No es
posible  que los  dueños 
de la MUD abusen   tan
descaradamente  de la gente  que aún cree 
en ellos, nombrando   como  directivos 
a personas de los  cuales  son bien 
conocidas  sus  actos 
de traición a la lucha 
democrática que tantas 
lagrimas  y sacrificios  han costado 
y  que  según parece para  ellos 
es una forma  normal de medrar sin
ninguna clase  de consideración  por todo 
el daño  que han podido causar a
miles  de familias.
Me
refiero  al  asombro 
que  sentí al enterarme  que  el
señor Timoteo Zambrano es  el
representante  del comité  de relaciones internacionales  de la MUD, para los  que no conocen la historia, este  señor 
conjuntamente con Lewis Pérez y Agustín Berríos , representantes  para  la
época  de los partidos AD y COPEI, fueron
los  que negociaron  con el ejecutivo  el cese 
del paro nacional del 2002  al
2003, el problema  es  que 
esa negociación se hizo a espaldas 
de   los  directivos 
del paro y el Comité  de
conflictos,  Carlos  Ortega presidente  de CTV, Carlos Fernández presidente  de FEDECAMARAS y Juan Fernández  representante 
de gente  del petróleo, según  relata 
de viva voz Carlos Ortega  en el
libro “2002 el año  que vivimos  en las calles”  conversaciones  de Carlos Ortega, con el periodista Alonso
Medina”, de la Editorial Libros Marcados.
El
día  sábado 1 de febrero  del 2003, me 
llamó  la  dirigente gremial Haydee Deutsch, para
preguntarme  si era  cierto 
que  el paro cesaba  ese día, ya 
que   en ese momento a las 10 de
la mañana  se  estaban reuniendo Timoteo Zambrano, Lewis
Pérez y Agustín Berríos  en el hotel
Eurobuilding con altos representantes 
del  ejecutivo y la razón de la
reunión era precisamente  el cese  del paro nacional, reunión  que  no  asistí 
por no haber  sido  invitado, es 
decir   que la misma  se hizo a espaldas de nosotros los  directivos 
del paro, y los  que  conformábamos 
el comité  de conflicto.
Al
requerirle  a estos  señores 
su  actitud  y 
el  compromiso  que teníamos 
con los 23.000 trabajadores petroleros botados,  que no podíamos  abandonarlos, que teníamos  compromisos 
para con ellos  y sus familiares,
la repuesta  tajante  de 
estos  señores fue la  siguiente: eso no importa, esos  son bajas 
de  guerra  y punto, es una decisión tomada y se va a
cumplir, en dos palabras  para  estos 
tres  señores nada importaba  el destino 
de 23.000 familias que todo lo habían apostado  en ese paro, en defensa  de  sus
ideales  y la democracia  del país. Muchos  fueron los 
comentarios que  se tejieron  sobre los 
millones  de bolívares que  se manejaron 
en esa vil negociación tomada  a
espaldas   de los petroleros y de
los  directivos naturales  del paro nacional.  ( comentarios 
como es  de  esperarse difícil  de 
comprobar, pero llama  la  atención de la razón de  efectuar 
esa reunión, casi  en secreto)
Todos  conocemos 
la persecución  que  comenzó  
desde ese momento contra miles  
de  petroleros, las  demandas contra  ellos, el hecho  criminal 
de negarles a todos el pago 
de  sus prestaciones  sociales (cesantía, antigüedad y fidecomiso)
la retención (robo)  de  sus ahorros 
en las  cajas y de  sus fondos 
de jubilaciones, y lo  que  es peor 
la persecución  emprendida contra
ellos   de tal  manera 
que  se les ha negado hasta la
fecha  el derecho  de 
ejercer  sus profesiones en
Venezuela  en empresas  que tengan 
alguna relación  con PDVSA  o 
con  el régimen, obligando a miles
a irse del país a otros  a  dedicarse 
a labores  ajenos  a  sus
profesiones para poder vivir, 23.000 petroleros hoy prácticamente olvidados
de  aquellos  que los vitoreaban  incluidos 
los  medios  de 
comunicación. Como  suele  suceder, después  del paro 
dejaron de  ser noticias, no
vendían.
No  se puede 
entonces  justificar  que 
ahora la MUD tenga  como  uno 
de  sus representantes  en las relaciones  internacionales a una persona que fue capaz
en una “negociación” mandar  al diablo a
esos  23.000 familias  petroleras, condenándolas  desde 
ese  momento  de  la  reunión 
en el hotel Eurobuilding aquel sábado 1 de febrero  del 2003, ¿Será  entonces 
que  con ese tipo de personas es
que  cuenta la MUD para dirigir los  destinos 
de Venezuela?. Por  suerte
Carlos  Ortega  está vivo y es un testigo  fiel 
del acontecer histórico 
contemporáneo de nuestra Venezuela y 
allí en ese libro dejo plasmada 
esta  traición  al pueblo opositor?¿Hasta cuando estos
politiqueros  de oficio, pretenden  dirigir 
ellos  al país, cerrándole  el paso a las 
nuevas generaciones incontaminadas 
que han demostrado que  si desean
trabajar por Venezuela, sin 
lucrarse  en lo personal ni medrar
de la política?
Humberto  Marcano 
Rodrigiez
hjmrodriguez@gmail.com   
@Hmarcanor
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