en procurar hallar las soluciones más apropiadas y efectivas para
resolver nuestra problemática nacional, sin violar un ápice la soberanía
nacional.
ENCUENTRO
EN PUERTO RICO
Lamentablemente,
resulta usual escuchar que a los cubanos residentes en la Isla es a quienes
corresponde la solución de la situación cubana; dejando a los exiliados la
única opción de ¨apoyarlos”. ¡Falso! Ese pensamiento se encuentra en absoluta
frecuencia con los intereses y la conveniencia de la Castro-dinastía; quienes
conocen muy bien el poder político, los recursos económicos y la capacidad
técnico-intelectual que posee el exilio cubano. Esta es la verdadera razón por
la cual los Castros quieren ver las manos de los exiliados fuera del nudo
político cubano.
Pero,
¿es moral, patriótico y estratégico, seguir el juego a las conveniencias de la
tiranía? ¿Hemos de continuar dejando ¨que las cosas pasen? O, por el contrario,
hemos de asumir el rol activo que nuestra patria demanda de cada uno de
nosotros
Considero
que, a partir de los acuerdos adoptados por el Primer Encuentro Nacional
Cubano, a los cubanos del exilio les es posible asumir el rol que nos
corresponde para procurar ¨que las cosas pasen”. Para ello, los miembros de la
Comisión Coordinadora de Enlace, han de redefinir los trabajos y las acciones a
realizar por el exilio cubano en el contexto de las nuevas circunstancias
creadas a partir del 17 de diciembre de 2014[ii].
Dicho
análisis no necesariamente implica el abandono de los proyectos actualmente en
ejecución, por el contrario; cada una de las agrupaciones opositoras del
exilio, pueden continuar apoyando la labor que ejecutan sus organizaciones
homologas en la Isla. No obstante, resulta saludable que cada cual evalúe los
resultados prácticos que dichos proyectos obtienen en el entorno social al cual
va dirigido.
No
obstante, es imprescindible que el exilio tome en cuenta la existencia en la
Isla de una sociedad civil activa e independiente de la gestión gubernamental.
Al respecto, debe aludirse a la existencia de unas 500 iglesias de distintas
denominaciones cristianas que realizan sus actividades socio-religiosas sin el
reconocimiento oficial de la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba (OARCCPCC.
Estas iglesias realizan sus cultos en viviendas privadas, dentro de un
entorno constituido por familias humildes, por no decir marginales.
Además,
en Cuba existen dos Grandes Logias Masónicas; la Gran Logia de Cuba de AL y AM
(reconocida por la OARCCPCC) y la Gran Logia Regular Multi-Ritualista del Archipiélago de Cuba (no
reconocida por la OARCCPCC). También radican dos logias masónicas femeninas;
una en La Habana y otra en Pinar del Rio.
Así
mismo, en las últimas dos décadas, en Cuba se han organizado diferentes
organizaciones sociales cuya actividad abarcan desde el cuidado y protección de
mascotas abandonadas, hasta la atención a guarderías infantiles, cuidado del
medioambiente, alimentación a ancianos, galerías de arte, etc. Todas estas ONGs
no son reconocidas por el Registro General de Asociaciones cubano; y
usualmente, sufren el acoso y hostigamiento de las autoridades represivas
castristas.
Es
necesario enfatizar que todas estas organizaciones han logrado obtener una
relación significativa y solidaria con su entorno comunitario. Creo que es
altamente realista el reconocerlas y
tenerlas en cuenta como parte de la sociedad civil cubana.
Por
último, para obtener los mejores resultados en el trabajo encomendado a la
Comisión Coordinadora de Enlace, me atrevo a recomendar el nombramiento de un
Consejo Asesor (o Comisiones) encargadas de apoyarlos en el estudio de las
problemáticas esenciales que hoy confronta el pueblo cubano exiliado y el que
radica en Cuba.
Este
Consejo podría estar formado por especialistas en materia:
Social,
política y económica.
Educación,
arte y cultura.
Búsqueda
y colaboración con entidades religiosas, fraternales, educativo-culturales,
etc., así como con personas destacadas en su entorno comunitario.
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Los
resultados de los estudios efectuados por cada uno de estos grupos, serán
condensados y acompañado de las observaciones y recomendaciones pertinentes
formuladas al respecto por los miembros de la Junta Asesora antes de ser
remitido a la Comisión Coordinadora de
Enlace para su estudio y dictamen definitivo; el cual será presentado a la
consideración de los participantes en el II Encuentro Nacional Cubano.
Estamos
en un momento crucial de la lucha por hacer de Cuba una patria ¨CON TODOS Y
PARA EL BIEN DE TODOS.
Es
nuestra responsabilidad cerrar el paso a las componendas de la proyectada
¨oposición leal”.
Gustavo
Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18
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