El pasado sábado,
copresidí la graduación 2015 de Millennia Atlantic University (www.maufl.edu),
institución educativa acreditada estadounidense, basada en Miami, de la cual
soy Chancellor.
La ceremonia se
inició con la presentación de las banderas –la de Estados Unidos, la de Florida
y la de MAU- por parte de una escolta de cadetes de la Fuerza Área - seguida
del llamado “Juramento a la Lealtad” recitado con devoción por buena parte de
los presentes: “Yo prometo lealtad a la bandera de los Estados Unidos de
América….una nación bajo Dios, unida, con Libertad y Justicia para todos”.
Seguidamente el Himno “Barras y Estrellas” que mientras era interpretado
magistralmente, por uno de nuestros Estudiantes, recordé había enlazado con los
Himnos de todas las naciones de América cuando me correspondió dar el discurso
de los graduados en la Clase 2001 de la Escuela de Negocios de University of
Miami: “Amanece: no veis a la luz de la aurora, lo que tanto aclamamos la noche
al caer?”.
En esta
oportunidad, el discurso de los graduandos lo pronuncia la venezolana Jennifer
Certad, egresada previamente de la UNITEC, quien obtuvo dos menciones Suma Cum
Laude –culminó simultáneamente dos Maestrías- y un promedio perfecto de
4/4-. Junto con ella, 8 jóvenes
venezolanos más alcanzaron distinciones académicas, demostración cierta de la
calidad de la educación local y de lo mucho que pueden lograr nuestros
connacionales en cualquier parte del mundo.
Las palabras del
Presidente Maza Duerto y del orador invitado, Craig Sutherland, fueron
inspiradoras y destacando lo logrado por los graduandos, insistieron acerca de
los muchos retos que tenían por delante.
La entrega de los
Diplomas fue, como en cada graduación,
de emoción y alegrías por parte de los graduandos y orgullo de los
familiares que plenaron el auditorio. A medida que pasaban frente a nosotros
los nuevos Asociados, Bachelor´s Degree y Master, reflexionaba acerca de la
suma de esfuerzos y en varios casos de verdadera tenacidad–varios de los
venezolanos que caminaron se vieron en situaciones muy difíciles cuando hace ya
10 meses CADIVI les suspendió la asignación de divisas- que les permitió
concluir sus estudios universitarios. Especial admiración sentí por los venidos
del extranjero, a cursar en un idioma distinto al propio y en una cultura
diferente.
Tras el desfile
ceremonial de clausura y la foto conmemorativa, conversamos largamente con
Arístides Maza Tirado, Presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela, líder
empresarial, promotor entusiasta de la educación y quien ha sido factor
fundamental para la existencia de la UGMA, UNITEC y en la última década de MAU,
que en su conjunto albergan cerca de 30,000 estudiantes y egresan no menos de
4,000 profesionales cada año.
Maza confió, a
quienes le acompañábamos, que su Padre fue por siempre un convencido del papel
fundamental de la Educación. “Vivíamos en Aragua de Maturín” –recordó-, “éramos
una familia humilde en un pueblo pobre, donde la diferencia entre los pudientes
y los que no, se demostraba porque las casas de los primeros tenían techo de
zinc y suelo de cemento mientras que las otras eran de palma y tierra pisada”.
“Papá –continuó- siempre nos decía que si no se tenía un baúl lleno de
morocotas, el único camino era estudiar. Por eso cuando terminé sexto grado se
empeñó para que cursase bachillerato en Maturín y después a la Universidad. Así
hizo con mis hermanos y gracias a él todos somos hoy profesionales, gente de
bien, que con modestia podemos afirmar hemos alcanzado el éxito, aunque este
–precisó- no se logra hasta el último día de la vida porque en la existencia de
una persona lo relevante es el balance de lo logrado”.
En medio del
bullicio de los graduados, que se arremolinaban en el lobby del auditorio
haciéndose selfies y recibiendo felicitaciones, Maza prosiguió: “Cuando me
recibí de Abogado, sentí como esos muchachos que había logrado algo muy
importante, que lo había logrado yo, que era mi día de triunfo y que merecía el
reconocimiento que me brindaban. Tiempo después, reflexioné y concluí que no
estaba enteramente en lo cierto, que si bien tenía mis méritos el verdadero
mérito lo tenían mis Padres. Papá y Mamá, Puro y Emilia, eran los verdaderos
hacedores de ese diploma, de ese título que me cambió la vida”.
En cada una de
las varias graduaciones que presido al año, destaco el rol de los padres, de
los abuelos, de la familia toda, en el logro del diploma universitario de quien
egresa. Cuando intervengo, veo más allá de las filas de jóvenes de toga y
birrete hasta los asientos de los suyos y les felicito calurosamente porque, en
palabras de Maza, el mayor mérito es el de ellos. Sin el apoyo, sin el
respaldo, de Papá, de Mamá –que en muchos casos también es Papá- no ha sido, no
es, ni será posible, alcanzar la realización plena que el estudiar da.
Luis Eduardo Martínez Hidalgo
vicerrector.ugma.unitec@gmail.com
@rectorunitecve
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