jueves, 17 de septiembre de 2015

PANCHO AGUILARTE, CAUSA Y EFECTO DE UNA SENTENCIA

Nadie en su sano juicio, que se ubique en el aquí y ahora de la situación política que vive la patria, podía esperar que el tribunal de juicio decretara la libertad de Leopoldo López, ni tan siquiera con eso que ha puesto de moda  este régimen de mandarte a tu casa con un tirro en la boca, sin poder expresar tus ideas, mucho menos publicarlas en los medios. Ahora contrariamente a lo que muchos piensan, sufren y sienten, esa ha sido la mejor decisión para este preso político, corrijo, para Leopoldo López, el político aunque muy dura para Leopoldo el humano, el Papá, el esposo, el ciudadano.

Esa sentencia ha convertido a López en una referencia universal. Desde la ONU, la OEA y hasta el Vaticano se han interesado por este caso. Los principales diarios del mundo han dedicado sus editoriales a este adefesio jurídico. Desde Europa y la América Latina se han realizado pronunciamientos de presidentes y expresidentes condenando la decisión. Parlamentos de distintos países han mostrado su solidaridad con el joven dirigente.

Esta vez y contrario a lo que dijo el otro; “Los objetivos fueron alcanzados”. El régimen con esta sentencia le ha puesto rostro al contendor electoral. Pero no crean ustedes amigos lectores que ha sido una decisión estudiada, no, es más bien caprichosa, y poco inteligente. Betancourt, que decía que el político inteligente, en funciones de gobierno se fabrica su oponente, debe estar impresionado.

Esa sentencia es un acto políticamente brutal. Ha sido la mayor y más eficaz publicidad que le han podido dar a un adversario. Ni recorriendo el mundo en persona hubiera logrado Leopoldo López conseguir tan buen escenario para sus posibilidades de ser candidato  y presidente de Venezuela.

Es como si Rómulo hubiera escogido como rival a Jobito Villalba y no a Caldera. Ahora tiene que  invertir el tiempo en prepararse conscientemente para regir los destinos del país pero no como cualquier presidente, no como uno más sino como un estadista, con sentido de grandeza y humildad, con sentido de historia y de progreso. Dedicarse a leer, a estudiar las formas de salir de esta crisis y presentar  sus estrategias, y el contenido programático.

No necesita oferta electoral, él es la oferta electoral, no necesita publicidad, ya la tiene. A la par también se le resuelve el problema candidatural a la oposición para cuando llegado el momento tengan que enfrentarlo a Cabello, Jorge Rodríguez, Arias Cárdenas o Tarek El Aissami.

Son ya dos los errores imperdonables que dejan al régimen de Maduro al desnudo, la apresurada medida de cierre de la frontera con Colombia y la sentencia contra Leopoldo López.

Jamás un gobierno se había deteriorado en tan corto tiempo tanto interna como internacionalmente, pero lo más grave es que no existe espíritu de enmienda. Es algo incomprensible, como es capaz un gobierno de seguir  haciéndolo tan disparatadamente mal.

Es como si una fuerza extraña se hubiera apoderado de la mente de los más conspicuos representantes del alto gobierno y los estuviera llevando a la derrota. La derrota se siente, es indisimulable. El desespero es el signo del equipo ministerial, tanto que están obligando a sus subordinados a reenviar sus mensajes en las redes sociales. Pero ya todo está decidido y es cuestión de tiempo para que Venezuela regrese por los senderos de la libertad y el progreso

Juan R. Aguilarte T.
panchoaguilarte@hotmail.com
@P_aguilarte

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