jueves, 1 de octubre de 2015

ARIEL PEÑA, TRIBUNAL PARA LA IMPUNIDAD Y EL ANTICOMUNISMO, DESDE COLOMBIA

El acuerdo sobre  justicia  firmado en La Habana, entre el gobierno y Farc  el pasado 23 de Septiembre,  que  es un resumen, ya que no se conoce el texto completo, se puede considerar como una tramoya  buscando la impunidad  de la narcoguerrilla, por ello la jurisdicción especial para la paz será un mecanismo dilatorio, para que  el grupo armado  puede participar en política con sus cabecillas incluidos, mientras que se conforma dicho tribunal y empieza su tarea que puede durar   mas dos décadas.

 Pretendiendo con ello, que la justicia internacional,  atraves de la Corte Penal  se olvide de los crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, cometidos por la guerrilla marxista leninista, demostrándose que se busca empantanar  la justicia, pero  hay que recordar que los crímenes atroces no prescriben ni son indultables de acuerdo al  Estatuto de Roma y si no hay juicios y condenas con  los mínimos establecidos, tarde o temprano intervendrá la CPI.   Para completar el escenario de La Habana se acusa a empresarios, militares, políticos  y expresidentes  como  responsables del prolongado conflicto que  deben de ser juzgados por dicho tribunal,  eso lo hacen  para ir  desviando la esencia del acuerdo que busca  la completa impunidad de  las Farc.

Todo este entramado conduce necesariamente a allanarle el camino a la subversión, para que  cuando entre  hacer política   alcance fácilmente el poder, de ahí que ante las amenazas con el nuevo tribunal  se empiezan  a amilanar algunos demócratas que han estado en  altos cargos del estado, buscando que cuando las Farc sean un movimiento político no se atrevan a señalarle sus  crímenes con las montañas de cadáveres que dejaron en 51 años de terrorismo, pues de lo que se trata es de no molestar ni política ni ideológicamente al grupo armado cuando comience su proselitismo, sin saber si para ese entonces las Farc  han entregado o destruido las armas, porque el termino dejación tiene otro significado.

Además llama poderosamente la atención, la fijación que tiene el régimen de  Maduro con el paramilitarismo, echándole la culpa de  los graves problemas que afronta Venezuela, cuando durante el gobierno de Álvaro Uribe ese fenómeno criminal fue desmantelado  casi en su totalidad, quedando  unos residuos que mutaron en las llamadas bacrim  dedicadas al narcotráfico, de la misma manera el máximo cabecilla de las Farc, en la firma del acuerdo en  Cuba, insistió en la erradicación del paramilitarismo, por ello  es importante saber en la actualidad para Nicolás Maduro y Timochenko ¿ qué entienden ellos  por paramilitarismo?

Siendo la respuesta muy sencilla, porque al no existir los grupos criminales  paramilitares de finales del siglo pasado y comienzos del presente, que asolaban a varias regiones de Colombia; siguiendo la semántica marxista  el termino paramilitar es aplicado por parte de Maduro a los Colombianos humildes expulsados de Venezuela, igual a los miembros de la  oposición en el vecino país y a todas las personas que  repudian la dictadura oprobiosa del socialismo del siglo XXl  sean Colombianos o Venezolanos, y para Timochenko los paramilitares son los mismos que señala el mandatario Venezolano, haciéndole mayor  énfasis  en  personas que ideológicamente se identifican con el anticomunismo, porque  desde 1988 en una entrevista con la agencia de noticias Anncol el jefe guerrillero Tirofijo, de mala fe, confundía tranquilamente los términos anticomunismo y paramilitarismo.

Para los seguidores de la estafa comunista del marxismo leninismo, el anticomunismo es un objetivo que hay que aplastar, pues  a  mediados del 2014 el  Partido Comunista Colombiano atraves de su Secretario General planteo: “ el anticomunismo debe de ser extirpado de Colombia en Paz” y una de las salvedades de la mesa en La Habana, por parte de las Farc es proscribir el anticomunismo, lo cual sería una afrenta a la democracia, el derecho a opinar y al pluralismo ideológico, porque  eso sería algo parecido a la persecución que desato Hitler en Alemania en contra del antinazismo también invocando la paz, de igual manera  Mussolini en Italia persiguió y mando ejecutar a los antifascistas, y qué decir de los comunistas totalitarios que en el mundo han asesinado a mas de 100 millones de seres humanos,  por  considerarlos   como anticomunistas.

Entonces la persecución que buscan las Farc en contra del anticomunismo por parte del estado colombiano, se circunscribe en   eludir el debate ideológico, porque el marxismo  no tiene ni defensa ni vigencia, y lo que más atemoriza a un comunista es la lucha ideológica, porque no tiene respuestas a favor de sus dogmas,  subrayando que  esa doctrina es una deformidad, también no se puede pasar por alto que el anticomunismo  o antimarxismo, existe desde hace casi 150 años cuando le propinaron  a Karl Marx una humillante derrota conceptual e ideológica en la primera internacional de los trabajadores, por parte de los libertarios encabezados por Bakunin.

 En el mismo sentido  de 1918 a 1921 el dirigente Ucraniano Néstor Makhno quien lideraba el anarquismo con el ejercito negro, fue un acérrimo anticomunista en contra del genocida de Lenin, además las grandes religiones tradicionales y trascendentales de la humanidad han tenido posturas anticomunistas, especialmente  el Hinduismo, el Budismo, el Cristianismo Católico y el Islam que  han considerado en varias oportunidades al marxismo leninismo  como una doctrina perversa.

En ese orden de ideas es una aberración  pretender asimilar el paramilitarismo con el anticomunismo, cuando el segundo es una concepción filosófica de rechazo al comunismo totalitario que tantas desgracias y sufrimientos  le ha traído a la tierra, en donde Colombia no se escapa, pues durante el conflicto armado declarado por las Farc hace 51 años para  tomarse el poder, han habido más de 250 mil muertos y seis millones desplazados, pero esas cifras serian peores en una dictadura marxista como lo pretenden las Farc.

 Porque hay que recordar que durante la dictadura de Stalin en la Unión Soviética hubo 40 millones de asesinatos, en China durante  la revolución cultural y la colectivización los asesinatos  se acercan a 60 millones de víctimas, el  marxista Pol Pot mato a 3 millones de  camboyanos, Kim il sung en Norcorea asesino a 3 millones de ciudadanos de ese país y para completar Fidel Castro es responsable de  miles de crímenes en Cuba no solo en el paredón, sino también hay que adicionar las miles de personas que se han  ahogado en humildes  balsas, buscando a La Florida y que fueron comida para  los tiburones.

Así que con la jurisdicción especial para la paz, la guerrilla que negocia en Cuba busca la total impunidad, con una cacería de brujas en contra de sus enemigos políticos,  usando el fantasma del paramilitarismo, pero su máxima pretensión  es que le proscriban  al anticomunismo, para evitar confrontaciones ideológicas cuando sean un movimiento  político en la legalidad, por ello la presente situación nacional exige echar mano de las reservas democráticas que todavía tiene el país, para no caer en una dictadura marxista que puede multiplicar el número de víctimas que han habido en 51 años de  conflicto, ya que el comunismo como la mayor organización criminal de todos los tiempos en la historia humana, no le interesa la vida de las personas,  pues lo que le importa es el poder.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG

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