miércoles, 26 de agosto de 2015

JOSÉ FÉLIX DÍAZ BERMÚDEZ UN MAPA DE CARACAS

El hermoso mapa de Caracas realizado por Joseph Carlos de Agüero en el año de 1775, nos presenta en su clásica cuadrícula una ciudad bien dispuesta y organizada en sus respetivas manzanas, distinguida por los tres símbolos que la presidían entonces: el de la justicia, el León sujetando la concha y en ella la cruz de Santiago y la garza que representaba vigilancia. 

En el mismo se encontraban emplazados sus edificios y sus lugares principales: la Iglesia Catedral; las parroquias de San Pablo, Altagracia, Candelaria; el templo de Santa Rosa; los conventos de Santo Domingo, San Francisco, La Merced y de las Religiosas de la Concepción y Carmelitas; la Casa de San Felipe Neri; la Universidad; los templos de San Mauricio, La Pastora y la Trinidad, y por último, el Hospital de San Lázaro, todo lo cual evidenciaba el notable crecimiento de la ciudad. 

Caracas, Joseph Carlos de Agüero, 1775. 
A lo largo del plano resaltaban igualmente las quebradas y los ríos que atravesaban aquel valle, y cuyas aguas le infundían admirable vitalidad a los muchos cultivos que se plantaron desde que fueron distribuidas las primeras tierras al momento de su fundación. Era la Caracas en la que habían nacido aquel año José Angel Lamas y José Félix Ribas, y se cumplían los primeros tiempos del matrimonio entre don Juan Vicente Bolívar y María Concepción Palacios y Blanco, futuros padres del Libertador.

Todo giraba en torno a su Plaza Mayor, y con el paso de los años Caracas se debía expandir armónicamente tal y como fue previsto y ejecutando: casas principales que se iban construyendo; calles que se iban definiendo; pendientes suaves para los caminantes y los carruajes señoriales que ya existían. En los alrededores las haciendas, los trapiches, los sembradíos, el trabajo agricultor de todos y el comercio que caracterizaba a la provincia hacia y desde los puertos principales de la costa y los caminos interiores.

El Ávila señero observó terminando el siglo XVII cómo aquella ciudad donde no existían más de 6.000 personas realizando su vida social y política se desarrollaba cada vez, lo cual demostraba la importancia creciente de la sociedad que para finales del siglo XVIII alcanzaba las 40.000 almas gracias, entre otras razones, al fomento del Cacao.

Junto al emprendimiento en la aventura y la determinación en la lucha de los conquistadores de Venezuela, encontramos además en muchos de ellos la condición de: "adelantados" encargados de establecer las poblaciones a nombre del Rey. Varios fueron hombres de rango social que habían llevado las armas y el caballo, pero también, instrucciones, conocimientos, planeación. Les acompañaron en muchos casos los: "segundones", hijos de familias hidalgas que aspiraban celebridad y riquezas, así como también otros individuos con habilidades para definir una ciudad, organizarla y construirla, bajo el concepto de que fundar implicaba la necesidad de civilizar: instituir el Cabildo, los alcaldes, la Justicia y los regidores, distribuir las tierras, aplicar las leyes, infundir la religión, establecer las encomiendas, regular y proteger inclusive los derechos de los naturales, desarrollar la agricultura, la ganadería, el comercio, la educación, entre otras medidas.

Caracas empezó a prosperar desde su fundación el 25 de julio de 1567. En nuestro caso, los habitantes de Caracas se dirigieron al gobernador y capitán general Ponce de León, el 25 de julio de 1568, un año justo de fundada, solicitando la permanencia de Losada en razón de: "el gran crédito y buena opinión que de su persona vecinos y naturales tenemos" por sus actos.

Los primeros trazos de Caracas fueron hechos por el ingeniero don Diego de Henares por encargo de nuestro fundador, y quien además se ocupó de medir en los márgenes del Guaire las tierras que: "a cada soldado le dieron en la vega de la ciudad". Un plano suyo de Santiago de León de Caracas, que todos conocemos, es del año 1578. En el mismo no solamente se observa el valle cruzado de ríos, el Ávila imponente, sino también el Litoral, desde la Punta de Tucacas y hasta el Morro de Maracapana: "en la cual se acaba esta provincia de Venezuela".

Buena parte de aquellos logros, en estas y otras latitudes del Nuevo Mundo, se debieron al carácter del estamento social existente en la conquista, y según las consideraciones de J.M. Lipski (1994): "mayoritariamente, la población que emigró a América estaba formada por un conjunto heterogéneo que podría calificarse de clases medias urbanas".

Más de dos siglos habían pasado para percibir los avances de aquella Caracas inicial. Agüero propuso un: "Reglamento de Alcaldes Celadores" para asegurar el orden y la paz, luego de haber definido con esmero los espacios en el plano en el cual se comprendía fácilmente lo que ya era y aspiraba seguir siendo la ciudad, sus habitantes, su pasado, su presente, su futuro, su distinguida e irrenunciable identidad histórica en el mundo de la hispanidad.

Jose Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfdiazbermudez
@jfd599

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