Las
encuestas de opinión pública nacional y las proyecciones que se hacen a partir
de sus datos, sugieren un panorama muy favorable para la oposición en los
comicios legislativos del 6 de diciembre. ¿Pero la diferencia es tan grande
como para afirmar que el Ejecutivo Nacional está condenado a una derrota amplia
en diciembre? Según el politólogo John Magdaleno, aunque la oposición tiene
mayor probabilidad de ganar los comicios legislativos, todavía deben valorarse
otros factores en juego, como la estrategia de realizar el proceso de votación
en un clima electoralmente anormal.
¿La
oposición tiene asegurado el triunfo el 6-D? ¿Es posible cantar victoria a 11
semanas de las elecciones?
Claro
que no puede cantar victoria aún. Lo cierto es que tiene la primera probabilidad
de triunfo de cara a la elección en vista de que le favorecen unas brechas
superiores a los 20 puntos porcentuales como las que están registrando los
estudios de opinión pública sobre las estimaciones de voto nacional. Esto,
evidentemente, no es igual a las estimaciones sobre escaños que obtendría cada
fuerza política. Un escenario así no se ve con exactitud desde el año 2003; es
decir, un año antes del referendo revocatorio presidencial al presidente Hugo
Chávez en 2004. Llama mucho la atención que son brechas significativas, pero
quedan tres meses hasta el 6 de diciembre y el contexto económico no es
favorable al Gobierno. Existe un cuadro recesivo muy significativo que
analistas económicos estiman entre -7 y -9 puntos porcentuales del PIB, una aguda
escasez, una tasa de inflación que el Bank Of America (BoFa) estima para julio
en 125% y un clima de opinión de mucho malestar e irritación en función de la
crisis económica.
Por
eso, la primera probabilidad de triunfo la tiene la oposición, pero eso no
significa que pueda acostarse a dormir, cantar victoria ni muchos menos. El
Decreto de Estado de Excepción se va extendiendo a varios municipios de la
frontera y, en concreto, a dos estados del país, unido a las jugadas que
intentarán aumentar cerca de la elección. Por supuesto que la oposición tiene
mucho que hacer en el futuro…
La
situación que describen los números de las encuestas es similar a la del año
2003. En aquel momento, muchos analistas vaticinaban la derrota de Hugo Chávez
en el referendo revocatorio presidencial y eso no ocurrió: Chávez logró
revertir las tendencias con un as bajo la manga: las Misiones.
El
chavismo ha acostumbrado al electorado venezolano a tener una sorpresa en la
campaña. Y la oposición no debería subestimar al chavismo en virtud del poder
del Estado que está en sus manos, ni dejar de prever una sorpresa en esta
oportunidad. El problema, al margen de esta consideración, es que este contexto
no es el de 2003. El contexto no los ayuda. En 2003 los precios del petróleo
estaban en aumento, pero desde julio del año pasado experimentamos una caída
estrepitosa. Y en 2003 Hugo Chávez estaba vivo. Él era una plataforma fenomenal
para impulsar candidatos y ya el Ejecutivo Nacional no puede contar con eso,
aunque hagan uso de su imagen en esta campaña. Además, la valoración de gestión
del presidente Nicolás Maduro está rondando entre 23% y 24% de aprobación,
dependiendo del estudio. Los niveles de aprobación de Chávez en 2003 venían
subiendo desde el mes de septiembre. Hay muchos factores que no ayudan a que el
gobierno pueda revertir la brecha de las encuestas. Veo una muy baja
probabilidad, pero esto no significa que no ocurra: los politólogos hablamos en
términos probabilísticos y no deterministas, pero es poco probable que el gobierno
puede revertir una brecha de 20 puntos.
El
Bank of America, en función de las ultimas encuestas, proyecta escenarios muy
positivos para la oposición. Según los datos de las encuesta de Datincorp, los
técnicos del BofA aseguran que la MUD obtendrá 143 diputados y el PSUV 24.
Cuando utilizan la encuesta Nacional del IVAD, calculan que la oposición
obtendría 144 diputados y el PSUV 23. Mientras que, cuando utilizan como base
del cálculo los resultado de Datanálisis, se proyecta que el PSUV tendrá 31
diputados y la MUD 136. ¿Es viable hacer este tipo de análisis de resultados
por circunscripciones en función de encuestas nacionales?
Hay
que analizar varios detalles. Primero: la proyección es lineal. Es decir, se
estima un porcentaje del total de votos válidos que otorgaría un número
determinado de diputados. No obstante, habría que hacer simulaciones
matemáticas por circunscripciones para ver cómo se distribuían esos votos,
porque si el chavismo logra conservar las circunscripciones que le han sido
favorables en el pasado, con brechas abultadas como es típico en de los estados
llaneros, eso cambia el análisis.
Los
estudios son, a lo sumo, de los meses de julio y agosto, faltando tres meses
para las elecciones. Durante ese tiempo seguramente tendrá algún tipo de
impacto en la reducción de la brecha, porque es el tiempo en el que está
contenida la campaña electoral. Por lo tanto la simulación no puede hacerse
todavía. Por otra parte, habría que estimar muy bien la intención de voto para
las terceras fuerzas políticas y los candidatos independientes. Y, por último,
sería importante estimar el nivel de participación. Históricamente hemos
observado que en los estudios se registra un mayor porcentaje de chavistas que
están dispuestos a ir a votar que la cantidad de opositores que lo declaran.
Esos factores indican que la proyección no puede ser lineal y que debe
ajustarse para refinarse un poco más.
Existen
varias formas de evaluar los resultados del 6D: la capacidad de obtener la
mayoría simple de 84 diputados, capitalizar las tres quintas partes del
Parlamento con 101 diputados o lograr la mayoría calificada de dos tercios que
se ubica en 112 diputados. Esto al margen de un elemento que no tiene impacto
legal, pero sí puede condicionar el escenario político de 2016: el total de
votos que obtengan la MUD y el PSUV. ¿La oposición tiene la primera
probabilidad de ganar la mayoría simple?
Si
la elección fuese en el domingo siguientes al momento en que se hicieron las
encuestas que mencionaste anteriormente, supondría que la oposición tendría la
posibilidad de obtener la mayoría simple o incluso las tres quintas partes de
la Asamblea Nacional. Pero por ahora hay que esperar el desempeño de los tres
grupos de actores.
Los
llamados independientes o disidentes, ¿tienen capacidad de ganar? ¿O su papel
será el de hacer perder a sus bloque naturales?
Tienen
capacidad para disminuir la cantidad de votos que puede obtener la Mesa de la
Unidad Democrática y la capacidad para evitar que la oposición obtenga las 2/3
partes de la Asamblea Nacional. La intención de voto que se está registrando
por terceras fuerzas oscila entre 15 y 20 puntos porcentuales, mientras la intención
de voto de los candidatos de la MUD es superior a los 50 puntos, mientras los
candidatos del PSUV oscilan entre 25 y 30 puntos con una intención de voto de
los independientes de 15 o 20 puntos. Si llega a subir, claro que compromete la
posibilidad que la MUD obtenga 3/5 o 2/3 partes de la Asamblea Nacional.
Observando
los resultados de las últimas encuestas: ¿sería una derrota para la oposición
no obtener las 2/3 partes (112 diputados) de la Asamblea Nacional?
No
lo creo. Sería un criterio demasiado exigente. Hay que analizar y contabilizar
el impacto que tiene el poder el Estado. Hoy el Ejecutivo tiene el control de
los demás poderes, además de alcaldías y gobernaciones que por supuesto tienen
influencia durante el periodo electoral. Considerar como un fracaso no obtener
las 2/3 partes (112 diputados) es un criterio muy exigente, porque no atiende a
las realidades políticas del país. Si la oposición sólo obtuviese la mayoría
simple (84 diputados) es evidente que no se pueden promover cambios con la mayor
velocidad, pero la dinámica parlamentaria cambia. Por ejemplo: la directiva del
Parlamento pasaría a estar dirigida por la oposición y la mayoría de las
comisiones permanentes estarían dirigidas por la oposición. Un opositor
presidiendo a la Comisión de Finanzas o a la Comisión de Contraloría sería algo
muy importante para el contrapeso de poder que requiere el gobierno. Aun con
mayoría simple se podría modificar el Reglamento de Interior y Debate y, por
ejemplo, los medios de comunicación podrían ingresar al recinto parlamentario.
Cambiar la dinámica del Parlamento no es un asunto menor. Una mayoría simple ya
es el inicio de un cambio político.
¿No
obtener la mayoría simple (84 diputados) sería un fracaso para la oposición?
Sí.
Y además sería un fracaso que podría desmoralizar abiertamente a los seguidores
de la oposición e incluso a quienes, no siendo opositores, desean que el rumbo
del país cambie.
¿Qué
puede hacer el chavismo para no perder la AN? ¿Debemos suponer que lo que
ocurre en la frontera es un intento de reeditar el efecto positivo que tuvo
para el presidente Nicolás Maduro en las encuestas su postura ante el Decreto
Obama?
El
Estado de Excepción persigue otro propósito: encuadrar el debate público en
medio de lo que el Gobierno quiere vender como la gran explicación para el
desabastecimiento y la escasez en el contrabando de extracción. Mientras se
cierra la frontera llegan importaciones de alimentos. Lo que hace el Gobierno
es vender la idea de que el cierre de la frontera permitirá la recuperación
económica. Pero el otro propósito que se persigue es el de probar el nivel de
respaldo que tiene el Gobierno en la Fuerza Armada. Y, ya en tercer término,
también se busca crear un clima de anormalidad ciudadana para llegar a las
elecciones en medio de la incertidumbre de la pertinencia de las
concentraciones masivas, porque la Ley de Estado de Excepción habla de prohibir
las concentraciones públicas y el libre tránsito.
Eso
que se llamó El Dakazo en 2013 también ayudó a Nicolás Maduro a mejorar su
valoración pública. ¿Fue El Dakazo lo que hizo ganar las municipales al
chavismo?
Maduro
logra revertir su caída en la percepción de gestión casi 10 puntos con El
Dakazo, pero eso no se tradujo en una modificación equivalente en la intención
de voto. Antes de El Dakazo, el chavismo ya estaba por encima de la oposición 6
puntos porcentuales de intención de voto y en la autodefinición política. El
impacto de El Dakazo fue incrementar sólo en 3 puntos la intención de voto por
el chavismo.
Habría
que ver, en este contexto de estado de excepción, cuál es la sorpresa electoral
del chavismo. ¿Un aumento del salario mínimo? ¿La aparición de productos que
tenían tiempo sin verse en los anaqueles? A tres meses de unas elecciones, en
medio de una crisis de desabastecimiento aguda, con una tasa de inflación que
puede estar por encima de 150%, luce muy cuesta arriba recudir la brecha. El
gobierno puede intentarlo e incluso lograr algún tipo de efecto, pero revertir
la tendencia luce improbable.
Por
primera vez en una década son mayoría quienes creen que va a ganar la
oposición. ¿El indicador más sorprendente en las encuestas no es la intención
de voto sino la percepción de triunfo?
Ésa
es la variable más llamativa, porque es la única que en 16 años jamás se había
registrado en las tendencias. En la totalidad de los estudios electorales
realizados antes de las elecciones, incluso el del referendo constitucional de
2007, la mayoría de los electores pensaba que ganaría el chavismo. Éste es un
fenómeno inédito.
¿Cuáles
son los factores que podrían haber contribuido con este cambio?
Para
mí es un indicador de que el voto castigo ya se formó. Un nivel de aprobación,
un nivel de valoración de la situación del país, la caída de la
autoidentificación como chavista y de la identificación partidista con el PSUV
habla de un cuadro. Habla de que los venezolanos están traduciendo su malestar
en actos de opinión muy concretos.
Quienes
sugieren que el chavismo suspenderá las elecciones, ¿pueden encontrar en su
análisis argumentos que respalden la teoría de que no habrá comicios el 6D?
Es
una hipótesis que respeto, pero no creo que sea la más probable. Con el Estado
de Excepción el gobierno está garantizando que se celebren las elecciones en un
clima de anormalidad. Y eso puede tener mucho más impacto que la suspensión del
proceso. La suspensión de las elecciones puede tener un mayor costo político.
¿Cómo podría justificar el Gobierno la suspensión? Es muy complicado comunicar
esta idea. Al gobierno le conviene más que la elección se celebre en un clima
de anormalidad, que se genere abstención y que eso, desde su perspectiva, le
ayude a reducir la brecha.
Eugenio
G. Martinez
emartinez@eluniversal.com
@puzkas
John Magdaleno (@johnmagdaleno) | Twitter
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