Mi linda comadre María Guevara, es una
preciosa mujer anzoatiguénse con unas tetas hermosas, que una mañana amaneció
con una pelotita en una teta, la cual le hizo salir corriendo al médico.
Después de unos breves tocamientos, placas de
rayos X, le manifestaron que
aparentemente tiene un pequeño tumor y debía ir referida a Caracas de inmediato
cuestión de practicarse una mamografía,
revisión y tratamiento.
Ustedes tienen que imaginarse el sentimiento
terrible de angustia que invadió a la cuarentona comadre, que ya pensaba que se
despediría de este mundo de solo pensar en el estado que se encuentran los
hospitales y sobre todo las enfermedades crónicas. La mujer estaba en un estado
de depresión intenso. Yo le dije que levantara el ánimo que vivimos en una época de avances de la
medicina, con tratamientos de nueva era que alejan del cementerio a cualquier
cristiano, si todo se hace a tiempo y con seriedad.
Lo cierto, es que de 20 mujeres que se hacen
sus exámenes pues unas 5 personas pueden tener cáncer. Es un número nada bueno.
Además, mucha gente se viene quejando por los medios, cuando denuncia la falta
de insumos, la carencia de medicamentos. Mucha gente se queja exigiendo la
reposición de medicamentos, pues es sabido que de los veinte medicamentos que
hacen falta, solo llegaron ocho y se están acabando, por ejemplo.
En Caracas, mi comadre pudo ver personalmente
el grado de incertidumbre y semiparalización en que se encuentra el área cuya
patología fue a tratarse y los médicos informan que debido a la situación
económica que se está viviendo, la tecnología se está alejando de las salas,
así como los avances en nuevas fórmulas y los tratamientos de última
generación. En consecuencia, se ha venido acumulando el número de pacientes que
requiere atención y tratamiento.
Yo, que soy un permanente admirador de las
tetas de mi comadre, le manifesté que debemos hacer mucha bulla para que el
Ministerio de Salud se ponga las pilas y en forma seria y denodada se aboque
con urgencia a atender los pacientes con cáncer. Eso hicimos varios amigos y
familiares de los pacientes en varios medios. Afortunadamente, varias
comisiones del gobierno hicieron acto de presencia buscando información de cómo
estaban los hospitales, pues aparentemente desconocían la situación penosa en
que se encuentran los pacientes. Lo primero que le dijeron a los pacientes es
“... que se quedaran tranquilos, que por
favor no hicieran tanta alboroto, que ellos accionarían en correspondencia para
que lleguen las dotaciones y los requerimientos que estaba haciendo el personal
médico”. Sin embargo ha pasado un tiempo prudencial y no se ve avance alguno.
Mientras tanto, mi hermosa comadre sigue en
lista de espera para iniciar su tratamiento tan pronto lleguen los insumos, en
el entendido que actualmente los pacientes cuya enfermedad está mas avanzada se
encuentran en situación de prioridad y sin embargo, muchos han suspendido
tratamiento con la gravedad que eso implica.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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