1.- La precandidata demócrata está en contra
del acuerdo comercial Transpacífico
2.- Cuando era secretaria de Estado, Clinton
apoyó el acuerdo de libre comercio
3.- Todo indica que, como presidenta, Clinton
apoyaría el acuerdo que ahora critica
La aspirante presidencial Hillary Clinton
dijo en el primer debate presidencial demócrata que está en contra del acuerdo
Transpacífico que se acaba de firmar para crear el mayor bloque comercial del
mundo, al cual apoyó cuando era Secretaria de Estado. ¡No le crean demasiado!
Al igual que sucedió con el presidente Obama
y el ex presidente Bill Clinton, oponerse a los acuerdos de libre comercio se
ha convertido en un ritual político de los candidatos demócratas antes de las
elecciones, para ganar el apoyo de los sindicatos de trabajadores. Y es un
ritual que abandonan apenas llegan a la presidencia, cuando aceptan y promueven
entusiastamente estos acuerdos comerciales.
El libre comercio es un tema que en las
últimas decadas se ha convertido en una bandera del partido republicano, y que
las bases del partido demócrata tienden a ver como una política que pone en
peligro empleos en Estados Unidos.
OPONERSE A LOS ACUERDOS DE LIBRE COMERCIO SE
HA CONVERTIDO EN UN RITUAL POLÍTICO DE LOS CANDIDATOS DEMÓCRATAS ANTES DE LAS
ELECCIONES, PARA GANAR EL APOYO DE LOS SINDICATOS DE TRABAJADORES
Cuando Obama era candidato presidencial en
2008, me dijo en una entrevista que “no me siento cómodo” con el entonces
pendiente acuerdo de libre comercio con Colombia. Antes, había criticado el
tratado de libre comercio de 1993 con México y Canadá, diciendo que el NAFTA
era “un mal acuerdo” porque supuestamente no tenía suficientes protecciones para
los trabajadores de Estados Unidos y el medio ambiente.
Sin embargo, una vez electo presidente, Obama
aprobó los acuerdos de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur en
2011, y luego propuso y negoció el tratado Transpacífico de 12 países, conocido
por sus siglas en ingles TPP, y considerado el acuerdo comercial más ambicioso
hasta ahora. Una vez ratificado por los respectivos congresos, el TPP –que
incluye a Estados Unidos, Japón, Singapur, Australia, Vietnam, Canadá, México,
Perú y Chile, entre otros– formará el mayor bloque comercial del mundo. Representará
el 40 por ciento de la economía mundial y un mercado de 800 millones de
personas.
Bill Clinton apoyó solo condicionalmente el
acuerdo de libre comercio con México y Canadá durante los debates
presidenciales de 1992. Clinton dijo que apoyaría el acuerdo propuesto por el
entonces presidente George H.W. Bush únicamente si daba suficientes garantías
tanto para el medio ambiente como para los trabajadores estadounidenses y
mexicanos.
Sin embargo, una vez electo, Clinton usó un
enorme capital político para lograr que el Congreso aprobara el acuerdo con
México y Canadá, en contra de la opinión mayoritaria de su partido.
Es probable que Hillary Clinton, de ser
electa, formaría parte de esa misma tradición esquizofrénica de sus
predecesores demócratas en materia de libre comercio. Al escucharla criticar el
acuerdo comercial Transpacífico en el primer debate demócrata, era difícil no
ver los paralelismos con Obama y Bill Clinton cuando eran candidatos.
El TPP “no cumplió con mis estándares”, dijo
Hillary Clinton en el debate. “Quería asegurarme de que podría mirar a los ojos
a cualquier estadounidense de clase media y decirle, ‘esto va a ayudar a
aumentar tu salario’. Y llegué a la conclusión de que no podía”.
Cuando era Secretaria de Estado, Clinton apoyó
la propuesta del tratado comercial Transpacífico.
Y el vicepresidente Joe Biden, si fuera a
presentarse como candidato demócrata, probablemente transitaría el mismo
camino. Como senador, votó en contra del acuerdo de libre comercio con
Centroamérica en 2005, y en contra de los acuerdos de libre comercio con Chile
y Singapur en 2003. Como vicepresidente, ha apoyado el acuerdo Transpacífico.
Mi opinión: Si Hillary Clinton ganara la
presidencia, seguiría los pasos de sus predecesores demócratas y apoyaría los
acuerdos de libre comercio una vez electa, porque estos acuerdos suelen
aumentar las exportaciones de los países participantes. Y una marea creciente
levanta todos los barcos.
Además, no firmar acuerdos comerciales como
el Transpacífico permitiría a China imponer su propio sistema de comercio en el
mundo mediante acuerdos comerciales como los que ha firmado, que carecen de
cláusulas laborales, ambientales o anticorrupción.
De manera que aquellos de nosotros que
apoyamos el libre comercio no debemos perder mucho el sueño por los comentarios
antiTPP de Hillary. Ella terminaría apoyando el libre comercio, tal como lo ha
hecho Obama, y tal como lo hizo su esposo cuando era presidente.
Andres Oppenheimer
aoppenheimer@elnuevoherald.com
@oppenheimera
1.- La precandidata demócrata está en contra
del acuerdo comercial Transpacífico
2.- Cuando era secretaria de Estado, Clinton
apoyó el acuerdo de libre comercio
3.- Todo indica que, como presidenta, Clinton
apoyaría el acuerdo que ahora critica
La aspirante presidencial Hillary Clinton
dijo en el primer debate presidencial demócrata que está en contra del acuerdo
Transpacífico que se acaba de firmar para crear el mayor bloque comercial del
mundo, al cual apoyó cuando era Secretaria de Estado. ¡No le crean demasiado!
Al igual que sucedió con el presidente Obama
y el ex presidente Bill Clinton, oponerse a los acuerdos de libre comercio se
ha convertido en un ritual político de los candidatos demócratas antes de las
elecciones, para ganar el apoyo de los sindicatos de trabajadores. Y es un
ritual que abandonan apenas llegan a la presidencia, cuando aceptan y promueven
entusiastamente estos acuerdos comerciales.
El libre comercio es un tema que en las
últimas decadas se ha convertido en una bandera del partido republicano, y que
las bases del partido demócrata tienden a ver como una política que pone en
peligro empleos en Estados Unidos.
OPONERSE A LOS ACUERDOS DE LIBRE COMERCIO SE
HA CONVERTIDO EN UN RITUAL POLÍTICO DE LOS CANDIDATOS DEMÓCRATAS ANTES DE LAS
ELECCIONES, PARA GANAR EL APOYO DE LOS SINDICATOS DE TRABAJADORES
Cuando Obama era candidato presidencial en
2008, me dijo en una entrevista que “no me siento cómodo” con el entonces
pendiente acuerdo de libre comercio con Colombia. Antes, había criticado el
tratado de libre comercio de 1993 con México y Canadá, diciendo que el NAFTA
era “un mal acuerdo” porque supuestamente no tenía suficientes protecciones para
los trabajadores de Estados Unidos y el medio ambiente.
Sin embargo, una vez electo presidente, Obama
aprobó los acuerdos de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur en
2011, y luego propuso y negoció el tratado Transpacífico de 12 países, conocido
por sus siglas en ingles TPP, y considerado el acuerdo comercial más ambicioso
hasta ahora. Una vez ratificado por los respectivos congresos, el TPP –que
incluye a Estados Unidos, Japón, Singapur, Australia, Vietnam, Canadá, México,
Perú y Chile, entre otros– formará el mayor bloque comercial del mundo. Representará
el 40 por ciento de la economía mundial y un mercado de 800 millones de
personas.
Bill Clinton apoyó solo condicionalmente el
acuerdo de libre comercio con México y Canadá durante los debates
presidenciales de 1992. Clinton dijo que apoyaría el acuerdo propuesto por el
entonces presidente George H.W. Bush únicamente si daba suficientes garantías
tanto para el medio ambiente como para los trabajadores estadounidenses y
mexicanos.
Sin embargo, una vez electo, Clinton usó un
enorme capital político para lograr que el Congreso aprobara el acuerdo con
México y Canadá, en contra de la opinión mayoritaria de su partido.
Es probable que Hillary Clinton, de ser
electa, formaría parte de esa misma tradición esquizofrénica de sus
predecesores demócratas en materia de libre comercio. Al escucharla criticar el
acuerdo comercial Transpacífico en el primer debate demócrata, era difícil no
ver los paralelismos con Obama y Bill Clinton cuando eran candidatos.
El TPP “no cumplió con mis estándares”, dijo
Hillary Clinton en el debate. “Quería asegurarme de que podría mirar a los ojos
a cualquier estadounidense de clase media y decirle, ‘esto va a ayudar a
aumentar tu salario’. Y llegué a la conclusión de que no podía”.
Cuando era Secretaria de Estado, Clinton apoyó
la propuesta del tratado comercial Transpacífico.
Y el vicepresidente Joe Biden, si fuera a
presentarse como candidato demócrata, probablemente transitaría el mismo
camino. Como senador, votó en contra del acuerdo de libre comercio con
Centroamérica en 2005, y en contra de los acuerdos de libre comercio con Chile
y Singapur en 2003. Como vicepresidente, ha apoyado el acuerdo Transpacífico.
Mi opinión: Si Hillary Clinton ganara la
presidencia, seguiría los pasos de sus predecesores demócratas y apoyaría los
acuerdos de libre comercio una vez electa, porque estos acuerdos suelen
aumentar las exportaciones de los países participantes. Y una marea creciente
levanta todos los barcos.
Además, no firmar acuerdos comerciales como
el Transpacífico permitiría a China imponer su propio sistema de comercio en el
mundo mediante acuerdos comerciales como los que ha firmado, que carecen de
cláusulas laborales, ambientales o anticorrupción.
De manera que aquellos de nosotros que
apoyamos el libre comercio no debemos perder mucho el sueño por los comentarios
antiTPP de Hillary. Ella terminaría apoyando el libre comercio, tal como lo ha
hecho Obama, y tal como lo hizo su esposo cuando era presidente.
Andres Oppenheimer
aoppenheimer@elnuevoherald.com
@oppenheimera
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