martes, 13 de octubre de 2015

DANIEL CHALBAUD LANGE, 6D. DÍA DE LA RESURRECCIÓN DE LA LIBERTAD Y DEMOCRACIA

El 6D, será el “DÍA DE LA RESURRECCIÓN DE LA LIBERTAD Y DEMOCRACIA”, y además, como en cada uno de los 365 días del año, es otro DÍA DE LA LEALTAD CON NUESTRA PATRIA, que está viva, y que llama, a quienes aspiramos el regreso a la LIBERTAD: miembros de partidos políticos, activistas, independientes e indiferentes, a VOTAR, sin distingo de la razón que se tenga para ello. 

El acto de votación -introducir una papeleta en el buzón y esperar los resultados- no es un acto de magia, sino el final de un proceso en el que  participarán millones de venezolanos a fin de lograr el objetivo de un triunfo que, para los que aspiramos a la libertad y a la democracia, es de VITAL importancia. El resultado, en esta, como en todos los eventos electorales, depende de la fe y el optimismo que tengamos y que nos obliga al mayor esfuerzo por convencer y conquistar el voto de independientes, indiferentes y desengañados, especialmente en ese inmenso grupo, al que más adelante los ubico como “voto obligado”, ubicados en el espectro de las intenciones del voto.  
En todo evento de votación, la balanza de la decisión muchas veces está condicionada al peso de la verdadera voluntad del voto.
Existe el voto químicamente puro, aquél que se deposita, por razones muy arraigadas, con la convicción y apoyo total al candidato de su preferencia; lo llamo “voto a favor”, “ahí no hay tu tía”, ése es y punto. Hay otro voto que viene condicionado, no por el apoyo al candidato por quien se está votando, sino, por la también muy arraigada razón, de votar en contra, sea quien sea; a ése lo llamo, “voto en contra”, no importa el peso o piso político de quien se representa en la tarjeta, “aquí tampoco hay tu tía”, lo importante es que no gane fulano de tal, y punto.                                                                                            Hay otros que por considerarse independientes, pero quieren, por apariencia, cumplir con la obligación de votar, simplemente van y votan por el primero que vean en la lista.                                                     Y por último están los indiferentes, esos que se levantan a las once de la mañana, salen a pasear al perrito y a comprar algo para desayunar y, chupulún, otra vez a la cama, al día siguiente se enteran de quien ganó y simplemente comentan: “Yo lo sabía”.
Pero hay algo más que se esconde en el “voto a favor” y no es otro que “el voto obligado”, que tiene gran magnitud entre los funcionarios -nacionales, estadales, municipales y de otras instituciones del estado-, y muchos de sus familiares, quienes por una razón de gran peso: sentir el temor que conlleva el ser despedidos de su cargo y las consecuencias personales y familiares, votan con rabia mostrando una falsa sonrisa para que el “espía” quede satisfecho. Esos millones, en verdad, al final “van a llorar pal’ valle”. 
También debemos destacar a aquel grupo minoritario, pero de gran peso, quienes votando a favor, no están “con el candidato” sino “por el candidato”; este grupo, que pareciera tener una bola de cristal, seguros del triunfo del candidato, no sólo al final depositan la papeleta en la urna de votación, quedándoles, para demostrar como única constancia, su dedo meñique impregnado de tinta indeleble, sino que, previamente y varias veces, depositan millones de bolívares, con la seguridad de su recuperación por las tantas vías que se acostumbran, quedándoles, para demostrar y también como constancia, la copia de la planilla bancaria. No crean que ese proceder y condicionamiento es sólo en Venezuela, lo es en USA, en Rusia, en Alemania, en Israel, en China, el Irán y en donde la esperanza de los pueblos dependa del voto como proceso electoral. ¿Hay un mecanismo mejor? No lo creo. Pero si creo en la real posibilidad, dentro de la imperfectibilidad del proceso, de poder maximizar su transparencia.
Finalizo con Andrés Eloy Blanco: “Para formar una nación hay que formar un grupo de hombres libres, para formar un mundo hay que formar un grupo de naciones libres”
El próximo 6D, salgamos a VOTAR para lograr una ASAMBLEA NACIONAL de hombres y mujeres libres quienes, como un reclamo de honor del DIPUTADO DEL PUEBLO, Andrés Eloy Blanco, “en sus actuaciones trabajen siempre, hasta el último día de su mandato legislativo, por la salud y el alto interés de la República”
Daniel Chalbaud Lange
vonlange1939@gmail.com
@danielchalbaudl

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