Venezuela
transita por la crisis más cruenta jamás vista en nuestra historia. Quizá, por
eso llamó mi atención un término que acuñó el abogado Juan Carlos Sosa Azpúrua,
en la entrevista que le hice el pasado lunes, para explicar la razón por la
cual hemos llegado a niveles tan deplorables. El régimen, a su juicio, en estos
largos y miserables 17 años, logró la “animalización de la Sociedad Civil”. Si
a ello le sumamos el éxodo masivo de venezolanos (en su mayoría clase media,
profesional, trabajadora y productiva) cansados del juego político que han
llevado adelante el régimen y la dirigencia opositora, obtenemos el caldo de
cultivo perfecto para que el desgobierno “siga usurpando el poder”, como
aseguró mi entrevistado.
De
nuestra conversación, rescato algunos de sus planteamientos porque son un
llamado a esa población que, en momentos puntuales de estos años de
Chavismo-Madurismo, logró frenar sus intenciones. “Nuestro problema surgió
cuando le entregamos el testigo a la dirigencia opositora, y ésta comenzó a
cohabitar y cogobernar con el régimen, legitimándolo”.
En
más de una ocasión, he escuchado a algunos voceros asegurar que nuestra crisis
actual puede solventarse con las próximas elecciones del 6 de diciembre. Sin
embargo, para Juan Carlos Sosa Azpúrua, ese tipo de comentario es nocivo
porque, “cuando a los electores se les vende una ilusión, y esa no se ve
satisfecha, lo que viene después es mucha rabia, depresión y decepción. Eso
condimenta aún más el caldo de una situación intolerable a punto de estallar”.
Sosa
Azpúrua advierte que el asunto con las parlamentarias es “que se le han creado
a los electores unas expectativas que no se pueden cumplir. Porque en esa
Asamblea, en un país gobernado por un régimen totalitario, no se puede hacer
nada de lo que están prometiendo los candidatos al parlamento”.
“El
país no está para elecciones en el contexto que estamos sufriendo. El régimen
ha demostrado, después de 17 años en el poder, que no tiene ninguna capacidad
para corregir los problemas, sino que, por el contrario, los crea
conscientemente. Los que están en el poder, no tienen ninguna intención de que
el Bolívar recupere su valor, de que el aparato productivo se reactive, que la
gente tenga empleo, que Venezuela esté en la comunidad internacional como un
país serio y no como uno forajido. El objetivo de esta gente –la que usurpa el
poder, porque ellos perdieron la legitimidad de ejercicio y la legitimidad de
origen cuando se ′robaron′ las elecciones pública y notoriamente- es empobrecer
a la sociedad, volvernos completamente miserables”.
Porque,
para el abogado, volvernos miserables, es característico de los regímenes
totalitarios y comunistas. “Cuando la gente de la supuesta oposición le da
trato y legitimidad, y están dispuestos a cohabitar y a cogobernar con el
régimen, te das cuenta que, en ese aspecto, la política está entregada. Tampoco
vemos una lucha por salir del problema de raíz, sino, básicamente, el
planteamiento es seguir poniéndole pañitos calientes a un enfermo que está en
etapa terminal. Se lucha solo en el plano
electoral. Y como el régimen ha sido muy astuto, crea elecciones todos los
años. Los circos electorales se montan anualmente y entonces todo se cubre con
una gran cortina de humo, donde el único objetivo del país se reduce a votar o
no votar. Y la dinámica de la discusión política y la de los problemas pasa a
un tercer plano. Aquí no hay debate político. Sólo se escucha el argumento de
que hay que salir a votar porque, en la medida en que la MUD vaya conquistando
espacios políticos, vamos a tener posibilidades de salir de esta pesadilla a través
de una vía bonita, democrática y pacífica. Simplemente, manchar el dedo de
morado: esa es la gran lucha por Venezuela”, reflexiona.
Le
comento, en medio de la entrevista, que cifras recientes le dan a la oposición
MUD una gran ventaja en las parlamentarias; e indican que el oficialismo
estaría perdiendo por 30%. Le recuerdo que 70% de los encuestados evalúa
negativamente la gestión de Maduro, sin dejar a un lado su popularidad, la cual
alcanza tan sólo un 24%. ¿Con estos escenarios, se puede ganar unas
parlamentarias? Pero, Sosa Azpúrua
responde que estas cifras son la repetición de lo que siempre hacen las
encuestadoras: vender un triunfalismo. “Siempre se genera el momentum para
hacer creer que por la vía electoral se puede lograr el objetivo. Si revisamos
los más recientes estudios, nos hacen creer que en el 2010 perdimos las
elecciones, cuando en realidad, la oposición logró 51% de los votos.
Sistemáticamente, hemos venido siendo mayoría. Desde el año 2004, cuando se
robaron el referéndum revocatorio, hemos sido mayoría. Han venido ocurriendo
fraudes sistemáticos que la MUD ha decidido silenciar. No ha dado el golpe a la
mesa para romper el juego macabro que controla el régimen. Porque la dinámica
que está en este momento en marcha le permite a la MUD tener una participación
política activa. La Asamblea es un símbolo de poder muy importante y dudo que
el régimen vaya a perderlo. Cuando eso ocurra, los analistas dirán que Maduro
logró cohesionar al país, gracias al sentimiento nacionalista que despertó. Y
le echarán la culpa a la abstención. Mareando a la gente con una matriz de
opinión en la que solo importa si votas o no votas. Si votas eres bueno. Si no
votas eres malo”.
“En
el 2002, cuando la sociedad tenía el poder, su fuerza hizo que cayera el régimen.
En el 2004, también con la sociedad civil al frente, ganamos el Referéndum
Revocatorio. Ese triunfo y el fraude que se cometió como consecuencia, fue lo
que hizo que se produjera la famosa abstención del 2005; pero, la sociedad
civil se organizó y demostró que más del 75% del país quería salir de esa
pesadilla. Con esa acción se deslegitimó a la Asamblea y al Consejo Nacional
Electoral. El problema estuvo en que le pasamos el testigo al sistema político.
Y éste nos traicionó porque no desmanteló al CNE, ni pidió la depuración del
sistema electoral. Por el contrario: solicitó el cronograma para las elecciones
presidenciales, se puso en campaña y reconoció a los diputados del PSUV que
fueron electos con menos del 15% de los votos”, señala.
En
momentos difíciles hay que pedir propuestas. Soluciones. Sin titubear, responde
que la Sociedad Civil tiene que reorganizarse, aun cuando se encuentre
debilitada. “Hay que pedir la renuncia de Maduro del cargo que usurpa.
Establecer un gobierno de transición, depurar al país y limpiar sus
instituciones. La Sociedad Civil tiene que despertar de nuevo y quitarle el
testigo a la dirigencia de los partidos, porque ellos entregaron la política.
Ellos cogobiernan con el régimen. Estamos secuestrados por un régimen al que le
interesa mantenernos animalizados. La Sociedad Civil tiene que solicitar la
restitución del orden constitucional. Como venezolanos tenemos el derecho de
reaccionar y trascender el tema electoral. No podemos seguir entrampados en lo
electoral, porque seguimos metidos en el terrero de un juego que controla
completamente el régimen. No estamos solucionando el problema. Están reduciendo
nuestra dignidad de seres humanos. Nos están tratando como animales y esa es la
mayor violencia que puede haber”.
José
Domingo Blanco (Mingo)
mingo.blanco@gmail.com
@mingo_1
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