Diciembre de 1997, mi esposa llora
inconsolablemente, yo, con un nudo en la garganta trataba de calmarla, aunque
me daba cuenta de que la misma situación se repetía entre la multitud a nuestro
alrededor.
Yo insistía en consolarla, recordándole que
no era una sorpresa lo que acabábamos de ver, ya sabíamos lo que ocurriría.
Ella, entre sollozos me decía:
.- Yo esperaba otro final…
Inevitablemente, los seres humanos, siempre
esperamos un final feliz. De hecho, por más pesimista que seamos, en nuestro
interior mantenemos la llama de la esperanza, aspiramos a que ese final, sea de
verdad final.
Ese diciembre de 1997, no era una excepción,
no había habido un final feliz, ese día nuevamente la Orquesta se había vuelto
a hundir con el poderoso trasatlántico y Leonardo di Caprio se soltaba de la
mano de su amada, para hundirse en las oscuras y gélidas aguas del atlántico
norte, dando fin al nuevo drama de una vieja tragedia, en la magistral obra de
James Cameron, TITANIC.
Debo reconocer que fue el tipo de película de
la cual, particularmente, salgo hablando de la fotografía, las actuaciones, los
vestidos y hasta del valor histórico… no es de mi gusto… no me gustan los
dramas.
Aunque enamorado del cine, no hay nada que
deteste más que un “Verdadero Drama de la Vida Real”, es que para mí, leer o
ver una historia de la cual conozco el final, no tiene emoción alguna.
La misma escena se repetiría con el drama
Apollo 13, la mirada nostálgica de un Tom Hank que se alejaba de su sueño de
llegar a la luna, destrozó una vez más su empático corazón. “¿Si tu sabías por
qué no me dijiste?”, me retaba con visible molestia. En ese momento lo supe, es
de las que leen el final antes que el libro.
No puedo culparla, al ser humano no le gusta
los malos finales, si hasta el cine se dio cuenta de esto y siempre dejan,
finales alternos o una rendija de posibilidad de que “la cosa no queda ahí”,
hasta las películas de terror nos abre los ojos del villano con sorpresa al
final para decirnos “esto no queda aquí”…
Es este sentimiento el que mantuvo vivo a
Pedro Infante después de su accidente, más de un mexicano confiaba en que
simplemente la estrella quiso desaparecer, pero morir jamás. Generaciones
posteriores dirían exactamente lo mismo del Rey, Elvis Presley y más
recientemente del ahora convertido en leyenda Paul Walker, estrella de la
exitosa saga cinematográfica, Rapido y Furioso, caído en desgracia por “rápido
y furioso”.
Todas estas historias poseen un denominador
común, son tragedias, sabemos de las tragedias, conocemos sus efectos, sus
consecuencias, hasta los hechos, pero muy pocos conocen su origen.
Yo he llamado a esto “Visión de Tubo”.
Recientemente leía un tweet inquietante,
“Carnicero del Central Madeirense, ataca con cuchillo a un cliente”,
efectivamente, el video muestra al furibundo carnicero correr hacia el cliente
que huye despavorido, mientras la gente a su alrededor hace lo mismo, ante la
envestida del “Carnicero Asesino”. Nadie se enteró, ni filmó los actos que
desencadenaron, tan lamentable y reprochable hecho. Nadie habló sobre la
empleada golpeada por el cliente, al éste lanzar un objeto contundente, nadie
comentó acerca del botellón de refresco que lanzó contra el personal de
carnicería, ni se habla de los ánimos de los clientes en una kilométrica cola
para comprar carne regulada, ni de las horas empleadas para hacer esa cola, o
la presión sobre el personal del automercado, los cuales la mayoría de veces
son acusados como los culpables de la situación, cuando en verdad son víctimas
de la misma.
Pon el ojo en un tubo… y solo podrás mirar el
video…
En días reciente, hemos visto diferentes
protestas en la ciudad capital, Caracas, por diferentes razones, un grupo de
“Camioneteros” trancan unas calles, porque le mataron “OTRO” compañero; en otra
zona se tranca otra calle, “NO SOMOS CAMELLOS” dice una de las pancartas, hace
varios días que no llega agua; otros salen por falta de Luz; otros porque el
Servicio de Aseo, hace más de 15 días que no pasa; unos cierran una autopista
porque no les han asignado vivienda. Todos protestando por el problema que ven
a través de “Su” tubo. Su problema, el problema de ese momento. Y estos son los
que protestan, a pesar de que a todos nos falla el agua, la luz, el aseo; a
todos nos han matado a alguien; a todos nos escasean los alimentos, las
medicinas; a todos nos fallan los servicios básicos… todos hacemos cola para
obtener algo.
Pero eso no lo vemos porque “El Tubo” solo
nos permite ver un punto a la vez.
El sábado 23 de Mayo, los venezolanos éramos
sacudidos por el video filtrado desde la Cárcel de Ramo Verde, en el cual el
líder opositor Leopoldo López anunciaba el inicio de una huelga de hambre junto
al ex alcalde opositor, también encarcelado, Daniel Ceballos, hasta cumplir una
serie de peticiones.
Leopoldo se dirigía a los venezolanos,
afirmando que tomaban esta decisión como protesta “Por las violaciones permanentes a nuestros
derechos, a nuestra familia y al presente de millones de venezolanos…”
Los líderes en prisión exponían tres
exigencias, la liberación de los “presos políticos”, el cese de la persecución,
la represión y la censura y, la fijación de la fecha para las elecciones
parlamentarias.
De igual forma, Leopoldo convoca, a una “manifestación
contundente, masiva, pacífica, sin ningún tipo de violencia en las calles de
Venezuela… “para el sábado siguiente 30 de Mayo”.
Inmediatamente, voces amigas y enemigas se
elevaron en contra de tal pronunciamiento; los primeros, clamaban por la peligrosa
decisión, la cual exponía la vida de los lideres, ante el gobierno dictatorial
y despótico, el mismo que les mantenía encerrados, violando todos los
principios del debido proceso, así como los derechos humanos, entre tantos
otros convenios internacionales. Una vez más, la famélica sombra del luchador
Franklin Brito, muerto en huelga de hambre por sus derechos se elevaba por
encima de los valientes prisioneros, como una sombra de muerte.
Para los segundos, no era más que una
provocación más para el desorden, un intento de atentar contra el gobierno
desestabilizando (aún más) la aparente “calma chicha” de la sociedad
venezolana.
Leopoldo se encuentra detenido desde el 18 de
Febrero de 2014, convirtiéndose en la joya de la corona dictatorial del gobierno.
Siendo víctima de una constante violación de sus derechos, su propuesta
denominada “La Salida”, prendió de una vez, las alarmas del mundo ante la
decadente situación, de la otrora rica, patria de los Libertadores.
Este descendiente del Libertador Simón Bolivar,
tomó la decisión de hacer frente a la dictadura comunistoide, en forma pacífica
y contundente, la cual fue aprovechada por el régimen para montar un proceso
lleno de vicios legales, tal y como ha sido característico del sistema judicial
“Bolivariano, Socialista, Anti-Imperialista y profundamente Chavista”.
El 18 de Febrero del 2014, Leopoldo López
renunció a sus intereses personales por los que considera un interés mayor, el
interés de la Patria, a la cual le ha dedicado su preparación formal, su vida
civil y profesional. Leopoldo dio un “Salto de Fe”
(http://unaaventurallamadavida.blogspot.com/2014/03/el-salto-de-fe.html)
Más de un año después, Leopoldo ha continuado
la lucha solamente con sus allegados y familiares, para el resto de nosotros es
solamente una movida de cabeza acompañado de un “que bolas”, una noticia en
prensa que se apaga a la misma velocidad que el gobierno asfixia a los medios
de comunicación libre, una leyenda en espera del desenlace. Leopoldo se
encuentra solo, al igual que Daniel, abandonados por el pueblo que juraron
defender, incomunicados, la mayor parte del tiempo castigados, golpeados,
vejados, bañados en estiércol… mientras nosotros nos limitamos a mirar por
nuestros respectivos tubos.
Los lamentos silentes que intentan acallar
nuestras conciencias, no son suficientes para que los hijos del líder tengan a
su papá en Navidad, no son suficientes para acallar a la esposa que espera
fuera de la prisión, vejada en su intimidad cuando alguna autoridad otorga su
consentimiento para un breve encuentro. Nuestros análisis no sacan el dolor del
pecho de una Madre, orgullosa del hijo que no llega el sábado a comer,
acompañando a los nietos, a hablar del futuro o a simplemente disfrutar, con su
padre de un partido de la Vinotinto en la Copa América.
Podremos, a través de nuestros tubos, unos
más angostos que otros, criticar o hasta aconsejar a Leopoldo.
Pero hoy día, Leopoldo López y Daniel
Ceballos, han lavado y presentado el rostro de la violación de los derechos de
todos los venezolanos encerrados por sus ideas, mientras los criminales crean
feudos en las ciudades principales del país.
A Leopoldo López y Daniel Ceballos, se han
unido 103 venezolanos en huelga de hambre, que han avivado la llama de los
derechos humanos, violados por un régimen corrupto y corruptor.
A los tubos se les escapa que, en la Gran
Caracas, hemos perdido El Cementerio, el 23 de Enero, la Cota 905 y el eje
Charallave-Ocumare del Tuy, convirtiéndose en dictaduras criminales,
independientes de la dictadura “oficial”.
A los tubos se le escapa una inflación
desbordada de tres cifras, en el país con mayores reservas petroleras del
mundo.
No estamos viendo la desaparición sistemática
de venezolanos, victimas del hampa, convirtiéndonos en una de las naciones más
violentas del mundo.
El tubo no alcanza a ver la desaparición de
talentos, de médicos, profesionales regados por el mundo, en nuevas diásporas
de venezolanos, sobrevivientes de la violencia y depravación reinantes.
La negociación y el dialogo, bases del
proceso democrático, caen bajo el peso de la brutalidad armada de quien detenta
el poder, convirtiéndose en cómplices de la debacle nacional. Cada minuto que
pasa es un porcentaje más al índice inflacionario, es un bolívar más al dólar,
es un dólar más al corrupto y peor aún… es una vida más que se pierde.
Cada minuto que transcurrimos en esta
situación, es un minuto más de tu vida que se pierde en el caño de la falta de
acción, es un minuto de tu futuro arrancado a tu existencia, a la de tu
familia, a la de tus hijos.
Tu vida se te va en la cola “del día que te
toca”. Tu vida se te va sin una playa o una montaña que dejaste de disfrutar
porque no lo podías pagar o te podrían matar. Tu vida se te va sin conocer
otros países, porque con trampas y mentiras, solo los privilegiados pueden
viajar.
Nos dejaron sin vida, nos convencieron de que
estamos muertos y le creímos…
¡CARAJOOOO HERMANOS, MÍRENSE EN UN ESPEJO!
NO ESTAMOS MUERTOS, AUNQUE LO PAREZCAMOS
¿LEOPOLDO LÓPEZ HA LOGRADO ALGO ENCERRADO Y
NOSOTROS NO SOMOS CAPACES DE LOGRAR ALGO EN LA CALLE?
¿NOS DRENARON LOS RECURSOS Y LA SANGRE DE LAS
VENAS?
SUELTA EL TUBO, TU LUCHA ES MI LUCHA…
DEBEMOS, TENEMOS QUE UNIR LOS RECLAMOS, PORQUE NO ES LA MUERTE DEL COMPAÑERO LA
QUE NOS DEBE UNIR, NI LA FALTA DE AGUA, LUZ O ASEO. NO ES LA INFLACIÓN, O LA
INSEGURIDAD.
NO ES CUESTIÓN DE ESPERAR A QUE NOS ALCANCE
LA SUMA DE TODOS NUESTROS MIEDOS.
DEBEMOS ATACAR EL ORIGEN.
Y EL ORIGEN TIENE QUE SER ERRADICADO PARA
SIEMPRE.
ES HORA DE SACAR AL ENEMIGO DISFRAZADO DE
PUEBLO, DE RECUPERAR NUESTROS RECURSOS, NUESTRAS EMPRESAS, NUESTRAS PLAYAS Y
MONTAÑAS.
ES HORA DE LIBERAR A LA GENTE DECENTE DEL 23
DE ENERO, EL CEMENTERIO, LA COTA 905, OCUMARE DEL TUY, CHARALLAVE Y CUALQUIER
PARTE DE NUESTRA NACIÓN TOMADA POR LAS FUERZAS IRREGULARES QUE HOY PONEN EN
JAQUE NUESTRAS VIDAS.
LAS ACCIONES Y SUS CONSECUENCIAS SON DE
TODOS, ¡PORQUE EL FUTURO ES DE TODOS!
Nuestro grito debe ser ¡BASTA YA!
En este momento, el 23 de Junio del 2015,
Leopoldo levanta la huelga, el logro es una fecha para unas elecciones…
Espero vivir para votar, espero que los
prisioneros políticos vivan para ver la justicia y la libertad.
Espero que TÚ, que lees estas líneas, a
través de tu tubo, tengas el valor de soltarlo, mirar a los lados y decidas
ponerle fecha a tu muerte… no dejes que otros se la pongan.
Yo estoy haciendo mi parte…
¿Y tú?
Por cierto… hasta 24 de Junio del 2015,
circula El Carabobeño, periódico decano del periodismo Venezolano y del Estado
Carabobo. Fenece por la falta de papel… a todo el personal que labora en este medio
libre y defensor de libertades, le pusieron fecha de caducidad.
Tú también tienes fecha de caducidad…
Y como dijo mi esposa aquel diciembre de 1997
y repetido tantas veces desde 1999:
.-Yo esperaba otro final…
Reinaldo
Poleo
rpoleo@gmail.com
@rpoleo
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