Voy a votar el 6-D, no para cambiar la
mayoría parlamentaria en la Asamblea Nacional, sino para darle una vuelta a la
tortilla. Por supuesto que mi voto, sumado al de millones, hará que Diosdado no
siga siendo presidente del Parlamento, pero mi voto tiene que dar para más,
Nicolás no debe continuar en el ejercicio de la presidencia de la República,
debe renunciar, alejarse y dejar fluir. El triunfo del cambio debe ser
inspirador y propulsor de la salida de este régimen corrupto que
intencionalmente para someternos, nos lleva a la pobreza y hambruna, siguiendo
el camino de los Castro. Voto pa’voltear la tortilla.
Venezuela sufre hoy como pueblo lo que no
podíamos imaginar, nos deterioramos a un ritmo no imputable a la incapacidad de
los gobernantes, sino a la intención deliberada de empobrecernos y humillarnos
para someternos al comunismo. Estamos a la cola del mundo y de las libertades,
las tres cifras que reproduzco a continuación son reveladoras de algo que no es
fruto del azar o mala suerte, ni de la conocida incompetencia de Nicolás. Según
Freedom House, “De 195 países calificados, Venezuela ocupa el lugar 192 en
libertades políticas”. En libertades económicas, según Heritage, “De 178 países
calificados Venezuela está en el lugar 176”. En materia de corrupción, de abuso
del poder para el enriquecimiento de un cogollo y el empobrecimiento del
pueblo, según Transparencia Internacional, “De 175 países estudiados, Venezuela
ocupa el lugar161”. Estamos en la cola en libertades políticas, en libertades
económicas y en transparencia, por solo citar tres indicadores objetivos
internacionalmente reconocidos.
Las dramáticas cifras antes transcritas no
dejan lugar a dudas, el cambio debe ser ahora, “ya no hay tiempo que perder, el
país no puede sufrir más. Nadie, ni los más tibios y complacientes con el
chavismo, pueden sugerir esperar”, así lo exige con vehemencia Luis Betancourt
Oteyza en su más reciente “Desahogo”, nombre que él da a sus angustiadas reflexiones
que invitan a pensar y a actuar. El 6-D debe ser algo más que una elección de
nuevos diputados, y no resulta suficiente con el cambio de la mayoría
parlamentaria.
He
escuchado a los candidatos a diputados de la alternativa democrática ofrecernos
trabajar, desde el Parlamento, por mejorar la situación económica del país,
legislar contra la inseguridad y controlar los abusos del Poder Ejecutivo, en
procura de una mayor producción y mejor calidad de vida. Bella y tentadora
oferta para una elección parlamentaria “normal”, esta es anormal y así tiene
que ser considerada por los candidatos de la alternativa democrática y por los
millones de venezolanos que estamos decidiendo, o hemos decidido, votar el 6-D
por algo más que un cambio en la Asamblea Nacional. Esperar 2019 para una
elección presidencial -al concluir el período usurpado por Nicolás- es un
despropósito. ¿Cuántos muertos de aquí a allá, cuánta hambre, cuántos hermanos
habrán salido a recorrer el mundo en búsqueda de sobrevivencia, cuando aquí lo
tenemos todo con un mínimo de coherencia, brújula y buen gobierno? Seguir
esperando es un absurdo, el impulso del 6-D debe llevarse a Nicolás, debe
colocarlo en posición de renunciar, exijámoslo con firmeza y fuerza, debemos
abrir paso a una nueva hora en este período de decadencia.
“En el camino hacia la liberación se
encuentra un hito que puede ser convertido en la palanca de la rebelión
necesaria”, se refiere Betancourt Oteyza a las elecciones del 6 de diciembre.
Un hito es algo más que tener mayoría simple o calificada en la Asamblea
Nacional, porque no es suficiente el cambio en el Poder Legislativo, y no
podemos esperar más. Un hito es plantear el 6-D como referendo al gobierno de
Nicolás, al régimen comunista que ahoga libertades y sofoca la democracia. Es
absolutamente indispensable orientar hacia allá la campaña. Demos un paso firme
hacia el cambio del régimen.
Invito a los candidatos del cambio, a los
diputados de la libertad, a entender y a difundir que su elección no es un
golpe contra la inflación, el desabastecimiento o los crímenes que pululan, no,
es más, muchísimo más que eso, es el rescate de la soberanía nacional, es siembra de democracia y fin del
régimen dictatorial que pretende imponérsenos a todo evento. Voto pa’voltear la
tortilla.
Paciano José Padrón Valladares
pacianopadron@gmail.com
@padronpaciano
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