viernes, 3 de julio de 2015

JUAN JOSÉ MONSANT ARISTIMUÑO, EL CAPITÁN BOLÍVAR

Había dejado pasar como uno de los tantos pases de facturas entre bandas gubernamentales, la extradición desde Barranquilla del ”Capitán Bolívar”, donde vivía desde hacía un año en una zona exclusiva, rodeado de autos de lujo, tarjetas platinadas, cuentas bancarias abultadas, jovencitas suntuosas, y tenido como un inversionista venezolano, ex piloto militar que dejó su país cansado de tanta inestabilidad.
Un caso más, me dije, de los tantos a los que estamos acostumbrados de violaciones, arbitrariedades, asesinatos, fugas, pranes, delaciones, exilios, drogas, rupturas de relaciones, secuestros. Del malandraje institucional, pues, que nos ha colocado en el muy  exclusivo club de Estados Forajidos, como los define el Derecho y la doctrina internacionales.
Algo llamó la atención que me detuvo en el caso Yonny Bolívar, “el Capitán”, mas conocido como el asesino de Adriana Urquiola, la periodista  interprete de señas de Venevisión, que cayó bajo una bala durante una manifestación de la oposición el pasado y cruento 2014.  Según Bolívar fue sin intensión, pues disparó al aire para dispersar la multitud; allí también cayó, nunca llegó a ver luz, el hijo que llevaba en gestación, y herida con la misma arma, otra joven manifestante por la vuelta a la democracia y el respeto a los derechos humanos Lo que atrapó mi atención fue la aparición de la enigmática Eva Golinger, al denunciar que Yonny Bolívar había intentado abusar de ella.
Fue una sucesión de casualidades. Por allá en el 2002 se bajo de un Porsche pistola en mano, y en pleno trafico caraqueño amenazó a un taxista con dispararle; lo detuvieron y lo soltaron. Luego apareció en Barquisimeto, se mimetizó con los jóvenes del lugar, se relacionó, compró autos y una residencia al este de la ciudad, a la que invitaba en forma dadivosa; eso, a los 28 años. Todo era un teatro, las relaciones y bonhomía las utilizaba para conocer datos de  secuestrables. Desapareció un tiempo para reaparecer en el 2004 en la cárcel de Uribana, al ser capturado por el secuestro del empresario Pastor Gudiño. Allí terminó como el pran de los pranes, y sindicado como el autor de la  masacre de Uribana, degollamientos de por medio de varios reclusos, lo cual niega. Se relacionó con Iris Varela, y al año estaba fuera de la cárcel por buena conducta. Tras de sí había acumulado delitos de cuidado, porte de armas de guerra, uniformes militares, secuestros, drogas, falsificación de identidad, pero siempre salía libre. Cuando disparó a la multitud y fuere inquirido, mostró una credencial policial. Llegó a portar identidades auténticas de todos los organismos de seguridad, y pasaporte oficial.
A su llegada, luego de su deportación, el Ministro del Interior bajó a Maiquetía. El dice que es hijo de un militar fallecido al inicio de la dictadura; que está protegido. Hay quienes señalan a Rangel, otros a Cabello, uno no sabe. La pregunta es ¿quién, por qué y para qué se protege desde el gobierno a este ciudadano con tal prontuario, que entra y sale de prisiones, porta armas, credenciales y mucho, mucho dinero?
Juan Jose Monsant Aristimuño
jjmonsant@gmail.com
@jjmonsant

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.