jueves, 18 de junio de 2015

‎ORLANDO VIERA-BLANCO, LAS SUPERTASAS DOLARIZADAS DEL SAPI.

"Ojalá el SAPI con estas súper tasas dolarizadas, den respuesta puntual a los administrados y brinden un súper servicio al público, como en Colombia, Chile o Perú‎..."

Según Aviso Oficial el Servicio Autónomo de la Propiedad Industrial Venezolano (SAPI), resolvió aumentar los costos de tasas oficiales de registro y mantenimiento de marcas y patentes en Venezuela, al tiempo de disponer pago obligatorio en divisas para personas o empresas extranjeras. Decisiones que tienen su origen en la escasez de divisas, pero que también obedecen a una actitud paradójicamente chauvinista,  muy impropia por cierto del campo de la defensa internacional de derechos intelectuales.‎

El registro de propiedad industrial consiste en un sistema armonizado de protección de obras de ingenio de uso comercial a saber: logos, marcas de comercio y patentes de invención. En este ámbito incluimos lemas comerciales, diseños, denominaciones geográficas o de origen, diseños industriales, modelos de utilidad, marcas sonoras, complejas, etc. Es a través del registro de estos derechos -producto de la inteligencia del hombre- como se garantiza la explotación  exclusiva de sus creaciones e invenciones. En este sentido las legislaciones del mundo han tratado de universalizar los procesos, tasas y conceptos propios de la esfera de derechos industriales, mediante tratados internacionales que contemplan normas típicas de reciprocidad, como la nación más favorecida, prioridad por mejor derecho, notoriedad o reivindicación de primer uso, todo lo cual conduce a la defensa de los derechos intelectuales, no solo en territorio nacional, sino también de procedencia. Por esa razón los tratados internacionales y la normativa local sobre derechos intelectuales son sumamente integradora, dinámica y elástica, haciendo plausible que una marca o patente en Hamburgo, París o Shanghai obtenga prioridad registral y uso exclusivo en Washington, Buenos Aires o Caracas. Ello exige, a lo menos, un sincero esfuerzo de sincronización y equivalencia normativa, tanto administrativa y procesal, como sustantiva y fiscal, con la finalidad de activar la bienvenida y trato de nación más favorecidade cualquier petición de registro de marca o patente del exterior, con los mismos privilegios del país de origen.

Pero Venezuela lo que ha resuelto es no firmar protocolos de normas comunes en materia de Patentes y Marcas  o salir de ellos (como la salida de la CAN). Ahora el SAPI ha decidido incrementar las tasas de registro de marcas de Bs. 2.400 a Bs. 15.000,  acompañado de una nota -sic- de pago mandatorio en dólares-sic -para empresas extranjeras a Bs. 6.30 por dólar. Así el monto a pagar para extranjeros queda en US$ 2.400 (quince veces más de la estimación anterior). No existe en el mundo  una desproporción similar. No existe en el planeta  tasas de esta magnitud. En países desarrollados o emergentes las tasas de registro PI van de $30 a $800 máximo. Por su parte la anualidad de las patentes subió progresivamente hasta $43.000, la última anualidad, lo cual lo hace más absurdo. ¿Quién va a pagar el último año de protección de una patente a un costo tope? Montos que nos desfasan del sistema de pagos de registros de PI a nivel internacional. Cómo lo dijo un colega en una conferencia internacional: "Orlando, Venezuela acaba de espantar a los titulares de marcas y patentes‎ en vuestro país". Repensando el comentario, concluyo que lamentablemente esta decisión-costosa, excesiva y discriminatoria-quizás no aniquila los derechos intelectuales en Venezuela, pero definitivamente nos aísla sensiblemente del mundo, colocándolos en posición de última prioridad. Ya sabemos de la horizontalidad socialista. Sin embargo esta decisión comporta una exclusión elitesca y selectiva de los tenedores de marcas, patentes y derechos relacionados en Venezuela. Una política que viola el principio reciprocidad, perjudicando a los creadores más débiles, que por tener menos dinero, no podrán pagar el registro de sus obras... Encarecer y dolarizar el pago de tasas, además cierra filas a los inversionistas de la PYMI, quienes se resistirán a pagar tasas costosísimas, sin parangón en el orbe.

Ojalá el SAPI con estas súper tasas dolarizadas, den respuesta puntual a los administrados y brinden un súper servicio al público, como en Colombia, Chile o Perú, donde van totalmente digitalizados... donde se publican a tiempo las solicitudes y se editan boletines oficiales con frecuencia continua; donde han logrado actualizar las oposiciones; optimizar los servicios de megadata y conceder patentes; donde hay material y la actualización de la red, viaja al tiempo de los eventos; donde los errores de oficio son solventados en días, sin obligar a reiniciar la solicitud, por inobservancia o abuso del despacho. En Venezuela tenemos lustros sin conceder patentes, resolver oposiciones o entregar certificados de registro. Entonces, ¿por qué pagar tanto para recibir menos? ¿Tenemos patria?‎

Como abogado y amante por más de 27 años en el campo de la Propiedad Intelectual, una de las áreas más nobles y fascinantes del Derecho, y pilar fundamental de nuestra cultura comercial y creativa, no nos queda más que abogar por una sana, pronta y necesaria rectificación del SAPI.
Orlando Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco

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