martes, 2 de junio de 2015

SAÚL GODOY GÓMEZ, PARAÍSO Y PODER,

Se trata de uno de los libros más importantes que he leído últimamente sobre ciencias políticas, un libro corto (157 páginas) pero brillantemente escrito por uno de los analistas políticos más influyentes en Washington, su nombre es Robert Kagan y el subtítulo que le dio a su obra es, América y Europa en el Nuevo Orden Mundial.

De paraíso y poder (Vintage Books, 2004, New York) es el reclamo justo y sustentado que hace este estudioso a las políticas antiguerreristas y antimilitaristas que actualmente predominan en Europa, en el marco de su unidad, y que han desembocado en una postración y un retraso injustificable en las capacidades de defensa del continente europeo.
Kagan va directamente al grano al señalar que Europa se durmió contando con el apoyo militar norteamericano, y en vez de hacer las inversiones necesarias para fortalecer su músculo militar, se hicieron los locos y prefirieron canalizar esos recursos en sus propias economías y para su desarrollo, contando, que su aliado natural, los EEUU, estaría siempre allí, brindándoles apoyo cuando lo necesitaran.
Las cifras son elocuentes, nos refiere Kagan: "Fue una cosa para Europa en la década de 1990 el tratar de incrementar sus gastos colectivos en defensa de $150 billones a $180 billones cuando Estados Unidos estaba gastando $280 billones.  Pero ahora que  Estados Unidos se enrumba a gastar hasta $400 billones por año, y quizás más. Europa no tiene ni la menor intención de hacer algo al respecto".


Francia e Inglaterra son los países con las mayores fuerzas militares, y las más adelantadas en el continente, pero ninguno de ellos tienen la capacidad de poder sostener un frente de guerra por mucho tiempo fuera de sus fronteras, menos todavía de atender múltiples conflictos al mismo tiempo.
La tesis de Kagan es que desde la II Guerra Mundial, Europa "se las echó al hombro" como se diría coloquialmente en nuestro patio, prefirió con mucho desarrollar una política de contención pacífica, de negociación, de someterse y someter a sus contrincante a las leyes internacionales que disponer de ejércitos con fuerzas de reacción rápida, con capacidades de movilización global y de logísticas para mantener fuerzas operando lejos de sus bases, que es justamente, lo que se necesita hoy en día para atender las amenazas y peligros que se ciernen sobre Occidente.
Europa, bajo esta doctrina de enfrentar a sus enemigos con propuestas de paz y negociaciones no puede ni defenderse a sí misma, y el conflicto en los Balcanes fue un claro ejemplo de ello.
Para refrescar un poco aquel episodio recurro al excelente libro de Daniel Schorr, Come to think of it, una recopilación de sus mejores trabajos como periodista de la CBS, que cubrió aquellos eventos, nos dice Schorr: “Remendada de las ruinas de los imperios después de la I Guerra Mundial, Yugoslavia se separa en la II Guerra Mundial.  Serbios y croatas, divididos por un lenguaje común y una no tan común hostilidad, se mataron entre ellos por miles.  Vueltos a pegar por la ideología comunista y la fuerte personalidad del Mariscal Tito, la federación de nuevo está rompiéndose en el paroxismo de pasiones étnicas… el fiero Slodoban Milosevic, jefe regional del Partido Comunista Serbio va montado sobre un tigre de odio tribal del que ya no se puede desmontar… Croacia y Eslovenia las más avanzadas de las repúblicas tratan de saltar del barco que se hunde hacia la Europa Occidental.  Los serbios, con reclamos de haber sido explotados y dejados atrás, estallan.  Ahora demandan el 40% de Croacia donde viven los serbios y un lugar bajo el sol en el Adriático.  Pendientes sólo de la situación interna, rechazan la pacificación que propone la Comunidad Europea,  Listos para resolverlo peleando, cuentan con el soporte del ejército federal que es en su mayor parte Serbio.  Es la prescripción para el desastre…  La inminente catástrofe del desmembramiento asusta de primero a los europeos, con el prospecto de una ola de refugiados por la guerra civil; luego, por la posibilidad que países vecinos con vínculos a las minorías en Yugoslavia puedan ser atraídas al proceso que amenaza, y finalmente, con la preocupación del ejemplo que se le daría a otros separatistas en Europa.”
Esto lo escribió Schorr, en 5 de Agosto de 1991, cuando los EEUU no habían entrado en el conflicto.
Kosovo y Bosnia fue un escenario conflictivo en que la doctrina militar norteamericana entró en curso de colisión con la europea, se cruzaron los cables, se contradijeron las agendas, la falta de claridad en cuanto a doctrina puso en enorme riesgo operaciones y resultados, a pesar de que los norteamericanos no tenían claramente una amenaza a sus intereses, actuaron, porque deseaban detener el genocidio y la limpieza étnica, el interés general que los impulsó a actuar era preservar los vínculos con sus aliados europeos.
Cada decisión militar de las fuerzas norteamericanas para vencer al régimen de Milosevic, era empantanada por una serie de consideraciones legalistas y de cumplimiento de los extremos diplomáticos, por parte de los aliados europeos, que hacían casi imposible poner final al conflicto y llevar la paz y el orden a la región.
El colmo de la situación para Kagan, es que en el escenario de los Balcanes y posteriormente en Iraq, Afganistán, Libia, Corea del Norte, Irán, la posición europea empezó a crear un ambiente de crítica y hasta de reclamo en contra de las intervenciones norteamericanas, haciendo que la relación de aliados se debilitara.
Esto hizo que Washington empezara a revisar su papel en la OTAN, cada vez que EEUU pedía ayuda a sus aliados para ir juntos a resolver un conflicto, los europeos buscaban cualquier excusa en el derecho internacional para no involucrarse o esperar por resoluciones de la ONU para enviar asistencia militar.
Kagan no se hace falsas ilusiones, con razones históricas, políticas y económicas este analista explica porque Europa ha asumido el papel de poder de segundo orden en el mundo, tratando de ocultar su impotencia y debilidad detrás de una política que intenta ser global, donde imperan las leyes internacionales, sus instituciones, los tratados comerciales, las negociaciones de alto nivel, dejándole el papel de "Sheriff del mundo" a EEUU, país este, que es visto por sus aliados como un vaquero, con ganas de resolver todos los problemas al estilo O.K. Corral.
Craso error, advierte Kagan, quien ve el futuro inmediato del mundo lleno de peligros reales e inminentes, de gobiernos forajidos que no creen en la ley ni en las negociaciones, de grupos de fanáticos que la única manera de enfrentarlos es con la fuerza de las armas y la acción que determina la victoria en los campos de Marte. 
A  EEUU le gustaría contar con aliados y socios que garantizaran un mundo mejor y en paz, pero como van las cosas, en presencia de una crisis económica en ciernes para Europa, donde lo que priva es mantener los privilegios de una abundancia ficticia, lo que hay en perspectivas es la actuación de EEUU de manera unilateral y sin apoyo, al momento de detener la barbarie y el terrorismo.  -  
Saul Godoy Gomez
saulgodoy@gmail.com
@godoy_saul

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