Ante
la situación de crisis económica, política, social y de valores que vive el
país en estos momentos hay situaciones claras y otras complejas. En la medida
en que hagamos un esfuerzo para comprender esa realidad con criterios
hermenéuticos dialecticos en esa misma medida tendremos mayor posibilidad de
ser asertivos en nuestras tomas de
decisiones políticas; es de entenderse que un partido político fundamentalmente
toma es decisiones políticas, las mismas van a estar orientadas por las metas y
objetivos (tesis políticas y programas) del partido y condicionadas por su
capacidad organizativa, comunicacional y de movilización que dicha organización
tenga en su debido momento.
Ahora
bien, una decisión política en circunstancias como la que presenciamos
actualmente requiere de mucha reflexión crítica. Toda decisión del partido debe
concretarse en acciones (de la naturaleza que se requiera) políticas tomando en
consideración el objetivo de la toma del poder para desarrollar el programa que
se sostenga como propuesta para la sociedad en el cual desarrollamos nuestra
práctica política. Entendemos que lo anteriormente expuesto debe estar bien
claro para nuestra dirigencia. Entonces entremos en materia.
Lo
de la gravedad y profundización de la crisis económica, política y social del
país está tan clara que desde el año pasado comentaristas, astrólogos,
brujos, opinadores de oficio,
estudiantes de economía, economistas, politólogos, políticos, politiqueros y
todo aquel ciudadano con un mínimo de
sentido común anticipó todo lo que hoy está ocurriendo en el país. Solo para
efectos de ilustración colocamos para su lectura un artículo corto pero muy
práctico de Héctor Briceño (2015): La Triple Crisis Venezolana en
http://politikaucab.net/2015/01/15/la-triple-crisis-venezolana/.
Ante
tal situación, todo partido que realmente
se plantee tomar el poder debe preguntarse ¿QUE HACER?, que hacer en lo
político, en lo organizativo, en movilización y en comunicación con la
sociedad, sobre todo que hacer en circunstancias de crisis aguda como la que
vivimos actualmente en Venezuela.
Veamos,
nuestra sociedad hasta muy breve tiempo estaba completamente polarizada entre
Chavistas y opositores. Como consecuencia del fracaso del modelo económico rentista
petrolero del socialismo del siglo XXI dejado al descubierto por la baja en los
precios del petróleo por un lado y la perdida de capital político por parte del
oficialismo como consecuencia de la desaparición de Hugo Chávez por otro, se
produjo una situación dentro de los seguidores chavistas que pasaron a un nivel
que podemos llamar chavistas inactivos, los cuales se caracterizan por
reconocer que su militancia activa en el oficialismo se debía al liderazgo de
Hugo Chávez pero no al de Maduro, en consecuencia la defensa del gobierno ,
sobre todo en crisis que también los afecta, nunca será en la misma proporción
que si estuviese Chávez vivo. Es por ello que en varias encuestas el apoyo a Maduro cae a un promedio de un 20% y la
responsabilidad de la crisis se le otorga en un 70%, factor que jamás paso con
el líder del chavismo.
Debemos
recordar que en las elecciones
presidenciales del año 2012 la diferencia entre Chávez y Capriles fue de 11% a
favor del primero, pero apenas seis (06) meses después la diferencia entre
Maduro y Capriles fue de apenas un 1%. Hoy,
si las elecciones se realizaran en estos instantes la ventaja para el
candidato que representara al sector democrático seria de por lo menos 12% y
con tendencia a aumentar, según la última encuesta de la empresa Keller
realizada el cuarto trimestre del 2014,
es obvio que con los tres problemas más grave y sensible para todo el pueblo:
escasez, costo de la vida y delincuencia en pleno proceso de agudización la
pérdida de apoyo político al gobierno de Maduro-Diosdado se acentúa.
Debemos
reconocer que el sector democrático se ha movido frente a la población entre lo
electoral y el enfoque economicista del problema, lo que tiene que ver con la
formación de la ciudadanía democrática se ha dejado a un lado, y por otro lado
entender que la situación ye está por explotar ha llevado a cultivar el
espontaneismo de las masas buscando de esta manera forzar una salida, tal como
sucedió con la estrategia política denominada La Salida, la cual sin
organización, concientización y dialogo con el pueblo más humilde y con los
sectores vulnerables al final terminó en acciones foquistas de sectores de
clases medias que le dieron la oportunidad al régimen para justificar una
política altamente represiva y de criminalización de la protesta la cual se
expresó en más de cuarenta venezolanos muertos , miles de detenidos y aún más
de cien (100) presos políticos. (Es de
hacer notar que en Cuba quedan menos de sesenta presos políticos).
Un
pueblo como el venezolano (que en su mayoría siguió a un mesías que lo sacaría
de la pobreza y le aseguraría un futuro digno) para dar un paso en función de
cambiar el modelo político el cual apoyó por década y media necesita tener
esperanza y certeza en el planteamiento de cambio que se le haga. La propuesta
no puede ser solo economicista, dado que no es verdad que solo con la salida de
Maduro y Diosdado la crisis será superada. Una propuesta de cambio tiene que ir
a la par con un proceso de desideologización
a través de la concientización de la
ciudadanía democrática, debe contener
las condiciones para acercar e incluir en el nuevo proyecto a todos aquellos
que por razones de esperanzas habían apoyado al mesías. Para conseguir ese
objetivo se necesita de mayor organización, comunicación y mucho trabajo social
en nuestro pueblo humilde, no habrá posibilidad de un verdadero cambio del
modelo económico, Político y social sino logramos incluir definitivamente al
pueblo chavista que hoy no es Madurista. Un pueblo difícilmente sigue la
incertidumbre, el pueblo busca una esperanza
pero si no logramos construir esa esperanza las cosas se complicarán.
Esa esperanza (proyecto) debe presentarse con la verdad por delante, la
experiencia debe decirles a los líderes democráticos que el populismo, la demagogia,
el oportunismo, la corrupción, el asistencialismo, la exclusión social, la
desigualdad y la politiquería no tienen cabida en ese nuevo proyecto. No se
trata de “Un quítate tú pa’ ponerme yo”.
¿QUE
HACER ENTONCES?
Tenemos
por un lado un gobierno muy debilitado (en todos los aspectos) pero muy
peligroso. Cuando se hace una caracterización política del régimen se concluye
que el mismo es fundamentalmente un régimen socialfascista. El régimen tiene un
poder hegemónico en todos los espacios de la vida del país. Desde el poder
militar, el judicial, comunicacional y la organización de delincuentes usados
como grupos para militares, todo ello es dominado y dirigido por el régimen y
su camarilla. Este régimen aún con la crisis tiene todavía alguna capacidad de maniobra. La baja del precio del petróleo coloca en una
situación económicamente precaria al gobierno pero si continúa con su política
apátrida de la entrega de nuestros recursos
hipotecando al país al capitalismo totalitario (China, Rusia entre
otros) pudiese conseguir recursos para sobrevivir por un tiempo. Esta sobrevivencia vendría de dos maneras: la
primera invertir los dólares conseguidos en préstamos en fortalecer las
misiones sociales instrumentando la Ley Orgánica de Misiones publicada en noviembre
de 2014, el objetivo sería retener al pueblo chavista a su lado, aparecer como
el salvador del pueblo pobre ante la “guerra económica” de la derecha, debemos
tomar en consideración que a esta altura de la situación el primer objetivo del
régimen es ganar las elecciones parlamentarias, ellos saben que si la oposición
logra las 2/3 partes de la asamblea nacional prácticamente todo el andamiaje
institucional se viene abajo y con ello la muerte del modelo socialfascista.
La
otra manera de sobrevivir por un tiempo que tiene el régimen en sus manos es
complementar su populismo que establece la Ley de Misiones con una declaratoria
de Estado de Emergencia. Este escenario está así establecido en la llamada Ley
del Plan de la Patria, de manera que el
régimen en medio de la “feroz guerra económica de la derecha” puede según esta
ley declarar el estado de excepción , legalizar (pues de hecho ya están
suspendidas desde hace rato) la suspensión de las garantías constitucionales e
instrumentar un plan de emergencia a
través de la ley de misiones la cual le otorga a las mismas la competencia de
prestadoras de servicios, es decir pueden desarrollar cualquier actividad
económica que el estado le encomiende. En este punto es necesario revisar el
artículo de Carlos Romero Mendoza: ¿Vamos a un Estado de Excepción? En
http://politikaucab.net/2015/01/15/vamos-a-un-estado-de-excepcion/.
El
Estado de excepción, el cual crea un sistema integrado de gestión de estados de
excepción es la vía más expedita que tiene el régimen para pretender sostenerse
en el poder y con las garantías suspendidas incluso realizar elecciones con la suposición que las ganaría fácilmente
dadas las circunstancias.
El
régimen ya ha respondido ante la propuesta del cambio de modelo y ha dicho que
no se trata de cambiarlo sino de profundizarlo, de manera que el camino que le
queda es el ya señalado acompañado de mayor represión y mayor miseria para
nuestro pueblo.
Ante
esta situación, se aprecia un cambio de estrategia en el sector democrático.
Demostrado como quedó que la estrategia de “La Salida” encabezada (además de
pretender imponerla a los otros sectores sin haberla consultado con los mismos)
por el sector de la derecha venezolana sirvió de la mejor manera para darle un
segundo aire al régimen y justificar una terrible represión este sector precisó
la estrategia de prepararse para las elecciones parlamentarias las cuales deben
realizarse este año 2015 de manera de que a través del control de la Asamblea
Nacional impulsar cambios que logren la reinstitucionalización del país. No
estuvo lejos la división de la Mesa de la Unidad Democrática, el sector de la
derecha ha pretendido imponer sus criterios al resto de la MUD y ahora con su
líder Leopoldo López bien posesionado en las encuestas, luego de su detención y
encarcelamiento, se sienten con el poder suficiente de imponer sus
consideraciones.
A
pesar de esa situación al final de cuentas la Unidad del sector democrático
prevaleció.
Llegamos
así al último trimestre del año 2014 momentos en el cual comienza la caída de
los precios del petróleo primero de manera leve y luego de forma más acelerada.
El precio del crudo venezolano llego a tener un precio de 99.11 dólares el barril
en el mes de junio de 2014 y esta semana que culminó (primera semana de enero
2015) cerró en 47.05 dólares. Como se puede apreciar la caída es contundente,
sobre todo para un país cuyo modelo económico y social se basa en la renta
petrolera, un país donde el régimen se ha dedicado a quebrar y arrasar al
sector privado, donde más del 70% de los productos que se consumen son
importados así como casi todos los bienes, un país donde la corrupción
encarnada en las mafias militares y políticas que conforman la llamada
boliburguesia se robaron solo por la vía del otorgamiento de divisas más de 25
mil millones de dólares, un país que en apenas 12 años percibió solo por
ingresos petroleros e impuestos más de
800 mil millones de dólares, ese país, gobernado por delincuentes que se dicen
socialistas del siglo XXI, está hoy en banca rota y mendigando por el mundo
capitalista totalitario préstamos para que el régimen pueda sobre vivir. La
quiebra del país se refleja en la escasez y desabastecimiento generalizado que
obligan a los venezolanos hacer colas por días enteros y caerse a golpes para
comprar los pocos artículos o productos que se pueda conseguir, amén de la
terrible inflación de más de 150% en alimentos y con un sueldo mínimo que
apenas alcanza parta satisfacer la cuarta parte de la canasta alimentaria. Ese
es el país que como legado dejó Hugo Chávez y que la mafia militar-civil sigue
saqueando en nombre de los pobres.
Ante
esta terrible situación, el líder opositor Henrique Capriles, propone (sin
consultar con los demás integrantes de la MUD) la estrategia de “MOVILIZACIÓN
DEL PUEBLO PARA EL CAMBIO” y da su lectura de la realidad de la cual se
desprende que “llegó la hora” que “este si es el momento” y que a partir del 23
de enero del 2015 se debe iniciar todo un plan de movilización popular en todo
el país hasta conseguir el cambio de modelo económico. Claro está, proponer el
cambio del modelo es proponer el cambio del régimen. De manera que vista así de
manera superficial la propuesta pareciera que estamos en presencia de dejar en un segundo plano la conquista de
la Asamblea Nacional y asumir como prioridad la construcción de un escenario
donde el gobierno tenga que : A) abandonar el poder; o B)
formar un gobierno de transición para enfrentar la crisis. Todo esto por
supuesto se debe conseguir con las masas en la calle protestando contra el
modelo económico del régimen.
La
propuesta es atrevida pero muy peligrosa. Se debe tomar en cuenta entre otras
las siguientes consideraciones:
A) El sector democrático puede (según todas las
encuestas serias publicadas últimamente) ganar las elecciones parlamentarias y
obtener las 2/3 partes necesarias para iniciar cambios institucionales.
B) La
experiencia de “La Salida” nos indica que para el régimen el mejor escenario es cuando la violencia se
apodera de las calles como instrumento de protesta, un llamado a la
movilización puede que culmine en una ola de violencia no solo por grupos de la
derecha opositora sino de la movilización de los grupos paramilitares lo cual le
daría la justificación al régimen de declarar el Estado de Excepción.
C) La MUD debería profundizar más en la
organización del pueblo, en su formación política y en su manera de comunicarse
eficientemente con la población a la par
de prepararse para las elecciones parlamentarias
D) La propuesta de
Capriles va a llevar a parte del pueblo a la calle sin haberse ganado aún al
pueblo que siendo chavista no apoya al régimen de Maduro-Diosdado, y esa parte
del pueblo son millones que debemos incluir.
ANTE
ESTA SITUACIÓN, ¿QUE HACEN LOS PARTIDOS LLAMADOS PROGRESISTAS?
Es
indudable que Capriles con esta propuesta se acerca de manera inmediata a la
tendencia de la derecha venezolana y abandona el acercamiento que venía
haciendo con grupos progresistas. Sus cuentas deben indicarle que un pueblo
desesperado por la crisis económica la alianza con el partido de Leopoldo
López, el grupo de María Corina Machado y de Antonio Ledesma, además con
Leopoldo López encarcelado y sin posibilidades de ser liberado (por ahora) le
dan la gran oportunidad de convertirse en el líder opositor del momento y
transitar la ruta de la “movilización” la cual en términos prácticos es la
misma de “La Salida”. Su interpretación de los hechos le debe dar la lectura de
que estas dos tendencias aliadas (la derecha y la de Capriles) le proporciona
una amplia mayoría de aceptación en el pueblo democrático y que los demás
partidos de la MUD sin lideres propios, sin capacidad organizativa y de movilización y sin recursos no les quedará
más remedio que sumarse a los lineamientos definidos por ellos.
Por
otro lado tenemos que en Venezuela se viene desarrollando un interesante
proceso de construcción de una corriente política basada en el llamado
PROGRESISMO, la cual tiene como programa político la Constitución Nacional y
basada histórica y filosóficamente en fundamentos humanistas de la modernidad
en cuanto al desarrollo humano se refiere. Esta corriente trata de
diferenciarse de la derecha que se fundamenta en el mercado neoliberal como
instrumento determinante en las relaciones sociales y de poder por un lado y
del estado totalitario que se basa en la intervención determinante del Estado
en las relaciones ya mencionada por el otro, proponiendo entonces la economía
social y ecológica de mercado que pueda generar las posibilidades,
oportunidades y condiciones para que el hombre pueda lograr desarrollar a
plenitud el concepto de Desarrollo Humano.
Esta
corriente se nutre de sectores que antes se definían como de la izquierda
tradicional hoy de centro izquierda, de sectores venidos del chavismo y de
sectores social demócratas entre otros. Plantean el cambio del modelo
totalitario de este régimen a través de una transición NO violenta, donde se
incluyan a todos los sectores de la producción, de lo social y de los distintos
sectores políticos.
Este
sector Progresista, en el cual se encuentran Avanzada Progresista (AP) y
Movimiento Progresista Venezolano (MPV) han acordado una alianza para definir
objetivos comunes. Igualmente AP ha logrado también un acuerdo con el parido Un
Nuevo Tiempo con el mismo propósito. Falta por concretar este tipo de acuerdo
con otros grupos o partidos como La Causa Radical y Gente Emergente. De
lograrse en el menor tiempo posible este bloque Progresista el mismo tendrá la
posibilidad de que sus planteamientos lleguen al espacio de la población que si
bien quieren un cambio no están convencido de que el mismo venga dado por los
mismos que son responsable de la caída de la democracia liberal representativa
ni tampoco por la derecha oportunista.
Pensamos
que estamos en el inicio de la peor
crisis que Venezuela haya conocido en los últimos 50 años, de manera que ahora
es cuando comienza también el desarrollo de distintas propuestas para el
abordaje de la misma. 2015 será un año muy duro para los venezolanos, solo con
la participación democrática, no violenta pero con planteamientos y objetivos
bien claros y definidos podremos seguir adelante.
¿Tenía
razón Vladimir Lenin cuando escribió su tratado político denominado QUE HACER?,
por allá entre 1901 y 1902, allí planteaba que la estrategia del partido tenía
tres fundamentos:
A)
el estudio teórico de la situación
B)
la estrategia debe ser un largo y paciente trabajo de organización
C)
la acción derivada de la estrategia debía contar con la suficiente comunicación
a las masas para su educación política.
En estos momentos que vive Venezuela no
podemos permitir por nuestra propia incapacidad que los oportunistas,
economicistas y terroristas apuesten a la espontaneidad de las masas, debemos hacer
y difundir nuestras propuestas sin miedo y con mucha pasión y razón.
Freddy Alberto Perez.
perezfreddy58@hotmail.com
@freddyperez
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