Gordura: Grasa de más que impide que algunos sean felices, que acompleja a otros y hace sentir importante al resto. Anónimo
Somos
un país de gordos, no por naturaleza sino por necesidad. Evidentemente las necesidades son distintas
en función de quien las experimenta. No es lo mismo lo requerido por un
bolichico, por un enchufado, por un ministro del Proceso Revolucionario o por
un alto ejecutivo de las quebradas empresas confiscadas, que aquella
experimentada por el común de la gente, el pueblo llano, la menguada clase
media que trabaja y paga impuestos para que nuestros gobernantes y sus
allegados coman más y mejor.
Un
alto personero del gobierno, un boliburgués, demanda una nutrición que debe
estar a la altura de su dignidad y jerarquía. Por eso es totalmente
comprensible que, en sus viajes de trabajo o de negocios al exterior, se alojen
en los mejores hoteles cinco estrellas del mundo y yanten en los restaurantes
tres estrellas Michelin. Entiende uno la necesidad de que nuestros gobernantes
bolivarianos y su masivo séquito de funcionarios y familiares estén a la altura
de las circunstancias que la representación del Pueblo soberano les impone a
nuestros nuevos libertadores del siglo XXI.
No
debemos extrañarnos por el abultado monto de las facturas de nuestros
gobernantes en el exterior que pagan – con cargo a la Tesorería Nacional
boyante de divisas- con sus tarjetas corporativas de platino de los más
importantes bancos capitalistas, No creamos
que la langosta, el caviar, el foie gras,
el lomito Wellington, las angulas,
el besugo o el lenguado regados con afamados vinos de la Côte de Beaune
o de la Ribera del Duero, el champán para los postres flambeados, precedido
todo de generosas dosis de escocés mayor de edad , no son cualquier concha de
ajo, recordemos que no hay free lunch.
Por
esa razón es que los vemos robustos, gordos, rozagantes, satisfechos,
barrigones, rollizos, con los carrillos hinchados y con las ganas de volver a
prestarle servicios a la Patria socialista en cualquier restorán del Imperio,
de la odiada España o del resto del Espacio Schengen. Como vemos son obesos por
imperiosa necesidad patriótica y soberana.
El
resto de los súbditos bolivarianos es obeso también por necesidad de
sobrevivencia. Como no pueden - por sus
altos precios, los menguados salarios y la galopante inflación - consumir
proteínas provenientes de la carne de res, del pollo o del pescado, ni los
nutrientes de los granos, cereales, frutas, vegetales, y mucho menos de la
leche o del queso, se ven obligados entonces a alimentarse exclusivamente y por
imperiosa necesidad de carbohidratos léase pasta, pronúnciese arroz, denomínese
Harina PAN. Obesos también están para preocupación de la OMS, porque a nuestros
gobernantes lo mismo le da, ya que no hacen colas en los supermercados ni
tienen que recurrir a los astutos y crecientes bachaqueros… Hechos en
Socialismo.
Enrique
Viloria Vera
viloria.enrique@gmail.com
@EViloriaV
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