El
papa Francisco
1) El cardenal
Quintero fue el primer cardenal venezolano. Fue nombrado arzobispo de
Caracas y posteriormente, cardenal por san Juan XXIII. Este santo fue declarado
beato por Benedicto XVI y santo por el papa Francisco. El cardenal Quintero
participó en 3 cónclaves. El primero fue en 1963, cuando fue electo papa, Juan
Bautista Montini, quien tomó el nombre de Pablo VI. Este papa fue beatificado
por el papa Francisco.
Su segundo cónclave fue en agosto de 1978. En este
cónclave, fue electo papa, Albino Luciani, quien tomó el nombre de Juan Pablo
I. El para entonces recién electo papa,
dijo: “no tengo ni la bondad de Juan XXIII, ni la sabiduría de Pablo
VI”.
Juan Pablo I fue el llamado “papa de la sonrisa”. Duró
33 días. Debo a esto, en 1978, tuvo que hacerse
un segundo cónclave, en el que también participó el cardenal Quintero.
Fue su tercero y último. Monseñor Alfonso Alfonzo Vaz, fue secretario del
cardenal José Quintero. Monseñor Alfonzo me contó que antes de partir a este
cónclave, el cardenal Quintero le dijo que en su opinión, la Iglesia no estaba
preparada para un papa no italiano.
Para dicho año 1978, hacían más de 400 años que no
había sido electo un papa no italiano. Sin embargo, el 16 de octubre de 1978,
fue electo papa Karol Józef Wojtyła, para
ese entonces, cardenal polaco, tomando
el nombre de Juan Pablo II. La cosa había llegado a tal grado de sorpresa y
batacazo, que poco antes de entrar al conclave, hasta el mismo cardenal Wojtyła, había declarado lo siguiente:
“Es
muy temprano para un papa polaco”.
Juan Pablo II fue beatificado el papa emérito
Benedicto XVI. El papa Francisco, canonizó
a los beatos Juan XXIII y Juan Pablo II, el domingo 27 de abril de 2014. Dicho
día coincidió con el segundo domingo de Pascua
y a la vez con la fiesta de la Divina Misericordia, siendo esta fiesta
instituida San Juan Pablo II, de acuerdo a los pedimentos de Nuestro Señor
Jesucristo a Santa Faustina Kowalska, quien nació en la aldea de Glogoviec,
en Swinice, Varckie, Polonia, el día 25 de agosto
de 1905. Esta santa murió el día 5 de octubre de 1938 y fue canonizada por Juan
Pablo II, el 30 de abril del 2000, año jubilar. Estamos hablando de la devoción
llamada “Jesús de la Misericordia”.
El Papa Francisco decretó
“el año santo de la misericordia”. Lo hizo en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
Dicho jubileo comenzará el 8 de diciembre del presente año, fecha de la fiesta
del dogma de la Inmaculada Concepción y
concluirá el 20 de noviembre de 2016, fecha de Jesucristo, rey del universo.
2) San Celestino
V renunció en 1294. Su nombre era Pietro Angeleri di Murrone. Este papa era un monje, que no
era cardenal cuando fue electo. Lo fueron a buscar, aceptó pero al poco tiempo
de tomar posesión, dijo:
“Yo de esto, no entiendo nada”.
Sin embargo,
en el poco tiempo que estuvo como papa, hizo algunas reformas, entre ellas
reformar la curia romana, tal cual está haciendo el papa Francisco actualmente.
San Celestino V nombró 12 cardenales, entre los cuales, había siete franceses y cinco
italianos (ninguno de ellos, era romano). Además, cinco de los nuevos
cardenales, eran monjes. Rápidamente, San Celestino V se ganó enemigos, en la
curia romana. Obviamente que los 5 nuevos cardenales monjes y el no
nombramiento de romanos como cardenales, tuvo que haber “pisado algunos
callos”.
Al no mucho tiempo, renunció, fue el 13 de diciembre de 1294, “por enfermedad, por falta
de conocimientos y para retornar a su vida de ermitaño”.
Su sucesor fue Benedicto Caetani, quien tomó el nombre de Bonifacio VIII. Éste temía que los napolitanos, que habían
estado contra su elección, consideraran a San Celestino V, como el legítimo
papa y por lo tanto, pudieran provocar un cisma. Por lo tanto, Bonifacio VIII
pretendió meterlo de vuelta en un convento, en Roma, debidamente vigilado. Es
decir: preso, aunque fuera en una suerte de jaula de oro, ya que la vida
conventual era lo que a San Celestino V, le gustaba pero éste se escapó de
Bonifacio VIII, ya que si bien a San Celestino V le gustaba el convento, pero
no por eso, le gustaba ser un preso de Bonifacio VIII y por lo tanto, se
refugió en su antiguo convento del Monte Morrone
pero Bonifacio VIII, lo quería a su lado, con el fin de tenerlo
directamente controlado, En consecuencia, San Celestino V pretendió huir a
Grecia pero la persecución de Bonifacio VIII fue implacable y logró que lo capturaran.
Por lo tanto, San Celestino V fue sometido a juicio, hecho preso en la torre del
castillo de Fumone, cerca de Anagni, donde murió el 19 de mayo de 1296,
luego de diez meses de prisión. Como habrá sido el sufrimiento de San
Celestino V y los méritos que ganó para el cielo, que fue canonizado el 5 de
mayo de 1313, por el papa Clemente V.
El papa Gregorio XII renunció en 1415.
Este papa no lo hizo por su propia voluntad sino
por decisión del “Concilio de
Constanza” y con la intención de poner fin al llamado “Cisma de Occidente”.
3)
Luego de la elección de un papa polaco, ya era humanamente predecible que su
sucesor, pudiera ser otro papa no italiano, como lo fue el cardenal Joseph Ratzinger,
quien tomó el nombre de Benedicto XVI. Es más, luego de la muerte de San Juan
Pablo II, el más “papabile” de todos los cardenales, era el cardenal Ratzinger. El cónclave
que eligió a Benedicto XVI, se efectuó el 19 de abril de 2005.
4) El 28 de febrero de 2013, el hoy papa
emérito, Benedicto XVI, decidió retirarse. Lo hizo en un acto formal con la
curia y en presencia de periodistas. Sucedió un
hecho muy curioso:
Benedicto XVI decidió hablar en latín.
Dijo que su renuncia se haría efectiva el 28 de febrero de ese mismo año, a las
8 de la noche. Ninguno de los periodistas presentes hablaba latín, salvo una
periodista española. El resto de los periodistas estaban totalmente en la luna,
no tenían ni la más remota idea que el papa estaba renunciando, hasta que la
periodista española, encendió las alarmas. Por ende, les mandó un mensaje de
texto a sus colegas que decía lo siguiente:
“El papa está renunciando”.
Independientemente de las renuncias de
San Celestino y Gregorio XII, la renuncia de Benedicto XVI, fue totalmente
libre.
El
mismo Benedicto XVI reconoció que había sido un acto libre:
“Por esta razón, y muy consciente de
la gravedad de este acto, con plena libertad declaro que renuncio al ministerio
de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me concedieron los cardenales el
19 de abril de 2005, de tal modo que…la Sede de San Pedro, estará vacante y se
convocará un cónclave que elegirá al nuevo Pontífice Supremo”.
La renuncia de Benedicto XVI, no fue por enfermedad
mental tales como demencia senil,
alzhéimer o arteriosclerosis, o por alguna dolencia física. El Padre
Lombardi aclaró que Su Santidad Benedicto XVI no estaba enfermo sino que
renunció por lo que el mismo Benedicto XVI reconoció:
“Tras haber examinado repetidamente mi conciencia ante Dios, he llegado a
la certeza de que mis fuerzas, dada mi avanzada edad, ya no se corresponden con
las de un adecuado ejercicio del ministerio petrino. Soy consciente de que este
ministerio, dada su naturaleza espiritual esencial, debe ser llevado a cabo no
sólo con palabras y hechos, sino también con oración y sufrimiento. Sin
embargo, en el mundo de hoy, sujeto a cambios tan rápidos y sacudido por
cuestiones de profunda relevancia para la vida de la fe, de cara a gobernar la
barca de San Pedro y difundir el Evangelio, son necesarias tanto la fortaleza
de mente como la del cuerpo, fuerza que en los últimos meses se ha deteriorado
hasta tal punto en mí, que he tenido que reconocer mi incapacidad para cumplir
adecuadamente el ministerio que se me confió”
Benedicto XVI, ya había asomado la posibilidad de la
renuncia, fue en el libro entrevista que fue publicado en el año 2010. La
entrevista se la hizo el periodista alemán Peter Seewald. El libro se llama “luz del mundo”. En dicho libro Peter
Seewald le pregunta a Benedicto XVI:
"Por lo tanto, ¿puede pensarse en una situación
en la que usted considere apropiada la renuncia de un papa?"
A lo que Benedicto XVI responde:
"Sí, si
un papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no
puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas
circunstancias también el deber de renunciar".
5) El Padre
Lombardi fue el “secretario de prensa” de Benedicto XVI. Este padre también lo
es del papa Francisco. Al igual que el padre Francisco, el padre Lombardi
también es jesuita. En su momento comentó que Benedicto XVI había tomado la
decisión de renunciar, luego de su viaje a México y Cuba. El Papa emérito
Benedicto XVI, pudo cumplir sus compromisos en ambos países con mucha
prestancia, responsabilidad y certeza, como todo lo que él hizo, pero luego de
ese viaje quedó físicamente agotado.
La renuncia de Benedicto XVI, abrió la puerta a que el
papa Francisco fuera papa. Antes de
dicha renuncia, solo Dios sabía que el cardenal Jorge Mario Bergoglio, sería
electo papa y tomaría el nombre de Francisco. Como una vez me dijo el Padre Cesáreo Gil Atrio:
“Dios sabe lo que hace”.
Este
santo sacerdote, fue junto con el Padre Hermógenes
Castaño, el que el año 1959, trajo “los Cursillos de Cristiandad” a
Venezuela.
Los detractores de Benedicto XVI, le deberían reconocer que sean cuales
fueren los errores que le atribuyen, por el solo hecho de la renuncia, tiene un
mayor valor de bien que todos los errores que según ellos, pudo haber cometido.
Benedicto XVI abrió paso y permitió la entrada de un Papa como Francisco, que
en sus dos años y pico de pontificado, le ha hecho un inmenso bien a la
Iglesia.
Obviamente que hay un cambio de estilo entre Benedicto
XVI y Francisco. Tal cual hubo entre el Venerable Pio XII y San Juan XXIII. A Pio XII y a San Juan XXIII, les tocó
épocas muy diferentes, tal cual a
Benedicto XVI y a Francisco. Y la época de Francisco es como
es: es decir, una época mucho mejor. Esto, gracias al carisma de Francisco ya
que como consecuencia de ello, se respira un nuevo aire fresco en la Iglesia,
pero esto es debido a que Benedicto XVI tuvo el tino, la sabiduría, la
inteligencia y la valentía de renunciar, de abrir paso. Es decir: de renunciar
porque reconoció que sus fuerzas no le daban para más.
6) Se pudiera
decir que luego de la elección del cardenal
Wojtyła como papa, se reabrió una puerta para la elección de un papa no
italiano. Se puede hablar que ocurrió una “revolución” dentro de la Iglesia,
que se vino a consolidar con la elección como papa, del cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien tomó el nombre de Francisco, quien coloquialmente
hablando, se puede decir que “rompió el molde”, ya que además de argentino, es
jesuita, siendo el primer papa jesuita y además que tomó el nombre de
“Francisco”, por San Francisco de Asís y no como mucha gente inicialmente pensó
que porque el papa Francisco es jesuita, el nombre de Francisco, lo había
debido de haber tomado por uno, o por los dos, de dos santos jesuitas, como lo
fueron San Francisco Javier,
misionero y co-patrono de las misiones, junto con Santa Teresita del Niño Jesús; o por San Francisco de Borja, tercer Padre General de la compañía de
Jesús; sucesor de San Ignacio en dicho cargo.
Por cierto, San Francisco de Borja, es bisnieto de Alejandro VI, Rodrigo Borja, a pesar de
sus muchos pecados, también fue papa. Fue también español, valenciano. Por
Alejandro VI, haber sido papa, es por lo tanto, antecesor del papa Francisco y
aunque Alejandro VI, cometió pecados horrendos, no por eso dejó de ser papa, legítimo sucesor de San Pedro, al igual que lo es, el
papa Francisco.
El hecho que un gran pecador como Alejandro VI, haya
sido papa, demuestra que Dios sabe sacar bienes mayores de los males que
permite. Siendo Dios bien infinito, Dios no puede cometer ningún mal, Dios solo
puede hacer el bien y de Dios solo puede salir el bien. En el Génesis, cuando
se habla de la creación, se dice: “Y vio Dios que era muy bueno”.
Dicho lo anterior, seguimos:
De los males que Dios permite, saca bienes mayores. El
bien que hizo San Francisco de Borja, fue muy superior a la sumatoria de todos
los males que cometió su bisabuelo, el papa Alejandro VI. Si no hubiera
existido Alejandro VI, tampoco hubiera existido su nieto, San Francisco de
Borja. Además, si la Iglesia Católica no desapareció por los espantosos pecados
del papa Alejandro VI, es porque una fuerza infinitamente divina y poderosa, la
sostuvo desde arriba, porque cualquier otra organización humana hubiera
desparecido de haber tenido una cabeza,
tan criminal, corrupta y lasciva, como fue la de Alejandro VI.
El libro “El Decamerón”, fue escrito por Giovanni Boccaccio.
Dicho libro está constituido por cien capítulos, algunos de ellos cuentos y
otras novelas cortas. En la novela segunda, el judío Abraham es animado
por Giannotto de Civigní para
ir a Roma y
a la vez le advierte de la gran corrupción y maldad que encontrará en la
capital de la cristiandad. Sin embargo, Abraham se convierte al catolicismo, porque
se da cuenta de que, si a pesar de toda la horrenda corrupción que vio en
Roma, si la Iglesia Católica no desapareció es porque tiene que ser que
necesariamente, la fuerza de Dios
que viene de lo alto, tiene que sostenerla desde arriba y
que a la vez, impide que naufrague. Esto a pesar de tantas
humanas debilidades, tal como por ejemplo, la que aconteció con Alejandro VI,
ya que cualquier otra institución no hubiera podido haber soportado tanta
corrupción y podredumbre, sin haber desaparecido.
7) Veamos con
lupa, el caso de San Francisco de Borja (1510-1572)
De niño, su familia lo mandó a la corte
del emperador Carlos V, en la que se destacó.
Contrajo matrimonio con doña Leonor de Castro, camarera mayor
de la emperatriz Isabel.
Llegó a ser «gran privado» del emperador,
Caballerizo de la Emperatriz, duque de Gandía y virrey de Cataluña.
Sin embargo, este noble tuvo un gran
choque en su vida:
En 1539, le tocó escoltar el cuerpo de la emperatriz,
Isabel de Portugal, esposa de Carlos V, desde Toledo donde había fallecido a la
tumba que le tenían preparada, en Granada. En consecuencia, en Toledo, tuvo que
sellar la tumba de una de las reinas más hermosas jamás vistas y reabrirla al
llegar a Granada, como en efecto hizo. Reabrió
la tumba y vio el cadáver tan pero descompuesto, que según dijera el propio
Francisco de Borja, el cadáver estaba "irreconocible" y ante aquel
trauma decidió que “nunca
más serviré a un señor que se me pueda morir".
En efecto, en
1546, su esposa Leonor murió y Francisco decidió entrar en la
Compañía de Jesús, pero San Ignacio le exigió que antes de entrar, tenía que
dejar arreglados sus asuntos terrenales. En consecuencia, renunció a sus
títulos en favor de su primogénito, Carlos. Quedando libre de ataduras
mundanas, se le ofreció el título de cardenal, lo cual rechazó, prefiriendo la
vida de jesuita como “predicador itinerante”, pasando de virrey/duque, a vivir
una muy austera.
Fue el tercer “Superior General de
los jesuitas”. "¿De
qué le sirve al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?", le repetía
San Ignacio (Marcos 8: 36)
Francisco de Borja fue canonizado en 1671,
por el papa Clemente X.
7) En futuras
entregas sobre el papa Francisco, veremos cómo ha sido la influencia de San
Francisco de Asís, en el papa Francisco. Por
ejemplo, la actual encíclica “Laudato
Si’” (“Alabado seas”).
El fundador del
ecologismo, fue San Francisco de Asís. Desconozco si los ecologistas, tienen o
no patrono, pero si no lo tienen, con todo respeto y devoción al papa
Francisco, le sugerimos que debería de nombrar a San Francisco de Asís.
No olvidemos del “cántico
de las criaturas”, de este portento de
santo, aquello de “hermano sol, hermana luna, hermana tierra, hermana agua”,
etc. Tampoco podemos olvidar la leyenda del lobo de Gubbio, que el poeta
nicaragüense, Rubén Darío, premio nobel de literatura, llevó a poesía, en su
muy famoso poema “los motivos del lobo”.
En esta leyenda, San
Francisco logra amansar al “hermano lobo”.
San Francisco de Asís, no
se quedó solamente en la ecología. Este santo partió que la naturaleza, es obra
de Dios y que por lo tanto, es un regalo de Dios a la humanidad y que por lo
tanto, hay que cuidarla, amarla, protegerla, defenderla. Como antes, citamos
otra vez el Génesis:
“Hagamos al hombre a nuestra imagen y nuestra
semejanza, para que domine sobre los peces del
mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de
la tierra y sobre cuantos animales se muevan sobre ella.” (Genésis 1,27)
“Dios
formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y
resultó el hombre un ser viviente” (Genésis 2,7).
31. Dios
vio que todo cuanto había hecho era muy bueno. Y atardeció y amaneció: fue el día Sexto
(Genésis 1,31).
Veamos por ejemplo, la
fidelidad de los perros. Los perros son criaturas de Dios. La incondicionalidad
fidelidad de los perros hacia los humanos, que nunca falla, refleja la
fidelidad de Dios hacia los humanos, que nunca falla. No olvido nunca cuando en
una visita a Londres, al pasar en el autobús cerca del cementerio, el guía
turístico nos comentó una lápida que puso una señora, que decía lo siguiente:
“A mi perro, que me ha sido más fiel que mis tres
maridos”.
La encíclica “Laudato
Si’” (“Alabado seas”), no es
solamente un documento ecológico, es además, una reflexión espiritual. Parte de
“la casa común”, es decir, los bienes comunes que Dios nos da, que debemos
cuidar, tal cual nos enseñó San Francisco de Asís. De aquí, el papa Francisco
nos propone 5 puntos para reflexionar:
1) Ser agradecido y
practicar la gratuidad.
2) Educar
en los diversos ámbitos.
3) Destierro del
consumismo compulsivo:
4) Olvido del egoísmo:
5) Conversión
interior.
El papa Francisco tomó el
nombre de Francisco, no solo por la ecología sino también por otras razones que
veremos más adelante.
8) Con el
cardenal Bergoglio, se dio el caso que ya era “papabile”. Entre los pronósticos
y apuestas, ya sonaba el cardenal Bergoglio, como eventual papa. El 13 de marzo
de 2013, el cardenal Bergoglio fue
electo papa. Sucedió durante el segundo día del cónclave, en la quinta
votación, por 115 cardenales. Y desde el llamado “Balcón de San Pedro”, en su
coloquial estilo: directo, franco, sincero y hasta simpático, el recién electo
papa Francisco, dijo lo siguiente:
“Mis
fraternales hermanos los cardenales, fueron hasta el fin del mundo para elegir
a un nuevo papa”.
Al ser
electo, San Juan Pablo II, dijo lo siguiente: “vengo de un país lejano”.
Como se
desprende de ambas frases, Francisco tiene muchas similitudes con San Juan
Pablo II y también con otros santos papas, tales como con San Juan XXIII.
La elección
del cardenal Bergoglio, no fue un batacazo, como sí lo fue la elección de Karol
Wojtyła, el 16 de octubre de 1978.
Hay algunos rumores que dicen que el cardenal Bergoglio llegó de segundo en el
cónclave que eligió a Benedicto XVI. Pero estos son rumores. Si fue cierto, de
repente pudo haber influido en el cónclave que eligió a Francisco papa, en 2013
9) El papa
Francisco es sin duda, un papa sumamente carismático. Se ha conectado
directamente con mucha gente. Tiene un lenguaje claro, directo, franco,
trasparente, sincero, auténtico. El papa Francisco es genuino. En este momento,
se ha convertido en una referencia y en conciencia moral, de toda la humanidad,
en este convulsionado momento histórico.
Bien se
pudiera definir a Francisco, como “el papa de los niños”, por lo bien que a
ejemplo de Jesucristo, recibe a los niños:
“En aquel tiempo presentaron a Jesús unos
niños para que los tocara; pero los discípulos les reñían. Pero Jesús, al ver
esto, se enfadó y les dijo: «Dejad que los niños vengan a mí, no se lo
impidáis, porque de los que son como éstos es el Reino de Dios. Yo os aseguro:
el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en él» Y abrazaba a los
niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos. Evangelio según san Marcos 10, 13-16
Una de las
virtudes más importantes que puede lograr tener una persona es ser la persona
que verdaderamente es. Para bien o para mal, pero ser uno mismo.
El
papa Francisco es el papa Francisco. Eso lo consideramos una gran
virtud. Sin embargo, el papa Francisco ha sido muy distorsionado y sacado de
contexto. Como bien dice el periodista
católico, el gran Pepe Alonso, un texto fuera de contexto, es un pretexto. Una
cosa es lo que dijo el papa Francisco y otra es lo que dicen que dijo el papa
Francisco. Por ejemplo:
Hay quien dice que el papa Francisco dijo que el
papa francisco dijo que el infierno no existe. Falso. El papa Francisco nunca
dijo esto. Como veremos en sucesivas entregas, el papa Francisco ha hecho
hincapié en la existencia del diablo. Una de las grandes astucias del diablo es
hacer creer que no existe. Para que exista un diablo, tiene que existir un
infierno. El diablo estuvo en el cielo, antes que se rebelara contra Dios. El
lugar al que está destinado el diablo, es el infierno, así está muy
especificado y profetizado, en el libro del Apocalipsis.
El beato Pablo
VI, antecesor del papa Francisco dijo lo siguiente:
“Per rimas
fumus intravit autem Satanás in templo Dei”. “A través de alguna grieta,
ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios”.
El papa
Francisco ha dicho cosas como estas:
“El diablo no
es un mito y debemos combatirlo”
“El diablo
existe y hay que luchar contra él”.
“No
soy anticuado, el diablo también está en el siglo XXI”.
“El diablo castiga a México porque ahí se apareció
la Virgen”.
“El
demonio no le perdona a México que la Virgen de Guadalupe, haya mostrado ahí a
su hijo”
La falacia
que dice que el papa Francisco dijo que el diablo no existía, se basa en otra
falacia que dice que el papa emérito Benedicto XVI, suprimió el limbo. El limbo
no está en la Biblia. El limbo es un invento de San Agustín. Lo que Benedicto
XVI hizo fue declarar que el limbo no existía. Si hubiera existido, Benedicto
XVI no lo hubiera podido haber eliminado; simplemente declaró que no existía.
El papa Francisco jamás ha dicho que el infierno no existe. Es imposible que
hubiera dijera tal cosa.
10) En sucesivas entregas, aclararemos que el papa
Francisco no es comunista. No es ningún papa rojo, como algunos han dicho. El
papa Francisco no cree en “la teología de la liberación”, como otros han dicho.
El papa Francisco sigue la doctrina social de la Iglesia. No es lo mismo la
doctrina social de la Iglesia, que la teología de la liberación. A partir de
León XIII, comienza el compendio de la doctrina social de la Iglesia, que no la
inventó León XIII. La doctrina social de la Iglesia está en la Sagrada Biblia,
tanto en el Nuevo, como en el Antiguo Testamento. León XIII lo que hizo fue
comenzar lo que pudiéramos llamar su codificación.
El papa
Francisco, Tampoco ha autorizado la comunión de los divorciados y vueltos a
casar, como otros han pretendido hacer creer. Tampoco ha bendecido los llamados
“matrimonio gays” y la consecuente adopción. Una cosa es que haya reconocido a
los homosexuales, como hijos de Dios, que son seres humanos, que Jesucristo
derramó su sangre por la remisión de los pecados de todos: heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, etc,
y que también haya dicho que hay que respetar a los homosexuales y que no deben
ser objeto de discriminación (cuestión que ya dijo el Catecismo Universal de la
Iglesia Católica); y otra es que supuestamente haya bendecido las llamadas
“bodas gays”, que no las bendijo y la correspondiente adopción de “dos padres”
o “dos madres”,
que tampoco bendijo.
que tampoco bendijo.
Tampoco
aprobó la reciente sentencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos de
América, de todos conocida. Dicha sentencia fue ampliamente cuestionada por la
Conferencia Episcopal Norteamericana y no olvidemos que los obispos están en
comunión con el papa. Si dejaran de estar, caerían en cisma, tal cual cayeron,
por ejemplo, Lutero y el rey Enrique VIII de Inglaterra, que se separaron de
sus respectivos papas. Todo lo que en este campo, el papa Francisco, se limitó
a decir fue lo siguiente:
“Si una
persona tiene una tendencia homosexual y sincera y honestamente busca a Dios,
¿quién soy yo para juzgarlo?
Nótese que
ni siquiera dijo “homosexual” sino de una “tendencia homosexual”.
Tampoco dijo
que aceptaba el divorcio:
”Lo que Dios ha unido, no lo separe el
hombre” (Marcos 10,2-16) y “lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6)
La indisolubilidad matrimonial
está en El Evangelio, lo dijo Jesucristo:
”Lo que Dios ha unido, no lo separe el
hombre” (Marcos 10,2-16) y “lo que Dios unió, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6)
La
Iglesia no puede cambiar el Evangelio. El Evangelio es de derecho divino y el
derecho divino no lo puede cambiar ni el Papa.
Esto también lo dice el Código de Derecho Canónico:
“El
matrimonio no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa,
fuera de la muerte” (Código de Derecho Canónico, canon
1141).
Ahora bien,
la Iglesia, en ciertos casos, acepta la separación de cuerpos. En el mismo
Código de Derecho Canónico, la Iglesia establece el procedimiento de la
separación de cuerpos y en ciertos
casos, los tribunales eclesiásticos así lo han decretado.
Otra cuestión
son los llamados juicios de declaratoria de nulidad matrimoniales. No se trata
de anular un determinado matrimonio, sino que declarara nulo, cuando se dan
determinadas causales. En esos casos, la Iglesia Católica declara que no hubo
matrimonio. Tanto el papa Francisco, como sus predecesores, se han preocupado
porque dichos procesos se agilicen. En caso que una determinada declaratoria de
nulidad fuere exitosa, la persona
beneficiada se puede volver a casar por la Iglesia, siempre y cuando, la
contraparte no tenga un determinado impedimento que le impida casarse por la
Iglesia.
El que el
papa Francisco haya sido comprensivo, misericordioso, no exclusivo y más bien
incluyente, con los divorciados, no quiere decir que les haya dicho que se
vuelvan vuelto a casar solo por lo civil.
En
posteriores entregas, profundizaremos todo estos casos en los que obviamente,
se ve que han distorsionado y sacado de contexto, al muy querido papa
Francisco.
Veremos
también como francisco, es un papa profundamente mariano. EN su reciente viaje
por Ecuador, Bolivia y Paraguay, siempre terminaba sus alocuciones, diciendo lo
siguiente:
“Hay que
despedirse de la Señora”. Y a continuación, invitaba a rezar un Ave María o una
Salve
El papa
Francisco nos exhorta a que seamos solidarios, a que nos cuidemos, los unos a
los otros.
El papa
Francisco no dice otra cosa que lo siguiente, que está en la Sagrada Biblia:
“Frater
qui adjuvatur a fratre quasi civitas firma”.
“El hermano ayudado por su hermano es tan fuerte como una ciudad
amurallada”. Versículo 19, capítulo XVIII, del libro de los Proverbios
(la solidaridad, el socorro y la ayuda entre todos, es un principio de la
doctrina social de la Iglesia).
Vamos a
terminar esta primera entrega con las palabras del papa Francisco:
“Por favor, no se olviden de rezar por mí”.
Luis Alberto Machado Sanz
machadosanz@yahoo.com
@caballitonoble
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