sábado, 17 de octubre de 2015

OPPENHEIMER: EL GIRO DE HILLARY CLINTON, DESDE ESTADOS UNIDOS

1.- La precandidata demócrata está en contra del acuerdo comercial Transpacífico
2.- Cuando era secretaria de Estado, Clinton apoyó el acuerdo de libre comercio
3.- Todo indica que, como presidenta, Clinton apoyaría el acuerdo que ahora critica

La aspirante presidencial Hillary Clinton dijo en el primer debate presidencial demócrata que está en contra del acuerdo Transpacífico que se acaba de firmar para crear el mayor bloque comercial del mundo, al cual apoyó cuando era Secretaria de Estado. ¡No le crean demasiado!

Al igual que sucedió con el presidente Obama y el ex presidente Bill Clinton, oponerse a los acuerdos de libre comercio se ha convertido en un ritual político de los candidatos demócratas antes de las elecciones, para ganar el apoyo de los sindicatos de trabajadores. Y es un ritual que abandonan apenas llegan a la presidencia, cuando aceptan y promueven entusiastamente estos acuerdos comerciales.

El libre comercio es un tema que en las últimas decadas se ha convertido en una bandera del partido republicano, y que las bases del partido demócrata tienden a ver como una política que pone en peligro empleos en Estados Unidos.

OPONERSE A LOS ACUERDOS DE LIBRE COMERCIO SE HA CONVERTIDO EN UN RITUAL POLÍTICO DE LOS CANDIDATOS DEMÓCRATAS ANTES DE LAS ELECCIONES, PARA GANAR EL APOYO DE LOS SINDICATOS DE TRABAJADORES

Cuando Obama era candidato presidencial en 2008, me dijo en una entrevista que “no me siento cómodo” con el entonces pendiente acuerdo de libre comercio con Colombia. Antes, había criticado el tratado de libre comercio de 1993 con México y Canadá, diciendo que el NAFTA era “un mal acuerdo” porque supuestamente no tenía suficientes protecciones para los trabajadores de Estados Unidos y el medio ambiente.

Sin embargo, una vez electo presidente, Obama aprobó los acuerdos de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur en 2011, y luego propuso y negoció el tratado Transpacífico de 12 países, conocido por sus siglas en ingles TPP, y considerado el acuerdo comercial más ambicioso hasta ahora. Una vez ratificado por los respectivos congresos, el TPP –que incluye a Estados Unidos, Japón, Singapur, Australia, Vietnam, Canadá, México, Perú y Chile, entre otros– formará el mayor bloque comercial del mundo. Representará el 40 por ciento de la economía mundial y un mercado de 800 millones de personas.

Bill Clinton apoyó solo condicionalmente el acuerdo de libre comercio con México y Canadá durante los debates presidenciales de 1992. Clinton dijo que apoyaría el acuerdo propuesto por el entonces presidente George H.W. Bush únicamente si daba suficientes garantías tanto para el medio ambiente como para los trabajadores estadounidenses y mexicanos.

Sin embargo, una vez electo, Clinton usó un enorme capital político para lograr que el Congreso aprobara el acuerdo con México y Canadá, en contra de la opinión mayoritaria de su partido.

Es probable que Hillary Clinton, de ser electa, formaría parte de esa misma tradición esquizofrénica de sus predecesores demócratas en materia de libre comercio. Al escucharla criticar el acuerdo comercial Transpacífico en el primer debate demócrata, era difícil no ver los paralelismos con Obama y Bill Clinton cuando eran candidatos.

El TPP “no cumplió con mis estándares”, dijo Hillary Clinton en el debate. “Quería asegurarme de que podría mirar a los ojos a cualquier estadounidense de clase media y decirle, ‘esto va a ayudar a aumentar tu salario’. Y llegué a la conclusión de que no podía”.

Cuando era Secretaria de Estado, Clinton apoyó la propuesta del tratado comercial Transpacífico.

Y el vicepresidente Joe Biden, si fuera a presentarse como candidato demócrata, probablemente transitaría el mismo camino. Como senador, votó en contra del acuerdo de libre comercio con Centroamérica en 2005, y en contra de los acuerdos de libre comercio con Chile y Singapur en 2003. Como vicepresidente, ha apoyado el acuerdo Transpacífico.

Mi opinión: Si Hillary Clinton ganara la presidencia, seguiría los pasos de sus predecesores demócratas y apoyaría los acuerdos de libre comercio una vez electa, porque estos acuerdos suelen aumentar las exportaciones de los países participantes. Y una marea creciente levanta todos los barcos.

Además, no firmar acuerdos comerciales como el Transpacífico permitiría a China imponer su propio sistema de comercio en el mundo mediante acuerdos comerciales como los que ha firmado, que carecen de cláusulas laborales, ambientales o anticorrupción.

De manera que aquellos de nosotros que apoyamos el libre comercio no debemos perder mucho el sueño por los comentarios antiTPP de Hillary. Ella terminaría apoyando el libre comercio, tal como lo ha hecho Obama, y tal como lo hizo su esposo cuando era presidente.

Andres Oppenheimer
aoppenheimer@elnuevoherald.com
@oppenheimera

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