La "sentencia" era anticipada. Se sospechaba por el temblor de sus manos y su voz quebrada, cuando leía los más de 40 folios del dictamen preparado por la Fiscalía. Leopoldo, a instancias del deshonroso papel que jugaba su Inquisidora, enfrentó su última audiencia, tras realizarle un juicio político en el que se le acusaba sin habérsele comprobado delito alguno, casi musitando, le advirtió: “usted va a tener más miedo de leerla que yo de escucharla”. No se hizo Justicia, se ajustició. No hubo Juicio, se cumplió una Orden. La farsa representada, no se acoplaba con la Justicia y menos con la Verdad. La ignominia no ha terminado, la conclusión ha sido diferida para el Capitulo del 6D. ¡Que nadie se duerma! Los venezolanos deberemos vivir el nervio del Capítulo Final de esta historia, con la atención de un apocalipsis. Es una historia real, llena de las más viles y cruentas escenas impensables en una novela de terror. El 6D es la cita con un momento histórico. Ese día, aboliremos el lema de muerte que por casi 17 años hemos soportado, para dar paso a la esperanza, a la sentencia final de este capítulo de odio que en mala hora inició en 1998. Paciencia a todos. Vamos llenos de Fe y con Paz en el corazón. La hora de las decisiones se aproxima y nuestra respuesta debe ser categórica e ineludible. La cita es con la Historia.
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