Venezuela requiere urgente de un proceso de cambio político para abordar
las graves circunstancias económicas que vive el país. Es necesario un
propósito de rectificación profunda en función del interés nacional, para que
el gobierno abandone sus políticas fracasadas y pueda surgir una nueva
estrategia de recuperación económica y social.
Ésta será una tarea difícil por cuanto el ejecutivo nacional insiste en
continuar la política de concentrar en manos del Estado la producción y
distribución de todos los bienes y servicios, y ejercer el control sobre
cualquier actividad relacionada con la economía. Es realmente injustificable lo
publicado en Gaceta Oficial el pasado 7 de octubre al concentrar en cuatro
empresas matriz del gobierno, convertidas en Compañías Anónimas, los más
importantes renglones de producción, distribución e importación que existen en
el país: automotor, electrónico y línea blanca, vidrio y envases, negocio
forestal.
Esa decisión ha sido otro golpe mortal a la empresa privada. Ese papel
del Estado socialista implica reforzar el populismo, el Estado paternalista,
entorpecedor, derrochador y corrupto. De allí la importancia de obtener la
mayoría en la Asamblea Nacional el próximo 6 de diciembre, para dar por
cancelada la era del Estado socialista-comunistoide. Y estimular un cambio
necesario para una reforma fundamental de la economía. Se hace imprescindible
definir una estrategia económica y social a corto, mediano y largo plazo, que
sirva de marco para un nuevo modelo que conciba el desarrollo económico como un
proceso armónico e integral que eleve los niveles de producción para el
bienestar colectivo.
Es pues, imperativo el cambio político para abrir un amplio diálogo con
todos los sectores, que defina con claridad
de objetivos las reglas del juego y las respete.
Tenemos conciencia de la magnitud del problema que confronta la Nación.
Podemos obtener la mayoría en la Asamblea Nacional, pero se mantendrá un
gobierno, quizás empeñado en insistir en el modelo fracasado y es en este
contexto que la responsabilidad, la capacidad y la conducción política del
liderazgo nos comprometen.
Es la voluntad de un pueblo que quiere
cambio, es el final de una jornada de angustia y tristeza. El 6 de
diciembre será un voto a favor de la esperanza.
Jesús Alberto
Barrios R.
jesusalbertob@hotmail.com
@jesus_albertob
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