"Ojalá el SAPI con estas súper tasas
dolarizadas, den respuesta puntual a los administrados y brinden un súper
servicio al público, como en Colombia, Chile o Perú..."
Según Aviso Oficial el Servicio Autónomo de
la Propiedad Industrial Venezolano (SAPI), resolvió aumentar los costos de
tasas oficiales de registro y mantenimiento de marcas y patentes en Venezuela,
al tiempo de disponer pago obligatorio en divisas para personas o empresas
extranjeras. Decisiones que tienen su origen en la escasez de divisas, pero que
también obedecen a una actitud paradójicamente chauvinista, muy impropia por cierto del campo de la
defensa internacional de derechos intelectuales.
El registro de propiedad industrial consiste
en un sistema armonizado de protección de obras de ingenio de uso comercial a
saber: logos, marcas de comercio y patentes de invención. En este ámbito
incluimos lemas comerciales, diseños, denominaciones geográficas o de origen,
diseños industriales, modelos de utilidad, marcas sonoras, complejas, etc. Es a
través del registro de estos derechos -producto de la inteligencia del hombre-
como se garantiza la explotación
exclusiva de sus creaciones e invenciones. En este sentido las
legislaciones del mundo han tratado de universalizar los procesos, tasas y
conceptos propios de la esfera de derechos industriales, mediante tratados
internacionales que contemplan normas típicas de reciprocidad, como la nación
más favorecida, prioridad por mejor derecho, notoriedad o reivindicación de
primer uso, todo lo cual conduce a la defensa de los derechos intelectuales, no
solo en territorio nacional, sino también de procedencia. Por esa razón los tratados
internacionales y la normativa local sobre derechos intelectuales son sumamente
integradora, dinámica y elástica, haciendo plausible que una marca o patente en
Hamburgo, París o Shanghai obtenga prioridad registral y uso exclusivo en
Washington, Buenos Aires o Caracas. Ello exige, a lo menos, un sincero esfuerzo
de sincronización y equivalencia normativa, tanto administrativa y procesal,
como sustantiva y fiscal, con la finalidad de activar la bienvenida y trato de
nación más favorecidade cualquier petición de registro de marca o patente del
exterior, con los mismos privilegios del país de origen.
Pero Venezuela lo que ha resuelto es no
firmar protocolos de normas comunes en materia de Patentes y Marcas o salir de ellos (como la salida de la CAN). Ahora
el SAPI ha decidido incrementar las tasas de registro de marcas de Bs. 2.400 a
Bs. 15.000, acompañado de una nota -sic-
de pago mandatorio en dólares-sic -para empresas extranjeras a Bs. 6.30 por
dólar. Así el monto a pagar para extranjeros queda en US$ 2.400 (quince veces
más de la estimación anterior). No existe en el mundo una desproporción similar. No existe en el
planeta tasas de esta magnitud. En
países desarrollados o emergentes las tasas de registro PI van de $30 a $800
máximo. Por su parte la anualidad de las patentes subió progresivamente hasta
$43.000, la última anualidad, lo cual lo hace más absurdo. ¿Quién va a pagar el
último año de protección de una patente a un costo tope? Montos que nos
desfasan del sistema de pagos de registros de PI a nivel internacional. Cómo lo
dijo un colega en una conferencia internacional: "Orlando, Venezuela acaba
de espantar a los titulares de marcas y patentes en vuestro país".
Repensando el comentario, concluyo que lamentablemente esta decisión-costosa, excesiva
y discriminatoria-quizás no aniquila los derechos intelectuales en Venezuela,
pero definitivamente nos aísla sensiblemente del mundo, colocándolos en
posición de última prioridad. Ya sabemos de la horizontalidad socialista. Sin
embargo esta decisión comporta una exclusión elitesca y selectiva de los
tenedores de marcas, patentes y derechos relacionados en Venezuela. Una
política que viola el principio reciprocidad, perjudicando a los creadores más
débiles, que por tener menos dinero, no podrán pagar el registro de sus
obras... Encarecer y dolarizar el pago de tasas, además cierra filas a los
inversionistas de la PYMI, quienes se resistirán a pagar tasas costosísimas,
sin parangón en el orbe.
Ojalá el SAPI con estas súper tasas
dolarizadas, den respuesta puntual a los administrados y brinden un súper
servicio al público, como en Colombia, Chile o Perú, donde van totalmente
digitalizados... donde se publican a tiempo las solicitudes y se editan
boletines oficiales con frecuencia continua; donde han logrado actualizar las
oposiciones; optimizar los servicios de megadata y conceder patentes; donde hay
material y la actualización de la red, viaja al tiempo de los eventos; donde
los errores de oficio son solventados en días, sin obligar a reiniciar la solicitud,
por inobservancia o abuso del despacho. En Venezuela tenemos lustros sin
conceder patentes, resolver oposiciones o entregar certificados de registro.
Entonces, ¿por qué pagar tanto para recibir menos? ¿Tenemos patria?
Como abogado y amante por más de 27 años en
el campo de la Propiedad Intelectual, una de las áreas más nobles y fascinantes
del Derecho, y pilar fundamental de nuestra cultura comercial y creativa, no
nos queda más que abogar por una sana, pronta y necesaria rectificación del
SAPI.
Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
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