jueves, 29 de enero de 2015

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ, UNION Y DEMOCRACIA

El año 1958 fue un año singular no solamente por el restablecimiento de la democracia en Venezuela sino para su reafirmación. Su sostenimiento se apoyó en dos principios esenciales: la conformación de un gobierno de Unidad Nacional y el establecimiento de una Tregua Política, indispensables para conjurar los riesgos y las amenazas del momento, las fallas de las experiencias políticas anteriores para así consolidar un nuevo régimen que contaba con el respaldo de las mayorías inaugurándose de esa forma en la historia contemporánea del país una era excepcional de libertades políticas.

Tal y como señalamos en nuestro texto "El Gobierno Provisorio de 1958", inmediatamente después del  derrocamiento de la dictadura militar el 23 de enero de ese año, se conformó en la República un Gobierno Provisorio al cual la historia debe reconocerle su alto sentido democrático, el cabal cumplimiento de su misión política y la forma ejemplar como se condujo.

La situación en la que se encontraba Venezuela al término de la dictadura y las amenazas que surgieron entonces para revertir el proceso político iniciado el 23 de Enero, demandó la formación  de un gobierno serio, responsable, legalista, integrador, con evidente autoridad moral, ciudadana y política. Urgía recuperar y hacer efectivos los derechos y las libertades conculcadas,  la renovación democrática de las autoridades, el restablecimiento de la independencia de los poderes y la vigencia de las instituciones.

Igualmente asegurar de manera efectiva el retorno a la vida ciudadana y democrática, el reconocimiento de los partidos, la participación de los sectores nacionales, la formación de un compromiso político que no obstante las aspiraciones propias de cada agrupación, privilegiase el interés nacional para consolidar el sistema democrático y apuntalar su viabilidad y permanencia.

En tal sentido se concretó el denominado Pacto de Punto Fijo, suscrito el 31 de octubre de ese año por los tres principales partidos de entonces y que contenía entre sus propuestas las siguientes: 

1) Defender la constitucionalidad y el derecho a gobernar en conformidad con el resultado electoral; 

2) Formar un gobierno de Unidad Nacional;

3) Establecer y desarrollar un programa mínimo común.  

Como consecuencia de este acuerdo el país vivió un importante período de estabilidad y desarrollo político bajo los dictados de la Constitución de 1961.

Si alguna lección se hacía indispensable aprender en la Venezuela de ese tiempo como resultado de los errores del pasado: el sectarismo político,  la pugnacidad inmisericorde,  las ambiciones personales y grupales que causaron, entre otras razones, la pérdida de la democracia en el año 1948, se encuentra que la lucha por el poder no podía realizarse desconociendo la necesidad de preservar la institucionalidad democrática y que la misma evidenciase prácticas, conductas y resultados consecuentes con las aspiraciones nacionales, la formación cívica del país y la vigencia del orden democrático tantas veces alterado en nuestra historia.

Advirtiendo tales propósitos, entre los importantes logros del Gobierno Provisional de 1958, resaltan como indicábamos en nuestro escrito, la elaboración y promulgación de la Ley Electoral; la instrucción de conductas administrativas acordes con los valores democráticos; la promoción del diálogo y la unidad nacional; la adopción de medidas contra el peculado; el otorgamiento de garantías de equilibrio político, imparcialidad, civilidad, compromiso con el Estado de Derecho;  la defensa de la moralidad pública y el reconocimiento de las libertades ciudadanas.

Entre las prioridades de ese Gobierno, tal y como lo expresó el doctor Numa Quevedo, meritorio Ministro de Relaciones Interiores, se encontraba: "el aseguramiento de los bienes adquiridos por el exPresidente depuesto, y para detener preventivamente a aquellos funcionarios que la opinión pública señala como presuntos culpables de delitos cometidos contra la integridad y la dignidad humanas"; la adopción de medidas que permitieron restablecer: "la confianza nacional en la probidad administrativa del Gobierno"; el desconocimiento de: "la herencia recibida, que se apoya en un trípode que suma adulación, represión y corrupción"; la exigencia a los gobernadores y demás autoridades de una: "escrupulosa imparcialidad entre las distintas corrientes de opinión", basada en un: "comportamiento equilibrado" para: "darle al debate el cauce clarísimo que impone la democracia".

La orientación y la acción política del Gobierno Provisorio de 1958 estuvo a la altura de las exigencias nacionales, conforme al espíritu que inspiró el 23 de Enero, al saber escribir para bien de Venezuela una página honrosa de virtud republicana y democrática, necesaria ayer,  aleccionadora siempre.

José Félix Díaz Bermúdez
Jfd599@gmail.com
@jfd599

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