lunes, 27 de julio de 2015

EUGENIO MONTORO, EL MUNDO SIN PATRIA

Usualmente el término revolución se ha asociado a grandes cambios de algún tipo que conllevan un cambio social. Por ejemplo la revolución industrial con sus altos volúmenes de producción puso al alcance de muchos lo que hasta entonces eran solo asuntos palaciegos. Ropa de bonitos colores, platos y cubiertos, perfumes, alfombras, muebles y millones de otras cosas que a precios bajos abandonaron la realeza y cambiaron el mundo para siempre.
         
Pero el solo uso de la palabra no garantiza su éxito. La revolución comunista que se trata de instalar en Venezuela es, por decir lo menos, la burrada más ineficiente que hemos conocido cuyos logros campean desde la mayor inflación del planeta y el mayor número de asesinatos hasta las menudencias de que Chávez animó a los Guyaneses a utilizar el Esequibo y su sucesor descubre, con horror, que los vecinos si que le hicieron caso.
Apartando por un momento nuestras miserias, se ha venido desarrollando una revolución  inmensa que abarca toda la tierra basada en la tecnología de comunicación y procesamiento de información que explica el paulatino cambio social que ya es evidente. Hasta los mayores hemos tenido que apurar el paso para aprender lo esencial del manejo de un teléfono celular y algo de computación como el correo electrónico, archivos y buscadores.
Los jóvenes sin embargo han nacido en ese mundo que promueve, sin decirlo, nuevas visiones, nuevos valores, nuevas formas de vivir.
Por ejemplo, los viejos conceptos de territorios limitados chocan cada día más con las nuevas ideas de territorios sin fronteras. Hablar vía Skipe con el amigo en Tailandia o la amiga de Rumania hace que todos estos países adquieran una nueva dimensión de cercanía.
Aquellas noticias  escritas en puño y letra que viajaban al capricho del viento preñando las velas del barco, viajan ahora casi al instante y en varias versiones y opiniones. La erupción de un volcán en Chile o el conflicto en Ucrania se vuelven noticias tan cercanas como si fueran de nuestra vecindad.
         Pero tal vez lo más importante de esta revolución es su capacidad de enfrentar la inmensidad numérica de habitantes, su enorme extensión geográfica y sus graves problemas cuidando y conservando, al mismo tiempo, la importancia del individuo. Cada individuo como único y además poderoso como nunca.
Mala cosa para los comunistas que privilegian al colectivo sobre el individuo. Quizás sea eso lo que terminará de destruirlo.
Así que la arenga de “no tenemos papel tualé pero tenemos Patria” suena a tan pasado de moda como un Ford T. Los jóvenes ya no comen ese tipo de pendejadas porque cada uno es ahora un individuo libre pensador y un gobierno mentira fresca es incapaz de engañarlos.
Las próximas elecciones serán el triunfo de los individuos. No es la indefinida idea comunista de “el pueblo” la que vencerá. Vencerá cada venezolano como individuo irrepetible
Eugenio Montoro
montoroe@yahoo.es
@yugemoto67

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.