En el
interesante artículo La simulación política | Sustitución de la realidad por la
hiper-realidad, su autor se refiere a la afirmación del sociólogo Jean
Baudrillard; quien expone la simulación se refiere a las estrategias de la
apariencia, de la seducción, a la sustitución de la realidad por la
hiper-realidad, es decir, por la virtualidad. Desde mi punto de vista,
precisamente de este hecho proviene la desilusión que prevalece en los pueblos
latinoamericanos con respecto a los políticos y a la política.
Para
nadie es un secreto la simpatía y el apoyo que la demagógica doctrina del
Internacionalismo Proletario castrista tuvo durante las décadas del 60 y 70
en América Latina y África. Esta política estuvo basada en la práctica del
intervencionismo armado más sanguinario y evidente en numerosos países de
dichas regiones; a los cuales Castro envió nutridos contingentes militares
regulares y/o de guerrilleros entrenados en Cuba.
No
obstante, esta flagrante violación del Derecho Internacional, fue ampliamente
aceptada y apoyada por el poderoso movimiento de la izquierda internacional. Lo
mismo ha ocurrido con la nueva versión inventada por el Castro Chavismo,
conocido por Socialismo del siglo XXI. ¿Por qué? Por ejemplo, la Carta Democrática
y otros tratados de la OEA, no se aplica al caso venezolano.
Es
cierto que los políticos tradicionales han sido incapaces de cumplir con las
expectativas que generaron entre sus seguidores el empleo de promesas
electorales basadas la formulación de propuestas irreales para la solución de
problemas políticos, sociales y económicos muy
serios. Una vez en el poder, los ciudadanos comprueban que dichas
promesas, eran únicamente eso: promesas. Precisamente, esa es la razón que ha
provocado el avance de los movimientos populistas en América Latina;
particularmente, el conocido como ¨Socialismo del siglo XXI”.
Pero,
¿cómo podemos definir lo que implica el termino Populismo? Según el sitio
Definición, populismo es un término político que alude al rechazo a los
partidos políticos tradicionales y a las clases dominantes de la sociedad. Sin
mencionar al tirano Fidel Castro (a quien caracteriza una dimensión especial),
algunos de los presidentes populistas más connotados son:
Centro-derecha,
Alberto Fujimori y Álvaro Uribe.
Centro
izquierdo, Luis Ignacio Lula da Silva, Néstor Kirchner y Michelle Bachelet.
Movimiento
del Socialismo del siglo XXI, Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael Correa.
Aunque
todos estos personajes simbolizaron el rechazo existente en sus respectivos
países a los partidos políticos tradicionales, cuya alternancia en el poder no
representaba progreso alguno para el país, ni para sus ciudadanos; por ende, al
concluir sus mandatos, el balance final de su gestión se torna nefasta,
El
caso del populismo que ha dado por resultado el Socialismo del siglo XXI,
merece un comentario aparte. Estos regímenes han asumido (o lo han intentado)
una forma de gobierno autoritaria; restringiendo las libertades individuales
ciudadanas, expandiendo la corrupción administrativa y se constituyéndose en
una nueva élite socio-política-económica. Un factor común en estos gobiernos,
es que su propósito nunca ha sido el bienestar de sus pueblos ni mucho menos el
progreso del país; sino el de perpetuarse en el poder, sin importar las
consecuencias.
Creo
que lo antes expuesto ya es bastante conocido; pero lo que me ha llamado
poderosamente la atención es que este fenómeno emigre a los Estados Unidos de
América. ¿Cómo? Bien, he leído el artículo de Nick Gass, titulado Trump has spent years courting Hillary and
other Dems[i] (Trump ha pasado años cortejando a Hillary y otros demócratas), y
me ha traído a la mente muchos de los aspectos antes expuestos sobre el
Populismo; me pregunto:
¿También
aquí?
¿Es
realmente Republicano Trump?
Trump
está invocando un populismo diametralmente opuesto al caso latinoamericano. En
su caso, este personaje ha asumido el lenguaje que resulta más encantador al
Tea Party; pero, ¿es realmente su lenguaje? Según lo indica el sitio antes
citado ¨el magnate ha jugado astutamente ambos lados del pasillo durante años”
(…) continuado ¨y ha sido especialmente acogedor – financieramente y
personalmente – con Hillary Clinton”. A partir de esta afirmación, se desprende
que el Sr. Trump apoyaba las políticas liberales de los Clinton. ¿Es posible un
cambio tan drástico?
Por
último, ¿A quién beneficia políticamente las posturas de Donald Trump? ¿A los
Republicanos?
Por
mi parte, no creo en el doblez de Trump, ¡por el contrario, lo veo muy bien
definido!
http://www.politico.com/story/2015/06/donald-trump-donations-democrats-hillary-clinton-119071#ixzz3k86JQgKH
Gustavo
Pardo
masonhabana78@yahoo.es
@GustavoPardo18
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